tag:blogger.com,1999:blog-34228170.post7816529500190136263..comments2024-02-02T05:32:21.557-03:00Comments on Economista Serial Cronico: El abuelo consumistaLuciano Cohan (Elemaco)http://www.blogger.com/profile/00785409319809941367noreply@blogger.comBlogger5125tag:blogger.com,1999:blog-34228170.post-58670121165172990322006-12-31T20:38:00.000-03:002006-12-31T20:38:00.000-03:00Feliz año y
prosperos clicksFeliz año y <br />prosperos clicksmanolohttps://www.blogger.com/profile/15085437002588300940noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-34228170.post-82042594867497940192006-12-30T23:12:00.000-03:002006-12-30T23:12:00.000-03:00Elemaco,
Aquí me tiene, para desearle un muy feli...Elemaco,<br /><br />Aquí me tiene, para desearle un muy feliz año. Presiento que tendremos un 2007 efervescente en el mundo blog! (Aprovecharé para clickearle también los anuncios, para ver si los Reyes Magos le traen regalos!)Enrique Avogadrohttps://www.blogger.com/profile/10359785720306316729noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-34228170.post-18416313483265460062006-12-29T11:53:00.000-03:002006-12-29T11:53:00.000-03:00fe de erratas:
donde "osando" debe decir "hozando...fe de erratas: <br />donde "osando" debe decir "hozando".<br />disculpen.<br />saludosAnonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-34228170.post-9039555499239726582006-12-28T23:15:00.000-03:002006-12-28T23:15:00.000-03:00Elemaco escribió, luego de contrastar dos párrafos...Elemaco escribió, luego de contrastar dos párrafos de sendos informes emanados del INDEC: “El texto cambia de uno a otro entre el tercer y cuarto trimestre de 2005. Es probable que este leyendo cualquier cosa, pero yo creo entender que el año pasado descontaban las promociones y este año no. De ser así se estaría sobreestimando el monto de este año respecto del del año pasado. Es demasiado terrible como para ser cierto.”<br /><br />Permitime, Elemaco, que te cuente un cuento.<br /><br />Había una vez un bosque donde todo andaba mal. Grupos de gnomos maliciosos le sacaban las frutas y bayas a las ardillas, otros gnomos, tan malos como los anteriores, eran manipulados por poderosos ogros que mantenían en jaque a un tío de la Bella Durmiente, quien, casi sin proponérselo, había sido coronado rey de ese bosque.<br />En medio de ese aquelarre, los ogros deciden aprovechar la situación de descontrol (ardillas protestando porque los que mantenían sus depósitos de nueces habían decidido no devolvérselas; gamos osando el suelo, en señal de desaprobación porque una piara de jabalíes había sentado sus reales cerca de la aguada y nos dejaban ir a beber al anochecer; y cosas por el estilo) y se sacan de encima al rey.<br />Fue así que azuzando a ardillas, gamos, jabalíes y otro montón más de animalitos del bosque logran expulsar al viejo rey, el cual huye montado en alas de un pobre aguilucho.<br />En un principio, muchos quisieron quedarse con la corona, pero al final se la quedó para sí, después de algunos manoseos, el ogro que más se había movido en las sombras para expulsar al rey.<br />Asume, entonces, ese ogro y empieza a repartir cargos y prebendas, y en ese revoleo le cae la responsabilidad de llevar las estadísticas del reino a un anodino enanito, pelado él, que para colmo, de eso no sabía ni mu. Sin embargo, decide aceptar el cargo, ya que el trabajo que tenía antes, el de director de movimientos demográficos liliputienses, estaba tocando a su fin.<br />De ese modo, entonces, Leilito, tal su nombre, comienza a hacer como que lleva adelante su tarea. En realidad, dejó todo en manos de los enanitos que estaban en esa oficina desde mucho antes, y él, como el rey huido, hacía la plancha.<br />El tiempo pasó, el ogro en jefe se va y asume otro ogro, de aspecto desgarbado y mirada extraviada.<br />Nuevo reparto de cargos y prebendas, y la suerte de Leilito continúa: no lo sacan.<br />Sin embargo, no todo era igual ya. Junto al ogro en jefe venido del frío llegan otros adláteres, tan toscos como aquellos otros ogros que habían ayudado a expulsar al viejo rey (incluso, algunos de ellos habían participado de ese movimiento, pero ahora juraban lealtad al ogro de esquiva visión).<br />Leilito, entonces, sigue con su plancha, pero uno de esos ogros adláteres, de prominente bigote, prepotente, amante de los malos modales y de hacer ostentaciones armamentísticas, se cruza en su camino.<br />Williams, tal el nombre de ese otro ogro, exige, manda, grita, insulta y, sobre todo, ordena que las estadísticas que en teoría manejaría Leilito deberían arrojar un panorama determinado del bosque. Un panorama que, siempre y de cualquier manera, debería mostrar la bonanza imperante en esas tierras.<br />Leilito, presionado por sus enanitos estadísticos, intenta resistir, pero Williams le dice que arreglaba los número o se iba del cargo. Y Leilito no quería irse: una vez que un liliputiense (físico y mental) se acostumbra a ciertas prebendas, hace cualquier cosa por permanecer.<br />Y fue así que llega a una transacción con Williams: dejamos que los enanitos estadísticos de siempre sigan haciendo su trabajo, pero la difusión final queda bajo la supervisión de Leilito y un nuevo equipo de enanitos que trabajo, todos comprometidos en dejar contento a Williams y, por ende, por permanecer en sus carguitos.<br />Fue así que comenzaron una metódica tarea de revisar toda la metodología estadística del bosque, de modo que en donde pudieran meter mano para que los números dieran como Williams quería, se hiciera así, pero sin ser tan groseros que despertara el amor propio de los viejos enanitos estadísticos, que ven cómo manipulan sus trabajos, pero callan. Y, se sabe, el que calla, otorga.<br />Aquí y allá, en esta forma de contar y en aquella otra serie, en esa metodología y en esa otra, en donde pudieran, los nuevos enanitos metieron mano, claro que siempre cubriendo su rastro con refinados enunciados travestidos de “adecuaciones metodológicas”.<br />Las cosas mejoraron, pero igualmente la situación no parecía sostenible ni, menos aún, parecía manejable desde dentro del mismo bosque, por lo cual el ogro de mirada extraviada y sus adláteres insistieron en manejar todo lo que pudiera ser información, para que las ardillas, los gamos, los pájaros y los enanitos, todos los habitantes del bosque, sintieran que el panorama era prometedor sin más y por muchísimo tiempo.<br />Y fue así, entonces, que Williams, a través de Leilito y sus enanitos nuevos, siguió manejando las estadísticas, para que InfoBosque y Alerce/12 sigan difundiendo las maravillosas nuevas que tenían para proclamar.<br />Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.<br /><br />Ya ves, Elemaco, es terrible. Y es cierto.<br /><br />Saludos<br /><br />Pd: cualquier parecido entre esta ficción y la realidad, es producto de un espejismo níveo calafateño.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-34228170.post-68847240086828102482006-12-28T21:31:00.000-03:002006-12-28T21:31:00.000-03:00Click, caja para Elemaco. Se lo ganó.
Interesante...Click, caja para Elemaco. Se lo ganó.<br /><br />Interesante punteo. Pero su análisis se enfoca en otra cuestión por lo que nos complementamos en el análisis del informe del INDEC. <br /><br />Creo que el último argumento es el interesante pero dudo que la base 2005 sea baja. Es más, estimo debe ser bien alta. <br /><br />No lo sé, pero me da la impresión que el alza se vió más explicada por tv que por dvd (efecto mundial). Es decir, y sin los números cuantitativos que avalen mi pensar, el alza sigue siendo impresionante.<br /><br />Sería bueno tener los datos desagregados y en valores absolutos.Abuelo Económicohttps://www.blogger.com/profile/17600453287742423003noreply@blogger.com