jueves, diciembre 13, 2012

#Endemocracia

Va en cuatro partes el audio del programa de radio que compartimos hoy con Rodrigo Sbarra y Miguel Olivera en FM Patricios.

Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4

Gracias Santiago por la invitacion y a Matias por subirlo!

martes, diciembre 11, 2012

El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina

Estimados, el próximo martes 18 a las 17:30 voy a estar presentando el libro "El aporte de la Cadena de soja a la economía argentina" en la Bolsa de Cereales (Bouchard 454). 

El abstract dice algo así


"La historia de las últimas cuatro décadas en la actividad agroindustrial argentina fue de crecimiento exponencial. Es imposible entender este el crecimiento sin tener en consideración los importantes cambios cualitativos, que transformaron su estructura, su patrón tecnológico y su forma de organización. En el corazón de esta transformación cuantitativa y cualitativa se encuentra la cadena de valor de la soja. El objetivo de este trabajo es dar cuenta del aporte de esta cadena, poniendo énfasis en las transformaciones tecnoproductivas, en su contribución a la creación de riqueza nacional y en su potencial hacia el futuro."

Todos más que muy invitados!!

PD: Pueden descargar la versión digital del libro haciendo click acá

viernes, noviembre 30, 2012

Guillermo controla el chicken blue

Perlita para un viernes lluvioso. No sólo el dólar blue pasó de 4 a 6.5 en el último año. En el siguiente gráfico tienen las series de precios oficiales del pollo eviscerado mayorista (serie azul) y minorista (violeta) y la diferencia entre ambos (verde).

Moreno, compadre, lograste doblegar al mercado!!! Quienes te acusan injustamente de falsear las estadisticas no ven que no sólo redujiste la diferencia de 50% a 10% durante el año de la crisis del campo sino que, grande Guillote  desde 2010 los pusiste de rodillas y los llevaste a que pierdan $ 2.70 (37%) por cada kilo de pollo que venden.


Nunca menos

jueves, noviembre 29, 2012

Los años maravillosos

“La adolescencia es una enfermedad que se pasa con los años” recuerdo que me dijo una vez mi viejo tras alguno de mis bufidos durante los años púberes. “No entendés nada, papáaaaa” era frase de cabecera. ¿Y cómo iba a entender? ¿Qué tenían que ver lo que él había vivido treinta años antes conmigo? Ni siquiera tenían televisión a color. Mis problemas eran míos, únicos y distintos. Con el tiempo me daría cuenta de que efectivamente eran especiales, muy especiales…pero bastante comunes.

Algo similar pareciera pasar con el debate sobre la inflación en Argentina donde no aplicaría, por nuestra idiosincrasia, la experiencia acumulada durante (pido permiso para exagerar un poquito) siglos en el resto del mundo. Nuestros problemas son nuestros, únicos y distintos. Nada hay para aprender de un mundo – no sólo desarrollado sino, en particular, en desarrollo – que logró bajar la inflación bien por debajo de los dos dígitos sin sacrificar en el camino ni un milímetro de crecimiento.
(click para agrandar)

Una de nuestras particularidades sería que aquí, a diferencia del resto del mundo, la inflación es causada por la concentración. Las distintas variantes que explican este canal inflacionario giran alrededor de la idea de que los “formadores de precio”, oponiéndose a los deseos redistribuidores del gobierno, anula las mejoras en los salarios reales trasladando hacia adelante los aumentos de costos. Se da con ello inicio a un nuevo impulso nominal de los salarios cuando los trabajadores buscan recuperar terreno perdido y así sucesivamente. La concentración actúa, entonces, dando poder de mercado estos formadores de precio, sin la cual, entiendo, no podrían trasladar los incrementos de costos. 

Pero entonces, y abro aquí un interrogante e invito a cualquiera que quiera aceptar el desafío ¿Cuál es el comportamiento que uno debería observar en los datos para que esta hipótesis de las causas de la inflación sea cierta? Parto, al hacer esta pregunta, de la simple idea de que no tiene sentido plantear hipótesis que por definición no pueden ser evaluadas.  

Hago aquí un primer intento, solo como disparador. Si efectivamente la concentración generara inflación, entonces deberíamos ver una relación positiva entre el grado de concentración en un sector y su capacidad de trasladar aumentos de salarios hacia adelante ¿Coinciden? 

Permítanme mostrarles, a continuación, una serie de gráficos en el que cruzo ambas variables a partir de tres fuentes de información bastante desagregadas (a) El censo económico 2004/2005, de donde saco información sobre la concentración industrial, (b) el salario de los trabajadores registrados por sector y (c) los precios mayoristas de cada sector. Todos datos públicos, que  con un simple mail a Luciano.cohan@gmail.com puedo compartir ya procesados. En total, y según el periodo, hay información para un máximo de 120 sectores industriales. 

Defino, entonces, como medidas de concentración la cantidad de ventas de las primeras 4, 8 y 20  empresas como porcentaje del total y como medidas de poder de mercado el la relacion entre la variación de precio mayorista en y la suba de salarios. Parto el periodo en dos (2003-2007 y 2007-2011) para evitar las posibles distorsiones desde la intervención del INDEC. 

¿Cómo se ven los gráficos al cruzar ambas variables? En el eje Y la medida de concentración, en el eje X las de pass-through. Hagan click para agrandar



Lo que hay allí es, simplemente, una nube de puntos sin ninguna forma. Es decir, nada Concentración y traslado de costos parecieran, según las definiciones que utilicé, ser dos variables que no tienen nada que ver. 

“Pero” me dirán “estás metiendo sectores que no tienen nada que ver en la misma bolsa”. En algunos el salario tiene un peso central en la estructura de costos y otros es irrelevante. En el siguiente gráfico separó la muestra en dos a partir, justamente, del peso del costo salarial en la facturación total. Nuevamente, nada de nada. El traslado del costo salarial a precios y la concentración no muestran ningún tipo de correlación.


Pero hagamos otro ejercicio. En vez de partir la muestra en dos, corrijamos la medida de pass-trough para incorporar el hecho de que el salario no tiene el mismo peso en todos los sectores. Para ello (atenti), divido el pass-trough por la participación del salario en la venta total de cada sector*. ¿Qué vemos al hacer esto?


Nada. Como mucho una leve tendencia positiva de una línea de tendencia que ajusta a los puntos como máximo en un 5.7%. No encuentro, en ningún lado, que ambas variables tengan algo que ver.

En conclusión ¿Pretendo con este post demostrar que la teoría de la concentración como culpable de la inflación es falsa? En absoluto. Soy consciente de muchas fallas metodológicas en los ejercicios propuestos arriba, empezando por la utilización de simples gráficos de dispersión (en vez de algún análisis econométrico más serie) y el no controlar, por ejemplo, por el impacto de otros shocks de costos como el tipo de cambio nominal o el costo de los insumos.

El punto es otro. Si pretendemos que las hipótesis alternativas de la inflación dejen de ser simples cuentos bien contados que parecen ciertos y suenan consistentes creo que deberíamos ponernos los pantalones largos. Algo de data hay. Ofrezco sinapsis neuronales y procesamiento de la PC a quien esté dispuesto a levantar el guante ¿Cuál es el comportamiento que uno debería observar en los datos para que esta hipótesis de las causas de la inflación sea cierta? ¿Cómo lo medimos?

Atentamente

Luciano

*Eliminé de la serie algunos outliers que por tener un ratio salario / facturación muy bajo dan índices de traslado muy grandes.

viernes, noviembre 23, 2012

El gambito de 2012

Comparto una columna publicada hoy en el semanario El Economista

El gambito de 2012

El gambito es una arriesgada apertura del ajedrez. A partir del sacrificio de alguna pieza (desde un peón hasta la propia reina) el jugador busca conseguir algún tipo de ventaja futura (material, de tiempo, de posición). Se entrega algo ahora con la expectativa de que, si el juego avanza en el sentido esperado, se estará más cerca del objetivo de mate. El riesgo, obviamente, es quedarse sin el pan y sin la torta. Un sacrificio inútil e improductivo.

Llevando la analogía al terreno economía, 2012 se asemeja a un peón que acaba de ser entregado: aun con el leve repunte esperado para el último trimestre, el crecimiento del año posiblemente no supere el 1.2%, tras una abrupta desaceleración reflejada incluso en las estadísticas oficiales, que por la sobreestimación del año pasado resultó más intensa que las de diversos cálculos privados, desde 8.9% en septiembre de 2011 a 0.1% en 2012. Con este resultado, el país tendría el menor crecimiento en toda América Latina (la proyección de consenso es de 1.5% para Brasil, 3.8% para México, 4.5% para Colombia, 5.5% para Chile o 6.0% para Perú entre otros).

¿Por qué hablar de un sacrificio de 2012? En un nuevo ejemplo del tradicional sesgo procíclico en el manejo de la economía, durante el año las principales herramientas macroeconómicas tuvieron un claro tinte contractivo.

El caso más evidente es el de la política fiscal. Con los ingresos tributarios afectados por la menor actividad y la pobre campaña agrícola (la recaudación de los primeros diez meses del año fue, en términos reales, igual a la del año anterior) el gobierno avanzó en un sensible ajuste fiscal, con un nivel de gasto en franca desaceleración que en el tercer trimestre mostró un crecimiento real negativo por primera vez desde la salida de la convertibilidad.

La composición del recorte es elocuente: el ajuste fue tercerizado, transfiriendo el costo político a los gobiernos subnacionales. La contracción del gasto se concentra en transferencias a las provincias (que crecieron tan solo 18% nominal en el trimestre) y en gasto en capital (+6% nominal). El gasto corriente, en tanto, crece al 34%, y el gasto excluyendo transferencias a provincias, 33%.

El sesgo procíclico se ve también en la política comercial: la regla de superávit comercial de Moreno, implícitamente explicitada a comienzo de año y convalidada con el paso de los meses, tiene la característica de amplificar los ciclos. En un año de malas exportaciones como 2012, el menor influjo de dólares se convierte, a través de Moreno, en una caída de importaciones y desde allí en menor actividad. Un stop and go inducido por la política económica.

Asimismo y paradójicamente, siendo que el cepo cambiario y la reforma de la Carta Orgánica aumentan la potencia y discrecionalidad del Banco Central, la situación monetaria (y cambiaria) tuvo también un sesgo contractivo durante el año, aún en un contexto de fuerte emisión. La liquidez en los bancos descendió hasta ubicarse en su mínimo en años (de la mano de la desbancarización de la economía), el financiamiento se ha encarecido o incluso desaparecido (como la prefinanciación en dólares del comercio exterior) y el tipo de cambio real, aun con la aceleración del ritmo de devaluación del último trimestre, se encuentra un escalón por debajo de los niveles de 2011.

Asimismo, los intentos de forzar la pesificación contractual de la economía han tenido, al menos durante la transición, un efecto contractivo sobre el nivel de actividad al reducir las alternativas contractuales, como refleja de la manera más cruda la actividad inmobiliaria y, con ella, la construcción.

¿Cambiará esto en 2013? Los factores autónomos que hace algunos meses permitían prever una rápida recuperación de la actividad el año próximo, si bien se mantienen, comienzan a atenuarse (la supercosecha agrícola, el precio de las commodities, el crecimiento global y en particular el de Brasil, la situación financiera internacional) y no hay demasiadas razones para esperar un repunte fuerte del consumo y la inversión privada. La política económica deberá jugar, en este contexto, un rol fundamental.

El riesgo, sin embargo, es que el gambito quede a mitad de camino y el sacrificio de 2012 resulte improductivo. Los fuertes desequilibrios monetarios acumulados durante este año ponen un límite a la capacidad de utilizar las herramientas del Banco Central en 2013, la aceleración inflacionaria jaquea el uso del tipo de cambio para política anticíclica. Los excesos fiscales del pasado, la permanente postergación de decisiones impopulares - como el ajuste en las tarifas o subsidios – y la autoimpuesta autarquía financiera reducen el margen de maniobra para el año próximo. El paso de los meses dirá también si Moreno mantiene su regla comercial en caso de que las exportaciones no alcancen el dinamismo esperado, por ejemplo, por una caída en los términos de intercambio desde su máximo histórico en octubre de este año.

¿Logrará el gobierno en 2013 corregir la acumulación de desequilibrios macroeconómicos mientras contribuye a la reactivación económica? Hacerlo requiere un nivel de destreza en la gestión que excede a la simple sintonía fina.

miércoles, noviembre 21, 2012

Seis y contando

Tres días antes del post mas leido en la historia de ESC el blog cumplía seis años. Arrancando cuando teniamos tiernos 24 añitos, en el próximo ya no podremos presumir de sub-30! Pucha, cuanto ha pasado desde aquel post y a aquellos sms en los que pedia a amigos y familiares que visitaran el blog.

Y así seguimos, Gene tomando envión desde enero!!! para mandarse un post de la hostia, yo sosteniendo los trapos como puedo!

Gracias por seguir pasando por acá

lunes, noviembre 19, 2012

Lo esencial es bien visible a los ojos

Mientras vemos como la inflación se acelera nuevamente aún en un contexto recesivo, resurgen los debates sobre las causas, consecuencias y/o posibles soluciones del proceso sistemático de desvalorización de la moneda. En el medio del barullo ensordecedor oímos que la inflación es causada por la emisión o el gasto público, por excesos de demanda o falta de inversión, por la puja distributiva o el comportamiento de los formadores de precios, por la devaluación o por las expectativas, entre otras.

No es el objetivo de este humilde blog, y mucho menos con este más humilde post, ordenar este debate sino, simplemente, hacer una simple propuesta metodológica: recurramos menos a la prosa y más a los datos.

Es común oír en el fragor del debate inflacionario, por ejemplo, que no hay relación entre la cantidad de dinero (que muchas veces suele confundirse con “la emisión”) y la variación del nivel de precios. Apresurándose a tildar de ortodoxia monetarista a quien ose afirmar lo contrario, el debate pareciera ser entre quienes creen que es la emisión (los ortodoxos) y quienes creen que son otras cosas (la heterodoxia)…

Pero pucha, resulta que la existencia de una relación entre cantidad de dinero y el nivel de precios es uno de los hechos mejor registrados por varios siglos de investigación económica, en particular en aquellos países con inflación de mediana y elevada intensidad. Permítanme mostrarle tan sólo cuatro ejemplos. En las siguientes animaciones verán la relación entre el cambio en la cantidad de dinero (m2) y el nivel de precios para Argentina (1947-2012), Brasil (1980-2010), Turquía (1985-2010) y México (1985-2010). Cada punto es el cambio mensual promedio. Comienza mostrando el cambio en un solo mes y termina con la variación promedio para un periodo de 120 meses. Hago el recorte en 10% de variación mensual, aunque en algunos casos llega a ser mucho más que eso.

[Denles un rato para cargar que son pesados]

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Básicamente lo que se está viendo en las cuatro animaciones (y créanme que el proceso es igual para cualquier país que se tome) es como la relación, que comienza siendo una nube de puntos sin ninguna forma, tiende a tomar un patrón a medida que pasa el tiempo (para una muestra más técnica de lo mismo ver acá). De esta manera, y permítanme insistir en esto (y pecar en el camino de una soberbia infinita): hay muy, pero muy, pero muy pocas dudas de la existencia de una relación entre ambas variables. No es, a esta altura de la humanidad, algo que genere demasiadas dudas.

Ahora bien, la existencia de esa relación no es lo que diferencia a ortodoxia de heterodoxia. Afirmar que no existe relación entre cantidad de dinero y precios es el equivalente económico de negar alguna relación entre la masa de dos cuerpos, la distancia y la intensidad de la atracción gravitatoria. Los físicos podrán discutir de donde sale la gravedad, pero nadie duda de que los cuerpos se atraen.

Las diferencias surgen de las distintas explicaciones que se tienen para el fenómeno. Hay eternos debates sobre cuál es la forma correcta de medir el dinero y los precios, sobre la estabilidad de la relación, sobre los mecanismos de trasmisión entre los movimientos de ambas variables y su relación con otras variables como tasas de interés, actividad, tipo de cambio, salarios, entre muchas otras y, sobre todo, si el sentido de la causalidad va del dinero a la inflación o si la inflación lleva a la creación dinero. El debate es apasionante, inacabable e involucra a alguna de las mejores mentes que dio la disciplina económica.

Y sin embargo, en el barullo ensordecedor, pareciera que todo es lo mismo. Mucho más relevante que distinguir entre ortodoxos y heterodoxos es hacerlo entre quienes se toman los datos en serio y, pardon my french, los charlatanes que creen que solo alcanza con escribir frases que suenen coherentes para que sean ciertas.

Lo esencial es bien visible a los ojos: apéndice estadístico

Acceso a las animaciones individuales 



























martes, noviembre 06, 2012

Uno más

Me dirán, desde un altar de autoridad moral, que es porque tengo odio, por egoísta, porque me molesta la Asignación Universal y ver como los pobres suben la escalera social y se me acercan. Que quiero frenar el proceso de desarrollo con integración y distribución que transformó la estructura productiva del país. Me llamarán funcional a la derecha, facho, pro dictadura, infame. Dirán que respondo a alguno del mapa de los malos, que quiero interrumpir los juicios a represores. Que es porque tengo plata, que pienso en Miami y que, oligarca, quiero mantener mis privilegios y disfrutar de mi renta. Dirán que no puedo ver la realidad, que Clarin me la oculta y me manipula, que soy un golpista no dispuesto a tolerar la voluntad del pueblo, que democracia es bancármela si algo me disgusta y que solo tengo las urnas para quejarme y que mientras tanto me tengo que callar, o armar un partido. Me acusarán de antipatriota y de hacer campaña antiargentina o de librepensador.

Y todo ese juicio sobre mi lo harán sin saber quién soy, sin conocer mis principios ni de dónde vengo. Juzgan mi integridad sin saber a que aspiro, ni el esfuerzo que hago para estar donde estoy o para llegar adonde quiero llegar. No importa si soy laburador, si pago mis impuestos o si soy generoso, buen padre, hijo, esposo o amigo, si soy honesto, si me preocupo por los demás o si quiero a mi país. Nada de eso importa, todo es de segundo orden frente al hecho de que no soy parte. Si no quiero “ser orgánico” es suficiente para meterme en la bolsa de bosta.

Y luego me recordarán la crisis de 2001 y me hablarán del crecimiento a tasas chinas y del desendeudamiento, la renegociación de la deuda y el pago al FMI, de la nacionalización de las AFJPs, Aerolineas y AySA, de la soberanía hidrocarburífera y la estatización de YPF, de las notebooks, de la AUH, de la moratoria previsional, la negociación colectiva y la suba del salario mínimo y del salario real, de la caída del desempleo, la informalidad, la pobreza y la indigencia, del gasto en salud y educación, de la obra pública y la infraestructura, de la inversión y la reindustrialización, de la matriz productiva, de las exportaciones y su no primarización, la sustitución de importaciones y el consumo interno, del tipo de cambio real alto y del superávit fiscal, de las retenciones, de la reforma de carta orgánica del BCRA, de las reservas y de pesificar el pensamiento, del matrimonio gay y, claro, de la ley de medios, de los juicios a los dictadores y sus secuaces, del regreso de la política, del entusiasmo de los jóvenes, de la pluralidad de voces, de la integración sudamericana y Venezuela en el MERCOSUR…

“Aja” les contestaré “vení, charlemos una por una mejor”. Algunas me gustan mucho, otras poquito, otras nada y otras me parecen simplemente mentira. No tengo ningún problema en festejar las que comparto y debatir las que me disgustan…sin embargo no, no tiene nada que ver con eso.

Es por la inflación más alta del mundo, por los cincuenta y un muertos de once, por querer culpar al perejil que manejaba y por el despido con aplausos del funcionario responsable, porque destruyeron el INDEC y las estadísticas públicas, porque mienten la inflación, por el juicio penal a las consultoras, por mentir el crecimiento y dibujar la encuesta permanente de hogares, por la inconvertibilidad del peso y por saber que en el medio del cepo cambiario hay algunos amigotes que se están haciendo un festín, por bastardear lo que queda del MERCOSUR, por las trabas caprichosas y arbitrarias a las importaciones, porque el capricho llevó a que falten hasta pañales, remedios oncológicos o material quirúrgico, por la maquinara de propaganda estatal, la pauta oficial y el avance sobre los medios bajo pretexto de la “teoría de los dos demonios mediática”, por 678 que pagamos todos, por la cooptación y privatización del estado por el partido que gobierna, por el nuevo prólogo del Nunca Más, por esos Qom, Ferreyras e indoamericanos que se le escapan al relato, por la utilización de la AFIP para acallar opositores, por el abuso de las cadenas nacionales y los escraches a los Tosellis de este mundo que ya no se animan a hablar en público por miedo a represalias, por la persecución a Graciela Bevacqua, por la Campora privatizando las políticas sociales, las colectas de campaña “voluntarias” entre los empleados de las administración pública y los camporitas en las escuelas primarias, por Ciccone y la maldita impunidad de un vicepresidente corrupto que se llevó puesto un juez, un fiscal y al Procurador de la Nación, por los Daniel Reposo, las Beatriz "no hay fuga de capitales. De eso no se habla" Paglieri y los Guillermo “acá no se vota” Moreno, por bastardear el acto electoral adelantando elecciones, con candidaturas testimoniales o el oportunismo del voto a los 16, por la ley antiterrorista, la bolsa de Felisa, por Skanska, los sueños compartidos de Schoklender, los feedlots de Echegaray, por la complicidad K en el vaciamiento de YPF que no se borra con el relato emancipador de la estatización, por la política energética y de transporte y el derroche en subsidios y los viajecitos de Jaime y por esos diez años de crecimiento que no logran evitar que los trenes descarrilen y choquen o que al menos uno de cada dos chicos termine la secundaria, por los terrenos de Calafate fiscalizado por la hija de Alicia, por esos plazos fijos en dólares que les dieron 12% de interés, por la modificación tributaría entre gallos y medianoche para evitar que los deudos de Nestor Kirchner paguen impuesto a la herencia, por la valija de Antonini y las de Southern Winds, por los fondos de Santa Cruz, por esos tres asesinados en la ruta de la efedrina que financiaron la campaña, por el “blanqueo/lavado” de 2008, por los “Vamos por todo, por todo!”, Por la connivencia con la delincuencia organizada del futbol que financiamos entre todos, por las salidas culturales de Vazquez a dos días de haber sido condenado por prender fuego a su esposa…

No sé si son validas o suficientes, mucho menos si tengo razón. Sólo sé que, aún si fuera el único que lo creyera, la misma Constitución que legitima al gobierno protege mi derecho a expresar mi disconformidad frente a las autoridades. De eso se trata una República y de eso se trata la Democracia

Atte
L

lunes, octubre 29, 2012

Y el ganador es....?

En 2012, en el contexto del "cepo-que-no-existe-pero-que-los-hay-los-hay" las firmas de capital extranjero tuvieron totalmente bloqueado el giro de utilidades y dividendos. El quiebre en la serie es evidente. En los seis meses entre enero y junio, el Banco Central nos cuenta que se autorizaron tan sólo USD 48 millones en concepto de utilidades y dividendos, comparados con los USD 2.5 mil millones del semestre previo o los USD 2.0 mil millones de igual periodo del año anterior.



Sin embargo, es interesante que la prohibición no haya sido total sino que se hayan girado USD 48 millones. Algunos privilegiados lograron quebrar el cepo-que-no-existe-pero-que-los-hay-los-hay y hacerse de dolares al tipo de cambio oficial, inaccesible para el 98% restante. La composición de estas utilidades y dividendos giradas es elocuente:



Una o varias firmas del sector de entidades financieras y cambiarias fueron autorizadas en marzo a comprar USD 31 millones para girar en concepto de utilidades. ¿Alguien sabe cuales o, mas importante, que criterio se utilizó para autorizar esos USD 31 millones y rechazar los otros USD 2/2.5 mil millones?

Luciano



lunes, octubre 22, 2012

El milagro latinoamericano del Tigre Argentino

“El público se renueva” decía Mirta, y pretende este post ser una prueba empírica de esa afirmación. Hace algunos años, cuando quienes escribíamos este blog estábamos más cerca del sub-25 que del sub-30, publiqué este post buscando medir el impacto del viento de cola en la performance exportadora industrial de Argentina. Con cinco años más de datos, pruebo de nuevo con un remake.

Las exportaciones industriales argentinas crecieron*, desde la salida de la convertibilidad y hasta 2011, un nada despreciable 10% por año (o 190% acumulado). Podríamos debatir cuánto de esto se explica por la mejora en los precios (mucho) o si hay un quiebre de tendencia respecto a la década anterior (no lo hay) pero no es el objeto de este post destejer relatos o entrar en comparaciones odiosas sino tratar de entender cómo lo logramos y, a partir de allí, pensar cómo sostenerlo en el tiempo. 

Ahora bien ¿Cuánto de este crecimiento puede atribuirse a factores locales y a globales?

El primer paso es tratar de medir, de alguna manera, la intensidad del impulso global. Para eso, construí un índice de crecimiento de los mercados receptores de nuestras exportaciones industriales. La metodología es simple. Se mide la importancia de cada país en las exportaciones industriales y con ello se pondera el crecimiento de las importaciones de cada país desde todo el mundo, lo cual nos permite incorporar el hecho de que no todos los países comparten los mismos socios comerciales.


Así, por ejemplo, para Argentina es más importante el crecimiento del mercado de Brasil (que representa 40% de las exportaciones industriales) que el de EE.UU. (que representa el 14%), mientras que las exportaciones de Brasil, Chile o Colombia dependen más del mercado norteamericano (35%, 21% y 25% respectivamente). De la misma forma, por ejemplo, menos importante es para la región el crecimiento de las importaciones industriales chinas (que son un factor fundamental para Australia, Japón o Korea). El índice resultante para diez países de América Latina, considerando las exportaciones a casi cien países,  se presenta en el siguiente gráfico

El gráfico es bastante elocuente. Argentina fue el país de Latinoamérica con mayor crecimiento en el mercado de sus socios comerciales. Tomando como referencia el año 2000 (las conclusiones generales no cambian de cambiar el año base) los mercados de los socios industriales argentinos crecieron un 250%, por arriba del ecuatoriano (230%), venezolano (210%), colombiano (290%), paraguayo (235%), peruano (230%), chileno y brasilero (230%), boliviano (225%) y mexicano (160). Esto se explica, principalmente, por la mayor importancia de los destinos latinoamericanos, de rápido crecimiento, en nuestra canasta exportadora. Así, por ejemplo, mientras entre 2000 y 2011 las importaciones industriales de Brasil, Chile, Perú o Colombia crecieron 290%, 310%, 370% o 330% respectivamente (o 180% las Argentinas), las de EE.UU., Japón (importante para Chile), Italia o Alemania lo hicieron al 50%, 85%, 100% o 130% respectivamente.

Dicho esto ¿Cómo se comparan nuestras exportaciones industriales con el crecimiento de nuestros socios?

Hasta 2007, como se ve en el siguiente gráfico, nuestras exportaciones industriales crecieron en línea con los mercados receptores (99% y 108%, o 10% y 11% anual respectivamente). Sin embargo, desde entonces, y a pesar de que Argentina mantuvo el ritmo de crecimiento en 10%, las tendencias divergen, con los socios creciendo 14%. En el acumulado, mientras nuestras exportaciones crecieron un 10% anual, los mercados receptores lo hicieron a un 12%.


La misma información puede presentarse de otra manera. Si llamamos “Viento de cola” al crecimiento de los socios, podemos llamar “efecto local” a la diferencia entre ese valor y lo que realmente sucedió. Es decir, por ejemplo, que si las compras de nuestros socios crecieron 100% y nuestras ventas a ellos 150% hay un 50% que puede asociarse a factores locales.

Esta presentación se muestra en el siguiente gráfico, para Argentina por año desde el 2000 y para América Latina como un promedio de 2009-2011. El país estuvo sistemáticamente, desde 2007, perdiendo terreno en sus mercados de influencia. La comparación regional tampoco es mucho mejor. Si bien no estamos en la zona de descenso directo de Bolivia y Venezuela (cuya tragedia productiva merece un post aparte) peleamos la promoción con Colombia. Solo para ponerlo en magnitudes económicas, si Argentina hubiese tenido un efecto local equivalente al de Chile o Ecuador, las exportaciones industriales habrían ascendido a USD 32mm, o USD 9mm más que las registradas, cifra que equivale al total de importaciones de combustibles de los últimos doce meses.





En conclusión (y casi copia textual de la de hace cuatro años) no sólo desde la salida de la convertibilidad el crecimiento de las exportaciones industriales, que impulsaron gran parte del crecimiento de la última década, se explican casi exclusivamente por el crecimiento del mercado mundial, sino que desde hace un lustro ni siquiera logramos mantener nuestra participación.

En definitiva, si las conclusiones que se extraen de este análisis son correctas, más allá de contribuir a repensar los factores del crecimiento de la posconvertibilidad (siempre es tentador subirse al ring contra “el relato”), explicitan un serio desafío para los próximos años. Argentina no contará, en el futuro cercano, con muchos de los factores que ayudaron durante la última década. Si no logramos mejorar nuestra posición relativa con tipo de cambio real alto, energía barata y abundante, capacidad ociosa, financiamiento a tasas negativas y subsidios ¿Cómo logrará el país mantener el crecimiento de la demanda de sus productos industriales? ¿Qué esperar para los próximos años cuando, muy posiblemente, la demanda global deje de darnos tan buenas noticias?

Con la pregunta abierta (y dejando la bola picando para un segundo post) invito al debate en los comentarios.

Atentisimamente
Luciano

*Donde llamamos "exportaciones industriales" a los códigos 16 a 36 del CIIU excluyendo derivados del petroleo, metales preciosos y biocombustbles lo cual corrige la distorsión de la confusamente llamadas "Manufacturas de Origen Industrial"

jueves, septiembre 27, 2012

Conejillos de Indias

Cuentan Lucas y Ezequiel que dijo Axel….

“Para los que piensan que la emisión es la causa exclusiva del incremento de precios, les recuerdo que vivimos en un laboratorio de expansión monetaria. Estados Unidos cuadruplicó su base monetaria, la Unión Europea la duplicó y el Banco de Inglaterra la cuadruplicó. ¿Y en esos países hay riesgo de inflación? No, hay riesgo de deflación.”

…y recogemos aquí el guante.

Durante el último trimestre el gobierno hizo uso generoso de las nuevas facultades obtenidas con la reforma de la Carta Orgánica de marzo. La base monetaria creció en los últimos meses a un vertiginoso 40% interanual aunque con un importante cambio en la composición de su crecimiento. Si antes lo hacía principalmente como correlato de la compra de divisas (en parte esterilizada con titulo, pases y redescuentos) hoy son los giros al sector público y, más recientemente, el financiamiento a los bancos (con pases) los que impulsan la creación de dinero.


Ahora bien ¿Tuvo esta creación de pesos impacto inflacionario directo (y exclusivo), como solían predecir las teorías a las que alude Axel (cuyo auge, sabemos, fue en la década del setenta, antes de caer en el arcón de las teorías en las que ya nadie cree)? La respuesta que no, o al menos no tanto. Si bien la inflación algo se ha acelerado, aún en un contexto recesivo, el alza aun no refleja una aceleración equivalente a la expansión monetaria.

Pero entonces ¿Por qué la inflación no reacciona al tsunami de pesos desde Ciccone y la Casa de la Moneda? Básicamente por dos razones, que ponen al equilibrio monetario en una posición inestable y riesgosa.

En primer lugar, cayó la creación secundaria de dinero. El M2 privado (la suma del circulante en poder del público más los depósitos privados a la vista) crece al 33% y el M2 total (que incluye depósitos públicos) al 35% y el M3 privado y total (que incluye también depósitos a plazo) crecen, respectivamente, al 37% y 33% interanual. Es decir, la cantidad total de pesos está creciendo menos que la base monetaria, porque está bajando el rol amplificador del sistema bancario.


Esta menor creación secundaria de dinero no se explica, como podría sospecharse porque “los bancos se están sentando sobre los pesos” sino por una sensible desbancarizacion de la economía. Es decir, los bancos están prestando toda la plata que reciben (la liquidez, o sea, la plata que no prestan, está cerca de los mínimos valores de toda la década) pero los pesos luego no regresan a los bancos sino que se mantienen en circulante. La inflación en alza, las tasas deprimidas y el cepo cambiario (que reducen el atractivo del ahorro bancario) inducen la informalidad financiera.

Sin embargo, aún así el 33%/37% de los agregados monetarios se encuentra muy por arriba de la inflación (en el entorno al 25%) y del crecimiento de la economía, cercano a cero ¿Qué más está pasando para que una cantidad de transacciones un 25% más alta (aprox) que el año se haga con 33%/37% más pesos que antes?

La respuesta es que ha subido la demanda de dinero o, análogamente, ha bajado su velocidad de circulación. Se me ocurren al menos cuatro explicaciones no excluyentes:

En primer lugar, y posiblemente dominante por sobre todas las demás, está el corralito verde. En ausencia de opciones de inversión financiera, la demanda reprimida de dólares es demanda inflada de pesos. Es decir, pesos que se demandan porque te obligan a tenerlos.

En segundo lugar, una porción de la demanda de pesos es forzada porque hay menos instrumentos reales de inversión. Por ejemplo la crisis del mercado inmobiliario y la construcción o las trabas comerciales de Moreno que afectan la adquisición de bienes de capital o la acumulación de inventarios reduce el flujo de ahorros que circulan en ese sentido.

En tercer lugar hay un efecto de mercado. Se estabilizó en los últimos meses la brecha del dólar informal (que descendió de 48% al 38% actual), cerrando la brecha con las tasas pasivas que continúan su marcha ascendente para equilibrar los retornos esperados entre inversiones en pesos y dólares.

Finalmente este año se observan dificultades en la cadena de pagos, asociadas a la recesión y al ajuste fiscal, que a un mismo nivel de transacciones elevan la preferencia por liquidez y reducen el número y la velocidad de circulación de la plata. Aunque es una variable difícil de medir, el incremento en el porcentaje de cheques rechazados o la caída en el crecimiento de cheques compensados son un indició de este canal, que refleja la acumulación de deuda con proveedores.

Dicho todo esto, la pregunta del millón es: ¿cuánta emisión adicional aguanta la demanda?

El panorama monetario parece estar, entonces, en algún tipo de equilibrio inestable que implica serios desafíos de gestión. El acelerado crecimiento de la base para financiar el déficit fiscal tuvo moderado impacto expansivo (e inflacionario) por situaciones excepcionales (el salto discreto de la demanda de dinero fruto de las medidas cambiárias) y transitorias (la velocidad de circulación debería crecer si revierte la contracción y retorna el crecimiento económico en 2013).

Es decir, si bien hasta ahora, como sostiene Axel, el financiamiento inflacionario del sector público no aceleró la inflación, no puede ignorarse el riesgo latente de que la demanda de dinero capitule y convierta estos pesos en bienes, servicios o activos financieros (dólares) a cualquier precio, generando demanda y, sobre todo, inflación de demanda.

Si esto sucede, tendremos que acostumbrarnos a una inflación un escalón más alto que la del último lustro, lo cual, convengamos, tampoco es gran cosa, siempre que nos mantengamos lejos de ese 25% que haría que la economía estalle por los aires.

lunes, julio 23, 2012

Vorágine tecnicolor

Hace algunos meses, cuando la vorágine tecnicolor del dólar recién comenzaba, escribía este post, en el que comentaba (cómo hacía aquí también Natalio) como al menos una parte de la estampida previa al corralito impuesto en noviembre podía explicarse por un grueso error en la gestión monetaria. El punto central, que puede sintetizarse en el siguiente gráfico, era que, en el contexto de una fuga global desde las monedas emergentes a las de refugio, el BCRA se había empeñado en sostener una paridad cambiaria (entonces de $ 4.2) que luego sería abandonada no sin antes sacrificar U$D 6 mil millones de reservas, forzando una fuerte suba de tasas, una caída en créditos y préstamos y un incremento en las primas de riesgo (formal e informal).


Casi un año después, y con mucha agua corrida bajo el puente, lo están haciendo de nuevo. Al igual que en aquella oportunidad, parecieran estar menospreciándo los límites impuestos por el trilema monetario. Vamos a los hechos.

Los meses de la mitad de año son especiales en términos monetarios (podría mencionar que lo veníamos diciendo hace rato desde Elypsis, pero no estoy aquí para el autobombo). El patrón estacional del comercio exterior - que concentra los mayores superávits en este periodo, que al ser liquidados crean pesos - y el pago de aguinaldos – unos ARS 21mm, 7/8% de la base monetaria - generan en esta época del año una cantidad transitoriamente alta de pesos.

Los pesos adicionales, como nos recuerda este filósofo contemporáneo, sirven para comprar dólares. En un año normal, un porcentaje de ese flujo de pesos se convierte en dólares a través del mercado oficial. En este, el primer julio acorralado, habrá, por un lado, un porcentaje menor de pesos queriendo convertirse a dólares pero, por otro, un mercado oficial cerrado que obliga a la demanda a dirigirse al informal. Como el Blue es un mercado de muy bajo volumen, alcanza una pequeña suba en la demanda para generar fuertes incrementos de precio. El salto de los últimos diez días en gran medida parecería ser un reflejo de esto.

Entonces ¿Qué haría usted, lector amigo, si supiera que hay una cantidad de pesos que pueden derivar en presión sobre la brecha del paralelo? La respuesta “de mercado” a esta mayor presión (que es, análogamente, una presión sobre los depósitos en pesos en los bancos) es una suba de las tasas pasivas, es decir, las tasas que se les paga a los ahorristas por los depósitos. Cuanto más redituable sean las alternativas en pesos menor será el interés por volcarse al mercado informal.

Eso es exactamente lo que estaba pasando. En un contexto de tasas reales negativas el crédito en pesos está creciendo al 48% anual, mientras los depósitos al 28%. Este mayor crecimiento está presionando sobre la liquidez en los bancos que, en los últimos meses, han comenzado a subir las tasas de los depósitos, aún con la tasa de los créditos en baja. Es decir, desde principio de año los bancos están ajustando sus márgenes (desde niveles atípicamente altos) subiendo lo que pagan por el dinero para mantener una buena base de depósitos

Y sin embargo, esto parece no gustarle a los gestores de la política macro, que desde hace un tiempo presionan por la reducción de las tasas pasivas. En primer lugar, la ANSES coloca desde hace tiempo depósitos por debajo de los niveles de mercado para mantener artificialmente baja la tasa BADLAR (a costa del retorno del Fondo de Garantía de Sustentabilidad). En segundo lugar, hubieron fuertes presiones “a-la-Morene” la semana pasada (luego parcialmente revertidas) para mantener bajas las tasas de los depósitos a plazos cortos, es decir, los que determinan la BADLAR.

La tentación de convertir la tasa BADLAR en un nuevo CER no es menor: el ahorro fiscal directo por cada punto de baja de la BADLAR es de ARS 765 millones o USD 166 millones, como resultado de los menores intereses que el gobierno debería pagar por lo bonos atados a esa tasa. “Hasta en Europa hacen esto” deben pensar quienes diseñan la veintiúnica versión del default sin defaultear.

Al empeñarse en mantener las tasas pasivas por el piso, con una dólar informal que demuestra con el paso de los meses que el que apuesta al blue no pierde – no lo hizo ni el que compró a $ 4.5 en octubre de 2011, ni a $ 5 en marzo, ni a $ 6 en junio-, el gobierno arriesga quebrar la demanda de pesos que hasta ahora se ha doblado pero no se ha roto. Aunque claro, quizás sea como decía El General, para quien “No hay nada más elástico que la economía”.

Pero, como diría Fito (atenti al cierre poético!)

Yo te conozco de antes 
 desde antes del ayer 
 yo te conozco de antes 
 cuando me fui no me alejé 
 llevo la voz cantante 
 llevo la luz del tren 
 llevo un destino errante 
 llevo tus marcas en mi piel 
 y hoy solo te vuelvo a ver
 y hoy solo te vuelvo a ver
 y hoy solo te vuelvo a ver