Mientras tanto, comparto aquí mis esfuerzos, ya con menos delirios exiliadores, para tratar de organizar la vorágine de debates que se están dando y los diversos enfoques con los cuales se está encarando el problema.
Creo ver ocho debates simultaneos:
1) Sobre las virtudes y defectos de distintos sistemas previsionales.
2) Sobre el éxito/fracaso del sistema previsional argentino.
3) Sobre los intereses en juego con la reforma previsional
4) Sobre la legalidad de la expropiación de los stocks
5) Sobre el proceso de toma de decisiones del gobierno
6) Sobre las motivaciones del gobierno
7) Sobre el oportunismo temporal de la medida
8) Sobre el impacto macroeconómico de la estatización
El primero no se está dando. Habrá que esperar 10 años a que nos hayamos comido el plazo de gracia que nos dará la estatización para poder encararlo seriamente. Se plantea como un debate zanjado con un ganador evidente. Este servidor, lamentablemente, todavía no tiene una opinión formada en un tema lo suficientemente complejo en el cual prefiero evitar hacer afirmaciones apresuradas. El reparto mejora la cobertura a costa de la financiación. La capitalización al revés. Ambos sufren la precariedad del mercado laboral. La experiencia internacional, por más que nuestra presidente diga lo contrario, es inconclusa. Un avance desde la Blogosferá aquí
El segundo es empírico y debate, testimonialmente, la historia reciente del sistema de capitalización argentino y del de reparto que quebró en los ochenta. Se divide entre (a) quienes ven a las AFJP como una estafa y un robo (b) quienes ven problemas en ambos sistemas previsionales y creen que la solución está en la regulación y (c) quienes culpan al estado y su injerencia en el fracaso del sistema de capitalización. No escuche a nadie considerar la reforma un éxito.
El tercero debate la veta política. No se analiza si la medida es correcta o incorrecta desde su capacidad de resolver el problema intertemporal de financiamiento previsional sino que se centra en el conflicto de intereses y la lucha de clases. Una nueva 125 entre el pueblo contra las malditas clases medias y altas, las AFJP y la patria financiera. Un paso más en la construcción de una estructura de poder. “¿Ustedes que caja están defendiendo?” “Vamos por todo, ehh. Ahora si no hay que aflojar. No repitamos errores”
El cuarto debate se centra en la legalidad de la medida. En tanto una postura considera que la transferencia de los Stocks de ahorro previsionales representa una violación de los derechos constitucionales, la otra sostienen que ehh…mmm...estee...en todo el mundo no se que, esteeemmm ¿Qué caja estas defendiendo?...los importantes son los viejos y…que alguien piense en los niños.
El quinto critica (o defiende) la forma, el “como”, la institucionalidad de un proceso de toma de decisiones en el cual una idea del jueves se madura durante el fin de semana, se filtra a la prensa el lunes y se anuncia el martes, aun cuando sus impactos afectaran el devenir de la economía nacional del próximo medio siglo al menos.
El sexto debate analiza los “¿Por qué?” y es el que más intrigado me tiene ¿Cuál fue la motivación? La intuición dice “la caja”. Sin embargo no necesitaba generar tamaño descalabro para hacerse de los fondos de las AFJP ¿Fue ideológico? ¿Entonces porque ahora? ¿Por qué así? ¿Fue improvisación?
El séptimo debate se interroga sobre el “¿Cuándo?”. Divide a quienes consideran que fue el momento ideal dada la crisis internacional que dio el argumento perfecto y quienes se desesperan por la innecesaria crisis financiera que nos generamos en medio del tsunami mundial. Mafalda aquí, Olivera alla.
El octavo y último se centra en el impacto macroeconómico. Hay algo de consenso en que la estatización y expropiación mejora el horizonte fiscal del gobierno acorralado por la falta de financiamiento para los años próximos. Algunas voces críticas agregan que, sin embargo, el corrimiento de la restricción presupuestaria del gobierno se realiza a costa del financiamiento privado (crowding out) con un resultado final incierto.
¿Me estaré olvidando de algo?
Con las ideas un poco más organizadas, trataré durante el fin de semana de encontrar a cada pregunta una respuesta que me convenza.
Mientras tanto, les deseo un buen fin de semana.