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lunes, mayo 05, 2008

Con amigos como estos

Por Genérico

Vamos a hacer un ejercicio simple. Supongamos que en la conformación de precios (sólo) están los salarios, la rentabilidad, la productividad del trabajo y otros costos. Dicho de forma tan simple, con un crecimiento de la productividad tendencial y variaciones poco significativas de los otros costos, la puja entre salarios y rentabilidades está en la madre del proceso inflacionario. En este esquemita muy básico y rudimentario, es posible incrementar salarios sin que esto sea inflacionario, ya que en principio, una baja en la rentabilidad podría contrapesar el incremento salarial y los precios se mantendrían relativamente constantes.

Llevemos esto a la práctica tomando la industria manufacturera. Nótense lo que hago… un industrialista de la primera hora, un hombre que ha defendido (y defiende) las ISI, las neo ISIs y todo, usara “su” sector para hablar de inflación… maldito carnero (aclaración: para quién suscribe, el campo también es industria, je). Tomamos este sector dado que juega un rol central en la dinámica de crecimiento actual.

Primero lo primero. La productividad en la industria crece de forma relativamente suave, en torno a una tendencia, que sin ningún rigor, podríamos llamar “líneal” y que no parece estar influenciada por el esquema macro.


Ok, hasta ahí vamos bien. Pero claro, lo que nos ocupa no es la tendencia de la productividad del trabajo. Descartando la incidencia de la productividad en la formación de precios, volvamos al esquema inicial. En los últimos días crecen las advertencias y parece que el costo laboral explica la inflación y al mismo tiempo pone en peligro el proceso de crecimiento. Entonces, la solución es simple: pauta salarial planchada, caída del salario real para contener el alza de precios, recuperación de márgenes y a respirar aliviados. Pero… ¿es así?.


Tenemos aquí un indicio de respuesta. El gráfico que precede muestra los precios mayoristas fijados por la industria, el salario ajustado por el incremento de la productividad y por último, el residuo formado por el margen (y otros costos, que en lo que sigue supondremos tienen un efecto despreciable).

La película muestra momentos bien distintos: entre 1993 y 2001, los precios se mantiene estables. El mecanismo de ajuste de la distribución es el creciente desempleo que disciplina vía caída en los salarios. En los primeros años de la convertibilidad el capital gana terreno a costa del trabajo para luego mantenerse estable. El incremento de la rentabilidad se compensó con la caída del salario y los precios ni noticias. Todos felices.

La devaluación hace saltar todo por el aire. En una primera instancia, boom de rentabilidad, que para 2003 llega un máximo desde 1993 y se ubica un 73,4% por sobre 2001. El desempleo es todavía alto y los salarios no reaccionan. Pero claro, “cambia, todo cambia” y el bajo costo laboral (en dólares) incentiva la generación de empleo. Luego, sí, hacia 2004-2005 el salario empieza a recuperar el terreno perdido y para 2007 ya muestra un crecimiento de 109% respecto del último año convertible. Quizás algunos entenderán por que los industriales añoran el bendito 2003: en los últimos 4 años la rentabilidad cayó un 23%.

Y claro, ahora en 2007 todo parece movido. Se insiste en que el incremento del salario impulsa al alza en los precios y el espiral sigue, luego reduce la rentabilidad industrial y además al hacerlo baja la inversión. Pero una vez más ¿cuán cierto es todo esto?. En términos de lo visto hasta aquí, sólo será cierto si por algún motivo el tratamiento del salario y el de la rentabilidad no es simétrico. Veamos con un ejemplo:

Asi puede verse como, llevando la rentabilidad de 2007 al valor observado en 1998 (fila 2007bis), pasa algo que es muy obvio: En 2007, los precios hubiesen sido casi un 20% inferior a los efectivamente observados.

Mientras tanto. La participación del salario en el Valor Agregado Bruto de la Industria, está todavía por debajo de todo el período convertible.



Cada uno sacará su propias conclusiones. Anotemos algunas cosas:

• La caída en la rentabilidad de la industria puede afectar la inversión, la demanda y el crecimiento. Por otro lado, el crecimiento del salario mantiene la demanda firme. ¿cuál de las dos fuerzas prevalece a la hora de sostener el crecimiento?. Respuesta apresurada: si no hay rentabilidad el crecimiento languidece.

• Quienes afirman que es posible reducir la inflación con polítca de ingresos deben asumir dos cosas. Uno, que el gobierno puede en la práctica controlar/acordar rentabilidades con las firmas. Y dos que se usarán otros mecanimos a fin de incentivar la acumulación. Sin embargo debe recordarse que los agentes responden a incentivos (algo así diría Easterly): y en este sentido, mantener el crecimiento del consumo (via mejoras en el salario) provee un incentivo mayúsculo para "salir" del acuerdo/control. Máxime, en el sistema capitalista donde las firmas toman decisiones de forma descentralizada (y esto es, salvo casos extremos, independiente del grado de concentración de la oferta). En este sentido, la señal de demanda en crecimiento es contradictoria con los "acuerdos" e inducen a mayores tasas de inflación.

• Quiénes insisten sobre la espiral precios-salarios, por lo general omiten cualquier consideración sobre la rentabilidad. Como vimos recién, tratando ambos como simétricos, el alza de salarios podría no generar el alza en los precios. O dicho de otro modo, afirmar que se debe reducir la pauta salarial es afirmar que no se hará nada sobre la rentabilidad.

Conclusión: En el fondo, si parte del proceso inflacionario responde a la puja distributiva, la posibilidad de usar la política de ingresos dependerá de como ajuste la rentabilidad.

Los saluda muy atte.

G.

PD1: Nuestra ““ineficiente”” industria, es al mismo tiempo, una importante generadora de empleo. Si su competitividad se elimina (bien por que sostienen márgenes elevados o por incrementos en los salarios o ambos) se corre el riesgo de afectar la generación de empleo y eventualmente incrementar la desocupación, ajustando la puja distributiva de una forma que ya conocemos.

PD2: A los aportes usuales de Elemaco, hemos incorporado la valiosa contribución de la amiga Lola.

lunes, diciembre 10, 2007

En esta ciudad ya no se puede vivir!!!!

El tema tal vez este un poco fuera de moda, pero bueh...yo no elijo los tema de discusión que acompañan a los fucciles de los domingos.

"Viste que bueno" me dijo mi viejo con cara inocente "Por fin van a frenar la construcción de esas torres espantosas " Apuntaba mientras tanto, con su mano, a una grua que despuntaba desde el balcon. "El barrio ya es un quilombo de coches, de gente et al" continuó, en lo que seria la introducción a un discurso de mas de 5 minutos sobre los constructores y sus intereses despiadados y la "esterilidad" de los negocios inmobiliarios que "no sirven para nada". Obviamente hacia referencia a las disposiciones que, desde hace algun tiempo, restringen las edificaciones en los burgueses barrios del norte porteño.

"Ayy, mama pulpo!!" Me dije "Calmate, Elemaco, Calmate que es tu papá" mientras aflojaba mi puño y preparaba mi mejor cara de circunstancia. "Ejem...." carraspie, poniendome de pie y llamando la atención de los presentes "Permitanme jugar a ser el abogado de pobres y ausentes y exponer mi defensa que podre resumir sin dificulrad en dos palabras:
"looooocoo....Curtanseeeee!!"

La prohibición de construir edificios en algunos barrios de la Capital Federal es el típico caso de conflicto de intereses entre dos grupos, donde uno tiene capacidad de organización y lobby, frente a uno atomizado. En este caso particular, a diferencia de, por ejemplo, el de trabajadores sindicalizados vs. empleados en negro, la cosa es mas complicada, porque el segundo grupo es de existencia potencial.

¿Que quiero decir? El principal perjudicado no es la corporación constructora despiadada, vendepatria, insaciable que corrompe y se desvela por obtener ganancias extraordinarias, sino el tipito que no va a poder mudarse al departamento que no se va a construir. Tipito que vera cercenado su derecho a vivir donde se le cante.

El freno a la llegada de nuevos vecinos genera, para los que ya viven y como en los gremios de la edad media, beneficios por "poder de mercado". Menos ruido de los taladros de las construcciones(!!!), mayor presión de agua, menos congestión de transito, en los subtes, mas lugares para estacionar, menos probabilidades de chocar con otro transeúnte cuando uno camina distraído, incluso mayor "rentas" obtenidas en caso de que se quiera alquilar, etc. Beneficios extraordinarios que serán pagados, justamente, por la persona que no podrá mudarse al barrio!

Pero Elemaco ¿Donde esta la injusticia? En el hecho de que los departamentos donde vive la gente que hoy se queja provocaron, hace 20/30/50 años, las mismas molestias a los vecinos que ya vivían y que se la tuvieron que bancar!

¿Querés exclusividad? Andate a vivir a un country. ¿Queres buenos servicios públicos? Paga lo que cuestan entonces y no quieras llevarte un pedazo mas de torta dejando a otros afuera.

Como me indigna el egoísmo de Doña Rosa, que se escuda en que en su inimputabilidad Doña Rosistica. ¿O alguien vio alguna vez a un noticiero diciendo "lamentablemente, esta vez "la gente" esta equivocada".

¿Se acuerdan hace algunos años cuando los buenos ciudadanos de Carilo querían prohibir la entrada de autos al pueblo para todo aquel que no tuviera una casa?

Así, fundo en este acto, y me inscribo como el primer socio, el "Movimiento de los vecinos que tal vez querran mudarse en un futuro cercano a Palermo o Belgrano pero todavia no lo saben y por eso no se organizan para defender sus derechos" (MoVQueMuFuPaBe)

Y como cierre de este post malo malo, comienzo, asimismo mi campaña de junta de firmas para frenar la extensión de la línea D. Los buenos ciudadanos que viven cerca de Congreso de Tucumán, que pagan sus impuestos como corresponde, tiene derecho a viajar sentados.

Lo único que falta es que lleguen las formaciones completas de esa chusma que viene desde Núñez!! Vote NO a la extensión de la línea D.

martes, septiembre 11, 2007

¿Donde esta la papota?.....

....pregunta que atormenta los sueños de la Secretaria de Comercio Interior desde que el precio del tuberculo vuela.

Leese en Bloguin

"Subsidian a los súper para que el kilo de papa no supere 1,40 peso".

Notese que, al igual que con las retenciones, busca el gobierno "desenganchar" el precio al consumidor del precio de mercado, medida defendible si se tienen en cuenta que los alimentos tienen un peso sensible en la canasta de consumo de los sectores mas pobres.

El precio internacional de los bienes que se busca abaratar es mayor al local y de alli que no sirva la importación como mecanismo para disciplinar (que palabrota!!) el precio interno. Sí se utilizan, en cambio, las herramientas tradicionales del comercio internacional, a saber: impuestos y subsidios.

Las retenciones castigan la exportacion del bien y vuelven la venta interna más redituable. Hay claros ganadores (fisco y consumidores) y perdedores (productores).

El subsidio tiene exactamente el mismo impacto, pero no es ahora un castigo lo que hay sino un premio, y como todo premio que da el estado...cuesta plata. "Si vendes adentro te doy un peso". Cambian entonces ganadores (productores y consumidores) y perdedores (fisco).

Pero notese el distinto tratamiento que se dio efectivamente en uno y otro caso.

En el caso del trigo (a modo de ejemplo), a pesar del reducido impacto que tiene la variacion de sus precios en el movimiento del precio de los alimentos, se implementa un impuesto a la exportacion. La estructura del mercado, con concentracion de la oferta y atomizacion de la produccion, define como base imponible a los productores. Las cadenas de procesamiento y, sobre todo, de comercializacion, logran trasladar el impuesto al eslabon anterior. La paga el productor de mayor o menor tamaño pero atomizado en su conjunto.

La reaccion equivalente frente a la papa, donde hay escases de produccion interna y no exceso, seria cobrarle un impuesto al productor extranjero para reducir el precio internacional, discriminando a favor de la venta en la Argentina. Obbviamente, esto no se puede hacer!

Se recurre entonces al subsidio como medio para desconectar el precio local del internacional. El gobierno asume un costo fiscal para proteger a los consumidores repartiendo subsidios a la cadena de produccion.

¿Pero a que punto de la cadena se subsidia? Siguiendo la logica de las retenciones, el subsidio deberia recibirlo el productor papero, y mas si se tiene en cuenta que el precio de la papa que sale del campo, a diferencia del trigo et al, tiene un impacto fuertisimo en el precio final. Sale papa granja, entra papa supermercado, no mucho mas valor agregado en el medio (Salvo las gloriosas Mckein). En cambio se opto por repartir el sbsidio en la mucho mas concentrada cadena comercializadora.

Aquella medida (repartirle a los paperos)tendria una gran desventaja:

a) la gran atomizacion de la produccion complica el costo administrativo de repartir el subsidio

pero dos importantes ventajas:

b) El costo fiscal es menor, porque no se desvian recursos hacia los eslabones posteriores de la cadena. No se financian margenes "extraordinarios" en las cadenas de comercializacion, ganancia que, por la caracteristica del mercado (¿Oligopsonio?), tampoco se derrama hacia los eslabones anteriores.

c) El reparto de un subsidio a un eslabon practicamente negro, como es el de la producion papera (hablo un poco de oido, no me consta que sea cierto) es un fuerte incentivo para el blanqueo de la actividad.

Conclusion: las medidas se toman de manera tal de nunca violar la regla nº1 de la politica, que hasta este lego absoluto sabe: "Hay que ignorar al debil, debilitar al debilitable y ganarse al poderoso". Lo cual, para el caso que nos compete se traduce en "Los costos se atomizan lo mas posible y los pagan "ellos", con menos poder. Los beneficios...Pelito pa'la vieja"

No se escapa Una!!

lunes, agosto 27, 2007

Desventuras de un porteño en la Argentina

Miren lo que este porteño ignorante acaba de descubrir, desencanto que mis coprovincianos deberían compartir si ampliaran la frontera de lo político/económico mas allá de la General Paz e incluso mas allá del conurbano.

Este porteño-economisto-centrico descubre, gracias a este paper de Tommasi sobre el federalismo en la Argentina, que la papa de las desiciones políticas/económicas de su país no se formulan ni por ni para los bonaerenses/porteños, o incluso los metropolitanos, desde y hacia la "plaza de mayo", como el imaginario popular Clarín/La Nación inducido puede llegar a creer.

Permítanme presentar algunos extractos del trabajo (perdón por el ingles). Amigos que saben de política...1) HELP!! 2) ¿Porqué no me lo dijeron antes?

The bulk of the Argentine economy is concentrated in a few districts: the city and the province of Buenos Aires, plus the provinces of Santa Fe, Cordoba, and Mendoza concentrate almost 80% of economic activity and 70% of the population. The saliency of these areas, plus some salient aspects of Argentine history (military dictatorships, the visible ties of Peronism to the urban labor movement) have lead many observers to the mistaken impression that “the action” in Argentine politics takes place in “Plaza de Mayo”.

Non-metropolitan provinces have an institutional representation that far exceeds their population. In the period of market-oriented reforms, the peripheral regions held 40 out of 48 seats in the Senate (83% of the total). The degree of overrepresentation in the Upper House of Argentina is perhaps the worst in federations across the world. Stepan (1999) utilizes three indicators of malapportionment across twelve modern federal democracies, and in all the indicators Argentina is the worst case

This over-representation is not limited to the Senate. In the Chamber of Deputies the peripheral region held 52% of the seats. While the original Constitution establishes that seats in the Chamber of Deputies would be allocated proportionally to district population, the 1976-1983 military government introduced amendments that bolstered representation of the peripheral region in that body.28 These amendments added three additional deputies to each province beyond those allotted on the base of population, and established that no province would be represented by less that 5 deputies. As a result, the degree of malapportionment has been increased.

This institutional overrepresentation, (...) meant that no national winning electoral or legislative coalition could be put together without the support of the regional structures of power in the periphery.