lunes, junio 14, 2010

Inflación heterodoxa - Buscando el cisne negro.

En el que fuera el post más comentado y visitado de los casi cuatro años de historia de ESC, Genérico expuso los principales lineamientos de la hipótesis de la gente de “inflación heterodoxa”.

Entre los diversos corolarios que pueden extraerse de la propuesta, una especialmente interesante es que, si efectivamente la dinámica inflacionaria puede explicarse por la combinación de inflación importada con un proceso de puja distributiva, entonces tal vez no sea tan grave. En definitiva, lo que tendríamos es un fenómeno exógeno y no manejable como la importación de inflación y otro hasta socialmente defendible, como es la lucha de los menos favorecidos por mejorar su posición relativa en la sociedad.

Sin embargo, esta hipótesis tiene, a mi entender, dos debilidades casi fatales. La primera de ellas ya fue mencionada en los comentarios. Está parecer ser una hipótesis completamente ad-hoc que, aún si se ajustara al periodo que busca explicar, falla el encontrarle una explicación a los diferentes niveles inflacionarios en países distintos o en el mismo país en distintos momentos del tiempo.

En segundo lugar, la hipótesis tiene, creo, un hueco importante en su argumentación. No alcanza con que haya puja distributiva para propagar un proceso de suba de precios. Para ser inflacionaria, la puja debe ser inestable, esto es, debe cambiar cíclicamente el sector o grupo social que toma la delantera. Si, por ejemplo, sólo tuviéramos presión sindical por la suba de salarios, lo que observaríamos sería un salto de nivel en los salarios reales. La inflación se produce, en cambio, cuando tras haber conseguido uno de los contendientes una mejora, la contraparte recupera terreno para volver a foja cero (en este caso los empresarios subiendo los precios).

Permítanme darles un ejemplo de lo que estoy hablando.

Brasil experimentó, desde que asumiera Lula hace ocho años, el proceso más intenso de mejora distributiva y combate a la pobreza desu historia reciente. El Gini de Brasil cae desde 0.59 a 0.54, en una mejora incluso más fuerte a la de Argentina desde el peor momento de la crisis en 2002 hasta 2007. La pobreza e indigencia, por su parte, caen 12% y 8% respectivamente.

Gran parte de estas mejoras surgen de la redistribución primaria del ingreso, esto es, de aquella que se origina en el mercado de trabajo. el salario real crece 30% durante el periodo de Lula (tras una caída del 18% durante los cuatro de años de crisis) y el desempleo toca los mínimos de los últimos 15 años.

El entorno en Brasil, entonces, era propicio para el desarrollo de un proceso de puja inflacionaria, montada sobre la misma inflación importada que habría afectado a Argentina. Sin embargo, durante todo el periodo de Lula, la inflación promedio fue de 6.5% por año (y de 5.3% si excluimos 2003), en un país con una historia inflacionaria equivalente a la argentina (y su última hiperinflación en 1994).

Entonces, con tan sólo cinco gráficos tenemos todos los elementos para plantear el interrogante ¿Por qué en Brasil no se vivió un proceso inflacionario como en Argentina, impulsado por la puja distributiva?

Tengo dos hipótesis al respecto, no necesariamente excluyentes.

La primera de ellas, que no es incompatible con la hipótesis de “inflación heterodoxa”, es que Lula canalizó tempranamente las demandas distributivas a través de la redistribución secundaria del ingreso, esto es, la que surge de la política fiscal. A pocos meses de asumir Lula pone en marcha, en el marco de los programas de “Hambre cero”, el Plan “Bolsa Familia” de transferencias directas a más de 47 millones de beneficiarios.

Ésta ampliación de la cobertura del Estado de Bienestar permitirían explicar no sólo el equilibrio en la puja distributiva, sino gran parte del fenómeno Lula, que tras ocho años de gobierno abandonará en enero el cargo con más de 80% de aceptación.

La segunda explicación, en cambio, es menos “heterodoxa” y, revisando el archivo, veo que ya escribí sobre ella acá.

La puja distributiva requiere una convalidación de la macroeconomía para convertirse en inflación. la inflación por puja distributiva es inflación de demanda y viceversa. Esto es, sin una política macroeconómica que acompañe las sucesivas etapas de la puja, las mejoras distributivas no tienen porque convertirse en inflación.

Esto es, justamente, lo que se observa en Brasil, país que combinó una micro relativamente heterodoxa (diversos planes de desarrollo, creciente rol del BNDES, controles de capitales, subas en el salario mínimo, regulación pro-Petrobras de la explotación petrolera, entro otras) con una macro “prudente” (diría “ortodoxa” pero no le veo lo ortodoxo a hacer política anticíclica).

Aunque la gestión macro no está exenta de sus bemoles (en particular de cara a 2011) en términos generales combinó (i) una exitosa implementación de targets de inflación, que implicó, durante largos periodos, fuertes subas a las tasas de interés de referencia (ii) política fiscal prudente y persistentemente superavitaria, sin recurrir al consumo de stocks (o acá), incluso tras los impulsos fiscales de 2009 (iii) acumulación precautoria de reservas que ascienden hoy a U$D 250 mil millones, entre otras particularidades de la macro que no describo aquí por falta de espacio y tiempo.

Así, Brasil acumula en las ultimas dos decadas un crecimiento exactamente igual al argentinoi (75%), con una volatilidad sensiblemente inferior y, sobre todo, con estabilidad nominal y sin la acumulacion de presiones inflacionarias que vemos en nuestro país. Creo, personalmente, que el caso de Brasil, como el de otros países de la región, son un contraejemplo sólido a la hipótesis de “inflación heterodoxa”. Tenemos, bien cerca, el caso de un país que ha logrado (como Chile, Uruguay o Bolivia) combinar el mandato distribucionista de un gobierno progresista con una gestión prudente de la macro y buenos resultados en términos económicos.

Esta combinación parecería también traer sus réditos en términos políticos. A diferencia de Alan Garcia (que no logró transferir el “milagro peruano” a mejoras de los indicadores sociales), Chavez o los Kirchner (que cometieron groseros errores en la gestión de la macroeconomía) todos los casos exitosos se convirtieron en caudales de votos y popularidad.

Con todo lo dicho, una pregunta no respondida queda pendiente ¿Cómo hacemos en Argentina para combinar nuestras (por suerte) elevadas expectativas en términos sociales con una gestión macroeconómica racional?

Sin más, saluda atte.

Luciano (aka. Elemaco)

*Es anticlimático elogiar a Brasil en mitad del mundial, pero bueh, el show debe continuar.

98 comentarios:

Jorge Devincenzi dijo...

Creo que la secuencia aumentos salariales-aumentos de precios para diluir la ventaja anterior, es la mejor explicación para el caso argentino por la inelasticidad de la oferta y la propia naturaleza concentrada de esa oferta. Entiendo que el gobierno se mueve dentro de cierto caos, pero habría q fortalecer el control de precios o cambiarle las reglas de juego a losn formadores de.

art vandalay dijo...

A) "Aún si se ajustara al periodo que busca explicar, falla el encontrarle una explicación a los diferentes niveles inflacionarios en países distintos o en el mismo país en distintos momentos del tiempo." Vos estás buscando una "ley". Y una ley en Economía escasea, salvo en el país de la ortodoxia.

B) Olivera, J. "Equilibrio de mercado, equilibrio social e inflación estructural", te responde algunas de tus inquietudes.

Kaloma dijo...

Se hace bajando de la nube de neokeyMesianismo q implica pretender digitar el comportamiento de los formadores con aleccionadoras intervenciones q solo espantan inversion, a un neokeynesianismo potable q ¨incluya¨ a la oferta dentro de su esquema de analisis y sea orientador tomando en cuenta las expectativas de cada participante.
Algo mas directo seria decir q deberiamos bajarnos del papel de señorita maestra y reconocer los limites del hacedor.
La unica critica es q pisaste la posibilidad de llegar a los 300 comentarios en el reutilizable post de Generico...
Salutti

Say (No More) dijo...

Estimado Ele,

Dos cosas, para hacer justicia con algunas de las cosas que se discuten en inflación heterodoxa (comento las que comparto).

Primero, la hipótesis más básica de la lista es la de inflación de oferta, en contraposición a la inflación de demanda. En toda la comparación con Brasil no se menciona el tipo de cambio. Me parece que si no metemos esta variable, ni vale la pena discutir el contra-ejemplo.

Segundo, no entiendo bien la explicación de la puja. Puja implica que hay objetivos reales incompatibles con el producto de la economía. Es decir, es casi obvio que para que haya puja se necesitan, por lo menos, dos actores. Claro que ARG la cosa es todavía más compleja, porque a todo esto se le suma la renta de la tierra.

Stes.

Emmanuel Agis.

Mariano T. dijo...

EN Brasil hay tambiébn renta de la tierra, y de más tierra que la nuestra.

Pablo dijo...

A los elementos mencionados por Emmanuel Agis, que comparto totalmente, quería agregar uno. A la hora de hacer comparaciones, creo que es importante tener en cuenta ciertas diferencias específicas de los países. En particular, tengo entendido (y corríjanme si me equivoco) que el peso de los sindicatos en uno y otro país, su capacidad de presión, es muy distinto.

Mariano T. dijo...

Pero en Brasil tengo entendido que no hay control de precios, al menos en alimentos (no se en tarifas)

Rodrigo dijo...

Estoy haciendo un intercambio en Porto Alegre ahora mismo de ingenieria industrial.

La percepcion que se tiene de su suceso actual es devido al plan real y su consiguiente control de la inflacion. Le dio previsibilidad a las empresas e las ayudo a planear a largo plazo. Inversiones productivas, saltos de productividad, reduccion de stocks, etc.

Hoy en dia es inconcebible hablar de inflacion en brasil. es maa palabra, anecdota del pasado. No se pone como un logro de lula el control de la inglacion, es un supuesto dado.

Salduos

Rodrigo

Rodrigo dijo...

Estoy haciendo un intercambio en Porto Alegre ahora mismo de ingenieria industrial.

La percepcion que se tiene de su suceso actual es devido al plan real y su consiguiente control de la inflacion. Le dio previsibilidad a las empresas e las ayudo a planear a largo plazo. Inversiones productivas, saltos de productividad, reduccion de stocks, etc.

Hoy en dia es inconcebible hablar de inflacion en brasil. es maa palabra, anecdota del pasado. No se pone como un logro de lula el control de la inglacion, es un supuesto dado.

Salduos

Rodrigo

Anónimo dijo...

Ele,

Lo felicito por la discusión. Yo en general coincido con Emmanuel. Lo primero que me importante es señalar qué la hipótesis de que la inflación es por puja no es descabellada. Mucha gente muy calificada la sostuvo durante mucho tiempo, y es una de esas ideas que permanetemente andan dando vuelta, aunque tenga más o menos "prensa". Lógicamente, esto no quiere decir que sea la mejor explicación que existe hoy en día.
De todas maneras me parece que una diferencia que no es tal. Ud. dice que tiene que existe "una demanda que convalide la puja". Bueno, no creo que alguien niegue esto. La explicación "por puja" parte de dos hechos:
a) Que no existe ningúna tendencia hacia la plena ocupación (en todo caso, cuellos de botella) y que el mercado no asigna recursos eficientemente
b) Que el poder de negociación de los trabajadores depende, entre otras cosas, de la tasa de desempleo. Esto no es una idea totalmente "heterodoxa". Seguro la conoce, se llama curva de salarios.


Por último, desconoco el caso de Brasil, pero le confieso que es interesante. A mí humilde entender, es imposible lograr simultaneamente: a) crecer muy rápido; b) mejorar alevosamente la distribución del ingreso; c) tener una inflación baja (léase 2-3%).

Me gustaría conocer un poco más de Asia para saber si esto fue posible.

slds.
Gualra

Anónimo dijo...

Ele: muy bueno el post, pero no dice nada de la diferente estrategia cambiaria.

Sam Rothstein dijo...

Gracias por el link!

Anónimo dijo...

Ele: otra cosa, no creo que ningún economista, heterodoxo u ortodoxo diga que: "(la inflación) tal vez no sea tan grave. En definitiva, lo que tendríamos es un fenómeno exógeno y no manejable como la importación de inflación y otro hasta socialmente defendible".
Creo que caricaturizás un poco su posición.
Supongo que lo que plantean es que las políticas para combatirla deben ser otras, no que la inflación no sea grave o que sea progresiva.

guido dijo...

Dos preguntas Ele:

1)¿El poder de negociación sindical es comparable en Brasil y Argentina?
Digo, porque si (como creo) no lo es, esto puede explicar (más que la presunta sensatés del PT) los límites a una puja desmadrada.

2)El hecho de que, aún mejorando más, el gini brasileño sea catastrófico ¿No tiene algún significado? Intuitivamente, mientras más alto sea un gini, más "bajable" debería ser. Es decir, se pueden conseguir mejoras objetivas más notables con menos esfuerzo para los que "pierden". Si esto es correcto, cuando el gini está más cerca de 0 (como es el caso argentino respecto a Brasil) todo podría ser mas peliagudo...

Creo que si tengo razón en 1), la respuesta a tu pregunta final (incluyendo la afirmación explícita sobre un país con mayores expectativas) es un rotundo: con el actual estado de la ciencia económica NO SE PUEDE. O una u otra hasta que los economistas inventen algo. Por eso necesitamos políticos como Néstor en lugar de economistas al timón.

Diego dijo...

Guido,

A tu pregunta si el poder sindical en Brasil es similar al de Argentina, te contesto simplemente: Lula.

Brasil puso a un sindicalista de Presidente. Te imaginas a Moyano de presidente acá?.

Entonces mi respuesta es: Brasil tiene un sindicalismo más fuerte que el de Argentina, porque sus jefes sindicales tienen objetivos alineados con sus trabajadores, y con el desarrollo de Brasil en su conjunto. En cuanto a Nestor, es un millonario que hace su juego aprovechandose de la liturgia peronista.

Slds,

Diego

guido dijo...

Diego, no es una respuesta convincente, para nada. Lula hizo su carrera como líder de un gremio con mucho peso en una ciudad que no es en lo más mínimo representativa de Brasil en conjunto. La relación que establecés (presidente de origen sindical, entonces, gremios con mucho poder) no tiene demasiado sentido. Al menos hasta que demuestres que, en Argentina, el negocio de martillero público es un gran factor de poder...

il postino dijo...

Diego! GRacias por explicar lo obvio!!
Lula en portugués no suena mucho mejor que Moyano en español, pero claramente tiene una visión que va más allá de asegurar un futuro a su familia, un título al Rojo y más años de poder ante cualquier gobierno.

Por otra parte, si en economía no es posible encontrar leyes entonces todo vale....esa me parece la excusa perfecta de los que ante la complejidad de la materia tiran la toalla en lugar de intentar pensar. Creo que los casos de los países vecinos (y de otros no tan vecinos), nos indican que hay conjuntos de políticas que dan resultados macro iguales o mejores a los argentinos pero con menos volatilidad y mayor sustentabilidad.

guido dijo...

Postino, a mi lo obvio se me escapa:

¿Para vos es obvio que del origen obrero de Lula se desprende un peso relativo mayor de los sindicatos en tanto grupos de poder en Brasil respecto de Argentina?¿No te parece que para afirmar eso necesitás, al menos, algún datito más?(Como mínimo los % de afiliación, % de salarios acordados por convenio, % de respeto de esos convenios, etc.)

Mariano T. dijo...

Y con el título para el rojo esta lamentablemente en deuda...

Rodrigo dijo...

En brasil hay areas q no se pueden tocar, que son las de planeamiento estrategico. Transportes, energia, educacion.... El resto se puede manjear. Lo que se dice aca es que el unico limitante para el salto final es la estructura viaria

Dps hablare mas

abrazo

Diego dijo...

Guido,

Entiendo que busques datos sobre tu afirmación (o que te los dé para refutarla), pero mi afirmación es más conceptual que numérica.

No sé si Brasil está más o menos sindicalizado que Argentina, pero es claro que los objetivos de sus sindicatos (y Lula ha sido un sindicalista muy importante en Brasil) están mucho más alineados con los de la población en general que en Argentina.

Acá, por ahora, los sindicalistas tienen poca (o ninguna representatividad) incluso en sus gremios, donde están enquitados desde hace décadas debido a sus manejos antidemocráticos.

Finalmente, me hago la siguiente pregunta. En que país ha sido más eficiente para sus afiliados el sindicalismo? En Brasil, donde se ve una tendencia creciente de derechos y bienestar, o en Argentina, donde los indicadores van en dirección contraria, incluso luego de 7 años de manejo de Nestor, el millonario?

Slds!

Diego

il postino dijo...

Guido,

desde el momento en que un líder sindical ha tenido la credibilidad necesaria como para ganar una elección, se hace evidente que los sindicatos en general y Lula en particular tienen un peso social mayor que en Argentina. Las métricas que vos proponés son proxies de esa credibilidad y peso relativo, innecesarios ante la evidencia del voto.

En Argentina los gremios son factores de poder de estilo corporativo, desde que Perón se avivó que de esa manera los podía manejar más fácil. Por ende, más allá del barullo que hagan, tienen un peso real en la sociedad menor que en Brasil (y me atrevería a decir que no mucho mayor que en Chile, pero eso es más una conjetura que una afirmación)

Matías dijo...

¿Lo de Chávez tiene sustento empírico o es sólo una chicana? Que yo sepa, en las elecciones presidenciales viene yendo de menos a más.

Diego dijo...

Il Postino, está usted leyendo mientras escribo?

Un abrazo,

Diego

guido dijo...

Postino y Diego, aquí también hay gremialistas que ganan elecciones (p.e. Gutierrez en quilmes y buena parte del congreso).

Pero el punto aquí no es la presunta credibilidad o falta de la misma (que no me parece tan evidente como a ustedes: los invito a consultar a su recolector de basura amigo o repartidor de gasesas que opinan de Moyano), sino el peso de los sindicatos para conseguir ventajas salariales en el marco de la puja distributiva.

No estoy haciendo un panegírico populista de la CGT, muchachos, lean los diarios "gorilas" y su histeria por los reclamos "desmedidos" de los gremios. ¿A cuanto cierran las paritarias en Brasil si es que existe la herramienta?

guido dijo...

Y sigue sin quedarme claro si, siguiendo la misma lógica, el triunfo de Fernández en el 2007 es un proxie del prestigio social de los picafeces que revolotean sobre inmuebles en quiebra o más bien decir que el origen de un político explica el prestigio del colectivo al que pertenece es una sobreinterpretación que no tiene en cuenta todo el conjunto de alianzas en las que se encuadra cualquier éxito electoral (para el PT, buena parte de la iglesia, ecologistas, sem terra, etc.)

guido dijo...

Y Diego, Lula no es un proletario:

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=822355

Está lejos de Néstor, pero viene de más abajo. No creo que el patrimonio de cualquier sindicalista argento esté muy por arriba de eso.

Pero vuelvo, aquí el tema no es me gustan/no me gustan los sindicalistas argentos/brazucas, sino el peso real que tienen o no para operar en la puja distributiva (si quieren nominal).

En el post Ele suguiere que Brasil se concentró en la distribución secundaria via asistencia lo que (de no mediar aumentos salariales periódicos) implica distribuir pero solo a los deciles más bajos, clavando o empeorando la situación de los del medio que son, en argentina los trabajadores formales representados por los sindicatos...

guido dijo...

Que conste: traigo a colación que Lula es un millonario como respuesta a Diego, yo coincido con el periodista que dice "en Brasil no es común el preconcepto ideológico hacia el progreso material" típico de los sectores medios indignados de la argentina (agrego yo).

art vandalay dijo...

Esimado Postino, si intentar pensar en Economía es postular la existencia de la "ley de las ventajas comparativas", la "ley de Okum" y un largo etc, entonces no hay problema, me declaro bestia... decir que algo "complejo" se soluciona así, simplificando términos, es prehistoria pura.

No sé si vale mucho la pena discutir con este tipo de razonamiento, me parece una falta de respeto propia de un ignorante.

Sam Rothstein dijo...

Es irrelevante si Lula es mas o menos sindicalista, lindo o gordo que Moyano.

La fuerza de los sindicatos puede ser distinta en Argentina que en Brasil. Eso te podria explicar diferencias entre los salarios reales en Argentina y Brasil, pero no veo por que deban explicar inflación del mismo modo que los oligopolios explican nivel de precios pero no variación de precios.

Pero aun asi si uno quisiera pensar que el poder sindical te lleva a una puja inestable (segundo punto de Elemaco) mediante sobrerreacciones de los sindicatos (infla de 10, reclamo de 20), el poder sindical es el mismo en el tiempo para un mismo pais. Moyano es Moyano desde hace decadas, pero en el 2005 habia 9% de inflacion y ahora hay 25%.

El problema con todas estas teorias absurdas de la inflacion es bastante sencillo: quieren encontrar que las causas de la inflacion argentina son en algun punto "estructurales" (el empresariado no schumpeteriano que no inverte, los oligopolios, los sindicatos, etc.). Un factor estructural por definicion no varia en el tiempo (o lo hace muuuuy lentamente), por ende no puede explicar el salto inflacionario que hubo desde el 2005. Solo podría explicar por que Argentina tiene mas inflación que un país con una "estructura" diferente, aunque considero bastante improbable que explique los mas de 20 puntos porcentuales que nos separan del resto del mundo civilizado.
Claro que para explicar la variacion temporal intentan entonces basarse en shocks exogenos (precios internacionales), pero nuevamente es poco probable que Argentina importe 16% (del 9 al 25) de inflacion y el resto del mundo importe 2% (y eso que algunos tambien tienen estructuras concentradas!)

En fin...

Hector M. dijo...

Varios han señalado la ausencia (en el texto de Elemaco) del factor cambiario; este factor (el precio de venta de la moneda nacional) va parejo con el de las tasas de interés (el precio del alquiler de moneda nacional --y extranjera). Ambas representan algo sumamente importante: la disponibilidad y precio del dinero, elemento esencial para comprar bienes y servicios, y que permite a la gente pagar los precios más altos a los que aspiran las empresas, y que permite a las empresas pagar los más altos salarios.
Si la moneda nacional no está artificialmente depreciada, si su oferta (emisión) se mantiene restringida, y si su alquiler (tasa de interés) refleja la escasez de dinero, no hay manera de que las empresas puedan vender más caro y al mismo tiempo vender cada vez más, y por consiguiente tampoco hay manera de que puedan pagar sueldos persistentemente en aumento.
Ahora bien, el hecho es que el gobierno de Lula, siguiendo al pie de la letra los lineamientos del gobierno de Cardoso, mantuvo una política monetaria extremadamente astringente, aun pagando el precio de una recesión al comienzo de su primer mandato. Esto sentó las bases para el sólido crecimiento posterior, y creó además confianza en la moneda nacional y en la macroeconomía brasileña. También estableció los límites de la "puja distributiva", límites que pueden ser estrechos (como en Brasil) o de amplitud indefinida (como en la Argentina).
Creo que este factor es el gran ausente en toda esta discusión.

Hector M. dijo...

No se puede entender a Lula sin Cardoso, como no se puede entender el crecimiento argentino de los últimos años sin la modernización ocurrida en los noventa.
No me parece correcto pensar que la reducción de la pobreza en los últimos años haya "roto una parálisis distributiva" anterior. La pobreza cayó de 35% en 1988-92 a alrededor de 28% en la segunda mitad de los noventa. Permaneció allí durante varios años debido a la intensidad de la destrucción de empleos improductivos durante las reformas de Cardoso, y el impacto de la recesión entre 1999 y 2002. Pero luego se retomó el proceso de reducción de la pobreza, con programas muy similares a los de Cardoso (como la Bolsa Familia, heredera de la Bolsa Escola, y continuando la ampliación de la base jubilatoria con las jubilaciones sin aportes previos para gente que no tuviera una jubilación regular, ya iniciadas alrededor de 1995). Simplemente en 2003-2010 se empezaron a recoger los frutos de las reformas de los noventa, gracias al mantenimiento de la solidez macroeconómica y la intangibilidad de las reglas de juego (algo que lamentablemente se rompió aquí con el default y el posterior hostigamiento al capital privado hasta el día de hoy).
Tampoco me parece cierto que Alan García en Perú no haya mantenido la reducción de la pobreza: los indicadores de ese país que me mandan mis amigos de GRADE (un prestigioso centro de investigación) me indican lo contrario. Si bien los problemas estructurales de Perú son mucho más grandes que los de Brasil o Argentina, y Alan García ha hecho varios disparates económicos, los indicadores sociales han seguido mejorando en este gobierno, que ha continuado el esquema económico de apertura iniciado por Fujimori en 1992 y continuado luego por los presidentes Paniagua, Toledo y García (todos de partidos distintos, y que además metieron en cana a Fujimori).

Diego dijo...

Guido, mi comentario de "Nestor, el millonario", lo hice debido a tu afirmación que "necesitamos políticos como Néstor en lugar de economistas al timón" para combinar las elevadas expectativas sociales locales con consistencia macro.

Y simplemente hice ese comentario porque me parece que justamente lo que NO necesitamos es a un NK, que está generando una fenomenal inconsistencia macro intertemporal (ayer el totem era el dolar, hoy son las tarifas públicas congeladas) que tienen, en Argentina, a terminar realmente mal para la clase media y baja. Pero eso a Nestor, el millonario, no va a importar demasiado...

Un abrazo,

Diego

Hector M. dijo...

Al comentario de Sam Rothman y otros, de que las razones estructurales son más o menos constantes y no pueden explicar saltos inflacionarios como el de 2005 en adelante, debe añadirse la siguiente reflexión: en la década del noventa, los "grupos concentrados" gozaban de amplia libertad para "aumentar sus márgenes" sin ningún control estatal. Los trabajadores también tenían un salario real igual o superior al de ahora, y superior al de la década del ochenta, si la inflación se mide correctamente (véase mi trabajo sobre inflación, salario y tipo de cambio en http://ssrn.com/abstract=1437632, especialmente la última parte sobre salarios y tipo de cambio). Sin embargo en ese período hubo cero inflación, y hasta deflación, sobre todo de transables (los precios de servicios aumentaron en general más que los de bienes). En cambio en los 2000s, con un gobierno nac and pop vigilando celosamente a los empresarios para que no cometan maldades, y defendiendo el poder adquisitivo de los trabajadores, la inflación se desata y no parece haber quien la pare, y mucho menos parece que la vayan a parar atenuando la "puja distributiva" (sobre cuya definición operacional no hay mucho acuerdo).
Si nos atenemos a la teoría heterodoxa, las décadas neoliberales deberían tener mucha más inflación que las décadas nac and pop. Pero es exactamente al contrario, al menos desde el retorno a la democracia en 1983. Tarea para la casa: estudiar este problema y darle una explicación (ortodoxa, heterodoxa o blasfema, lo que haya); considerar el grado de astringencia monetaria en cada época, como posible contraargumento de los salvajes y pérfidos neoliberales. Advertencia: no se confunda tratando a la dictadura militar como "neoliberal", excepto después de examinar las variables de esa época y explicar posibles desviaciones respecto al "modelo neoliberal" (si es que consigue por ahí algún ejemplar prístino de dicho "modelo").

Anónimo dijo...

Hector, te olvidaste del dolar, detallecito nomas

ayj

sin contar el 76 al 81 que hubo inflacion, o, el desempleo masivo inducido en los 90s

algunos detallecitos te olvidas no?

Hector M. dijo...

AYJ,
si de algo no me olvidé es del dólar, como puedes comprobar releyendo mis comentarios, en especial el primero de esta seria, es decir el de las 12:36.
Con respecto al 79-81 (e incluso todo el periodo 1976-83) he señalado que el mismo no representa de ninguna manera un régimen neoliberal, si es que a eso te refieres. En dicho período hubo un tipo de cambio cuasi fijo (programado), acompañado de un régimen estatista y con gigantesco déficit fiscal, que desembocó en la crisis de 1981, y que no hizo ninguna reforma económica seria para corregir los vicios históricos de la estructura económica argentina. He mencionado esto (en mi comentario de las 5:59)como advertencia de no usar ese período como ejemplo a menos que se analicen explícitamente sus características.

Hector M. dijo...

Otrosi digo, AYJ, sobre el "desempleo masivo inducido en los 90".
En esa década la economía argentina se enfrentó al hecho de que durante la década del 80 el empleo total había aumentado 20% mientras el PBI había bajado 2%. Gran parte de ese crecimiento del empleo era ficticio. Además de dicho empleo ficticio, existía una enorme cantidad de empleos ficticios desde mucho antes, empezando por los innumerables empleados administrativos de YPF (que luego produjo varias veces más petróleo con solo el 10% del personal), la automatización de la banca que redujo el personal bancario en casi la mitad, la modernización de una buena parte de la industria expuesta por primera vez a la saludable influencia de la competencia (que le conviene a los consumidores, aunque no a los empresarios), y otros aspectos similares. De todas maneras, en esa década aumentó el desempleo como máximo a 18% (en 1995) y por muy poco tiempo, muy lejos del 23.5% que se alcanzó en el primer trimestre de 2003, un año y pico después del default después de la desprolijísima pesificación asimétrica y tantos otros desastres de la época.
Los únicos empleos que duran son los empleos genuinos, que no requieren asistencia especial para que las empresas funcionen, ni dependen del Estado. Eso lo está aprendiendo a las malas Europa en estos momentos (en los últimos 15 años el 90% del crecimiento del empleo ha sido estatal en Francia, y porcentajes similares en varios otros países europeos; y buena parte del otro 10% solo existe porque hay protección y subsidios). Ese tipo de sistemas puede ser muy loable en sus intenciones, pero no puede sostenerse en el tiempo; y cuando revienta, es en vano echarle la culpa al que le toca pinchar la burbuja: la culpa la tiene el que la instaló y la infló anteriormente.
Esto no quiere decir que en los 90 todo se hizo bien, ni mucho menos: fue un gobierno delincuente y mamarracho, que malogró la oportunidad histórica (bien aprovechada por Brasil o Chile) de montarse al tren de la globalización con el cual ahora tenemos al menos 10, y posiblemente 15 años de atraso.

Hector M. dijo...

Art Vandalay, a las 7:26 PM, parece renegar de que se "postule" la "ley de las ventajas comparativas". Se declara bestia, y posiblemente en este asunto efectivamente sus conocimientos no son enciclopédicos.
No sé a qué se dedica Art Vandalay, pero estoy seguro de que se dedica a algo que responde a sus ventajas comparativas. Seguramente él podría dedicarse a la horticultura, plantando y cosechando su propia lechuga, tomates y cebollas, pero en lugar de eso ha decidido (o la vida lo a llevado a) dedicar su tiempo a otra actividad (no sé cuál), de la cual obtiene ingresos que le permiten comprar en el mercado los ingredientes de su ensalada. Asimismo, seguramente no fabrica él mismo su ropa, ni sus utensilios domésticos, sino que del mismo modo los compra en el mercado. Lo hace porque está haciendo lo obvio: usa su tiempo de la manera más rentable para él, dejando que algún boliviano del conurbano le produzca las lechugas y tomates, y alguna PYME de la China o de Ing. Budge le fabrique los platos o los cuchillos de cocina, ya que --muy sagazmente-- se ha dado cuenta que con lo que gana en su actividad puede obtener más cuchillos, lechuga y demás cosas, que las que podría fabricar él mismo. Ese sencillo razonamiento hace que él esté mejor (comparado con la hipotética situación de tener que fabricarse todo él mismo) y que también estén mejor el bolita de las lechugas, los chinitos de los cuchillos, y la PYME de Ing. Budge que le proporciona algun otro elemento de su canasta familiar. Es posible que él pudiera producir lechuga mejor que el bolita, pero de todos modos prefiere hacer lo que hace ahora, porque en definitiva saca más por hora de trabajo en esa actividad que lo que sacaría produciendo lechuga.
Lo hace Vandalay, lo hago yo, lo hace prácticamente todo el mundo, y se llama "principio de las ventajas comparativas". No hay que postularlo, no hace falta: existe desde hace millones de años (los monos y las ratas, los tigres y las plantas trepadoras, lo practican con igual fidelidad).

El único problema es que cuando lo que tiene que comprar Art V. tiene que atravesar alguna frontera nacional, puede haber algún iluminado tipo Guillermo Moreno que le impida comprarlo. De ese modo, en lugar de tener que dedicar 10 minutos de trabajo para ganar lo que cuestan dos cuchillos chinos, Vandalay tiene que transpirar 20 minutos para comprar un cuchillo Made in Argentina. Su salario real ha bajado gracias a los buenos oficios de Moreno y Echegaray. Estos personajes no se preocupan de proteger la industria del municipio o provincia donde vive nuestro comentarista: no les importa si el cuchillo nacional es fabricado en Munro, en Almagro o en Jujuy; pero les agarra la chiripiorca si resulta que es producido fuera del país. No les importa que una industria del conurbano esté destruyendo empleos en Jujuy, pero sí les molesta si esa industria está en Colonia o en Porto Alegre. La lógica no es el fuerte de los proteccionistas.

Pero en definitiva, hay que decirle a Art que esa famosa "ley de las ventajas comparativas" no es necesario "postularla". Ya existe en la realidad. Solo que algunos impiden parcialmente su funcionamiento en perjuicio de Art, mío y de todos nosotros, retardando de paso el desarrollo del país y reduciendo el salario real de los trabajadores argentinos.

il postino dijo...

Art,

hacés bien en declararte un ignorante, porque probablemente lo seas....si pensás que la economía está en un estadio algo superior que la pre-historia científica, te invito a que me expliques el fenómeno de la inflación y que no hayan 25 otros que te retruquen (idem con el crecimiento, la distribución del ingreso, etc etc etc). Probablemente tu ignorancia se basa en lecturas demasiado limitadas de una sola materia. Te recomiendo entonces que antes de creer que sabes de algo, o que eso que sabes es algo más que un balbuceo irrelevante, te dediques a leer ciencia en serio y capaz ahi bajas un cambio y te das cuenta que tu saber aún está en un estadio tan elemental del entendimiento que es pasible de ser analizado en trazos gruesos sin perder demasiado en el proceso....pero si sos feliz creyendo lo contrario, podes hacerlo....

il postino dijo...

Guido...me estás tomando el pelo supongo...comparar al "Barba" con Lula para concluir que el sindicalismo argentino tiene el mismo peso que el brasilero es casi casi una mala broma.....

Pensa: Moyano candidato. Que chances tendría de ser elegido? Ni siquiera lo votaría la mayor parte de los trabajadores! Y preguntarle al recolector que opina de Moyano es, técnicamente, tomar una muestra sesgada.....

il postino dijo...

Hector, no había leído tu comentario, que, como de costumbre, es mucho más refinado, sutil, exhaustivo y pedagógico que mis exabruptos

Anónimo dijo...

Mis disculpas Hector, no habia leiodo eso del periodo 76-80, noblesse obligue. Ahora bien, si, desempleo masivo inducido en los 90s, no se tuvo ni una medida para la poblacion que quedo al aire, se dedicaron a los remises.
Otro punto importante, el petroleo, ya que tocas eso, la irracional explotacion y el mito de contrata contrata sin invertir en exploracion nos dejo sin gas ni petroleo a fines ya de los 90s, ejemplo, se vendio mas que lo que se reponia via explo, asi que si, tenias 10% de la gente, claro, tampoco explorabas, puedo seguir, y las irracionalidades las estamos pagando aun (no dejo de lado lo posterior), mas aun, si, desempleo inducido, en ninguno de los contratos de privatizacion se privilegio el uso de mano obra local ni insumos locales ni mas obligaciones que Brasil hizo (Vaya a Brasil y despues me cuenta), lo cual indujo en parte eso, matar a la industria metalmecanica
De las ventajas comparativas se ocupo Ricardo, cierto es que Portugal vendiendo Oporto estuvo mejor en el siglo 19 que Inglaterra vendiendo manufacturas, o, que se yo Licoln comprando paraguas americanos, o, con el 35% de tarifas hasta 1950 mas o menos (Smooth Harley las aumento mas), si quiere le paso el grafico correspondiente de Krugman, no mio.
Cabe tambien mencionar que metodologicamente se considera empleado en la epoca de los 90s como ahora, asi que la desocupacion disfrazada es bastante, ni, esta de menso recordar que los primeros piquetes de desocupados fueron en Cutral Co en 1996, evidentemente algo mal se hizo, creeria.
La historia quizas diga que esa epoca fue de modernizacion, sort of, a costa de otra vez, oportunidades desperdiciadas, mas que ahora, como Postino dice.

Pero, en fin, esto de l petroleo expo, exploracion ya lo discutimos con Postino ad nauseam, asi que no me voy a alargar, solo le diria que la energia fue pensada con una mala copia de mercados maduros.

Saludos cordiales

ayj

Hector M. dijo...

AYJ, mis comentarios no iban dirigidos a defender o atacar un gobierno u otro, una década u otra, sino a tratar de entender cómo funciona la economía y en particular el tema de la inflación, que es el objeto de este post. Tengo enormes críticas sobre los 90, pero no vienen al caso.
Aun con esa salvedad debo decir que en 2001 había 84 pozos de exploración, que luego se cerraron sin abrir otros nuevos; la última vez que miré había solo 4. La Argentina, a diferencia de Brasil o Perú, ha visto disminuir sus reservas durante los últimos nueve años, debido a la ausencia de exploración, que en cambio avanzó bastante en los 90. Noblesse oblige, anche en esto.

Volviendo al punto de la inflación heterodoxa, saqué a relucir la comparación con los 90 solo para formular mi pregunta: ¿cómo es que en esa década del 90, en que los "grupos concentrados" la tenían toda a favor, no aumentaron sus márgenes y produjeron inflación, mientras que ahora, con un gobierno que los vigila para que no lo hagan, la inflación es rampante? Esto complementa la pregunta, ya efectuada, de cómo esos grupos se les dio por aumentar sus márgenes y producir inflación en 2007-2010 pero no se les había ocurrido hacerlo en la misma magnitud en 2003-2006. Y por supuesto la otra pregunta ya formulada: ¿qué tendrán de especial los grupos concentrados de la Argentina, que producen inflación gracias a su turbio afán de enriquecerse con márgenes más altos, cuando sus colegas de Brasil, Uruguay, Chile, Perú y la enorme mayoría de los países del mundo no exhiben la misma conducta (recordemos que solo Argentina y Venezuela tienen inflación alta en América Latina, y solo 4-5 países tienen inflación de 20% para arriba en todo el mundo (fuera de A.Latina se trata de países que difícilmente sirvan de modelo, como Zimbabwe o el Congo).
Mi principal tema de investigación en este aspecto no es la teoría heterodoxa de la inflación, que todo el mundo sabe que es un disparate, sino el hecho rarísimo de que semejantes antigüedades conceptuales sigan existiendo en la Argentina, y más aún, se sigan enseñando impunemente en numerosas universidades nacionales.

guido dijo...

Postino, no creo que tenga el mismo peso, creo que tiene bastante más...

La figura de Lula no se puede explicar solo en cuanto sindicalista, ni se puede extrapolar su prestigio personal al movimiento sindical.

Estoy convencido de que no es un buen proxy para analizar el peso del MO brasileño en tanto actor capaz de incidir en la puja distributiba.

(si, lo del barba es medio fuerte, je, te lo cambio por % de obreros en el congreso, argentina vs. brasil y reducimos el sesgo de una personalidad - lula - particularmente carismática).

PD: ¿Moyano? Voto como loco.

guido dijo...

Quiero decir, que el sindicalismo argentino tiene más peso.

guido dijo...

Héctor, la baja inflación de los 90, e incluso deflación te la explicaría un heterodoxo, supongo, recordandote la combinación entre un peso absurdamente sobrevaluado y una apertura total a las importaciones.

Me parece que no es muy científico (además de poco decoroso) el desprecio profundo que se ve un tus post por quienes no comparten tus puntos de vista.

Sino miremelá a la Margulis, 2 siglos riendonós de Lamarck y...¿vio?

Hector M. dijo...

Guido,
no es desprecio, sino curiosidad científica. Cuando uno ve como se enseña economía y como se discute economía en un número grande de países, revisa la literatura internacional, etc., no puede sino sentirse intrigado por el caso argentino (en esto como en muchas otras cosas!!). Cuando un fenómeno no es "normal" (en el sentido estadístico) es usual buscarle una explicación.
Con respecto, en particular, a estas teorías "super-heterodoxas" (que van mucho más allá del keynesianismo o el desarrollismo) no se las considera como algo normal, obvio, esperable, lógico, natural, en prácticamente ningún país. Hay siempre, por supuesto, algunos outliers en todos lados, pero me refiero a lo grueso. Ni en La Sorbona, ni en ninguna universidad italiana o mexicana o peruana o brasileña, vas a encontrar el grado de circulación que aquí tienen estas concepciones. Que no sirven como teorías ya lo sabemos (el reciente debate sobre Panigo y Genérico lo mostró claramente, al menos para mí y varios), y no es eso lo que quisiera discutir: aunque esa teoría fuera verdadera (lo cual es altamente improbable), igual habría que explicar la singularidad del caso argentino en este aspecto. ¿Como puede ser que una facultad como la de la UBA esté tan poblada de ejemplares de ave fénix? ¿Ocurre lo mismo en universidades nacionales de otros países latinoamericanos, digamos la Univ. de la República en Montevideo, la Univ de San Marcos en Lima, la UNAM en México, la Univ de Campinas o la UNESP en Sao Paulo, la Univ Central de Chile? Según lo que he visto, en ninguno de esos lugares ocurre algo parecido. ¿Será que los fénix y otros herejes (es decir heterodoxos) son la avanzada de una nueva versión de la ciencia? No parece: se trata de teorías de los años cincuenta, que tuvieron bastante circulación pero luego fueron abandonadas, y no ha habido muchos "hechos nuevos" que justifiquen su resurrección, y en todo caso no se explicaría por qué no ha resucitado en otros países.

De ahí mi interés en comprender esta extraña costumbre de los nativos de estos pagos dedicados a la economía, es decir su costumbre de adherir como lo más natural a ese sistema de creencias al que nadie adhiere, y el hecho de que el resto de la sociedad no lo vea como algo extraño.

Si algo aprendí viajando, es que los argentinos somos raros. "Como el Uruguay no hay", dicen los yorugas, pero la verdad es que son mucho más parecidos al mundo que nosotros. Explicar el Uruguay en Europa es facilísimo, pero explicar la Argentina es tarea imposible. Yo diría que "Como la Argentina no hay" parece un juicio más certero, al menos en cuanto a las tribulaciones económicas del país (el único que cayó cincuenta puestos en la escala de países) y en las extrañas y sorprendentes teorías de muchos de sus economistas.

Hector M. dijo...

Guido,
sobre el "peso absurdamente sobrevaluado" de los años noventa, te ruego que reflexiones sobre el significado de esa frase. ¿Estaba el peso sobrevaluado respecto a la situación de corto plazo en el mercado cambiario? ¿Estaba el peso sobrevaluado respecto a la paridad teórica de poder adquisitivo? ¿En qué sentido estaba sobrevaluado? ¿Esta situación duró toda la convertibilidad (1991-2001) o solo una parte de ese período, por ejemplo al final?
En mi trabajo "Sustitución en el consumo, medición del costo de vida y tipo de cambio real en la Argentina" (http://papers.ssrn.com/abstract=1437632) he analizado esa cuestión muy detalladamente, y mi conclusión es distinta. Después la seguimos, ya que ese tema da para largo.

Anónimo dijo...

Hector
disculpeme y por partes
1. que no se exploro ni aca ni practicamente en ningun lugar con el barril a USD12, sin duda alguna en esa epoca, lo cual no quita que tampoco exploraron ni para reposicion, podria explayarme en Ramos, Loma La Lata etc, pero, la verdad, es que no lo hicieron, estos tampoco los obligaron BTW, pero, estamos hablando de los 90s
2. que el peso estaba absurdamente sovrevaluado para mantener la cadena de la felicidad, sin duda, hasta el 95 podria hasta decir un poco, despues, bueno, los liberales a cargo (economia piloto automatico)dejaron crecer los deficits provinciales, esquilmar via AFJP (si esquilmar, escandalos Citi por ejemplo), y tomar prestado, ya que el FMI al no quedar nada para vender y enguajar deficit corriente via ingresos one shot permitieron tomar plata, luego, cambio la conduccion del FMI y se corto la cadena de la felicidad.
en fin, podremos discutir o no mil cosas, pero, el peso sobrevaluado, sin duda, estabamos casi como los venezolanos importando lechuga

saludos cordiales

PS: que no repusieron yacimientos, es una cosa a ojos vista, compare la cantidad de pozos exploratorios post venta, digamos año 2000 con los del año 70/80

PS2: Entiendo su postura, pero, sabe, en muchos paises que no discuten la proteccion aduanera ya no la necesitan (pudo ver el grafico de proteccion USA?)

ayj

Hector M. dijo...

AYJ,
tu explicacion sobre la presunta sobrevaluacion del peso indica claramente que no sabes de lo que estás hablando. Es un tema técnico, puede haber argumentos en ambas direcciones, pero vos no te referis a ninguno de ellos. Sugiero que en este tema leas, escuches y trates de aprender.

Con respecto al petróleo, nueva paradoja: hubo mucha más exploración entre 1992 y 2001, con el petróleo a precio muy bajo, y no hubo casi ninguna exploración entre 2002 y 2010, a pesar que los precios se fueron a las nubes. ¿Por qué habrá sido? Una pista: explorar es una tarea que tiene retornos a largo plazo, por lo cual hay que tener confianza en que el explorador podrá (a lo largo de muchos años) sacar beneficios de lo que encuentre. La Argentina ha hecho toda clase de cosas para destruir cualquier confianza de largo plazo, ergo no hubo exploración.

Anónimo dijo...

Mi estimado Hector, ya que estamos con argumentos ad hominem, decir que en esa epoca no estaba sobrevaluado, como parece inferirse de tus comentarios, es similar a decir que en el periodo 76 81 se protegio la industria.
Solo, y quizas, dado que usas tus propios trabajos como referencia (hecho de por si por lo menos discutible) te diria que al menos veas el indice Big Mac, el cual, es entendible hasta por mi. Hay muchos mas indices de comparacion pero, dado que tengo que escuchar y aprender (SIC). Lamentablemente yo vivi en las 2 epocas, asi que vivi ambos deme dos, o 3 o cuatro.

On the other hand, no mencionas nada de los periodos anteriores, a los cuales me remiti, y, si hubieramos tenido tanta explo en ese periodo, sabriamos de nuevas cuencas, pero, la verdad es que solo se usaron las cuencas maduras, salvo Aguarague, que, casualmente, se descubrio a los 3 meses de la venta de la cuenca (gente de suerte)

Creo sinceramente que existe al menos el prejuicio de estado grande malo estado nulo bueno, cuando, la verdad, los defesores de ese paradigma nos dejaron en el 2001, salvo que, encuentres alguna estadistica que lo refute (por favor, un trabajo que no sea tuyo)

Saludos cordiales

PS: Si todo fue tan bonito, por que la ultima planta generadora de energia se inauguro hace ya mucho tiempo, como seguramente tambien sabras, el paradigma era las señales de mercado via precios y/o disponibilidad marcaran cuando sean necesarias nuevas inversiones, lastima que cuando una de las compañias se mando un mocazo, no le quitaron la concesion (si, dije mocazo), y lastima tambien que las señales iban a ser cortes por falta de disponibilidad, o que salvo alguna excepcion, por ejemplo, nadie compro transporte firme de gas, o pozos, en fin, si queres sigo discutiendo, o, quizas debas aprender vos como funcionaba el mercado energetico, se me ocurre, pista, el MW a futuro paso de 40 a 20 y tantos, debido, entre otras cosas, ala falta de industria que lo consuma y/o contrate sunmistro firme, se manejaban por el spot o spot mas algo.

Hector M. dijo...

AYJ,
el indice Big Mac de la década del 90 indicaba que el peso de la convertibilidad estaba en su valor de paridad de poder adquisitivo hasta 1996, y luego de esa fecha estuvo cada vez más SUBVALUADO. es decir que el dolar debería haber costado MENOS que un peso al final de la década.
Lo mismo decía el Banco Mundial si se compara el ingreso nacional en dólares (al tipo de cambio uno a uno) con el ingreso nacional en dólares de paridad de poder adquisitivo: en la primera mitad de la década el peso estaba en su valor PPP, y en la segunda se fue SUBVALUANDO hasta terminar bastante más valioso que el dólar (es decir, que el tipo de cambio PPP hacia 1996-2001 era INFERIOR a un peso por dólar).
Yo hice un estudio muy detallado de la medición de la inflación en la Argentina desde 1960, corrigiendo el IPC por el efecto sustitución, que tiende a exagerar levemente la inflación. Una vez hecha esa corrección (que desde 1960 hasta 1995 representaba una exageración acumulada bastante grande), el tipo de cambio de paridad para 1992-95 resultaba ser alrededor de un peso por dólar (me dio 0.98 pesos por dólar en una de las medidas, y 1.04 en otra, según que se controlara o no la sustitución de marcas, negocios y modelos aparte de la sustitución entre diferentes bienes y servicios). No he terminado aun la actualización de ese estudio hasta 2006, pero los resultados preliminares indican también que de 1996 a 2001 el peso se fue subvaluando respecto a la paridad de poder adquisitivo (que es el valor de tendencia de largo plazo en economías abiertas).
El tipo de cambio de corto plazo (que equilibra el mercado de divisas) estuvo por debajo de un peso por dólar casi toda la década, y hubiera bajado si el BCRA no hubiera estado comprando dólares a 0.99 pesos durante todo ese período (algo similar a lo que se ha hecho en esta década, para impedir que el dólar baje al nivel que el mercado le marca). No he hecho aun el análisis, pero en realidad solo al recontrafinal de ese proceso, en la crisis de 2001, empezó a haber presión alcista en el mercado de divisas. Hay que recordar que en ese período se triplicaron las exportaciones, y que hubo además (hasta 2000) una importantísima llegada de capitales. Eso se revirtió solamente con la fuga de capitales del segundo semestre de 2001. Entre paréntesis, las exportaciones totales y también las industriales de 1991 a 2001 crecieron (a precios constantes) más rápido que en la década siguiente, lo cual es un dato muy interesante. La mayor parte del aumento reciente se debe a mayores precios internacionales.
Los datos, desgraciadamente, son muy tozudos e inoportunos, y no siempre confirman nuestras expectativas. Pero sí nos obligan a revisar dichas expectativas, y los supuestos que las justificaban.

Hector M. dijo...
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Hector M. dijo...

AYJ,
no he citado mi trabajo como "autoridad" para ser creido, sino por razones de brevedad. No es un trabajo de opinión, sino una investigación estadística con muchas páginas de bibliografía, en la cual cada afirmación está debidamente documentada. Los argumentos de autoridad no prueban nada, y en materia científica no hay que "creer" nada: solo valen los datos, y la lógica de los razonamientos.

il postino dijo...

Guido,

la cantidad de dirigentes sindicales como diputados, en un país con listas sábanas, dice poco sobre el prestigio del sindicalismo, y mucho sobre su peso dentro del partido peronista (que, curiosamente, casi nunca llevó a un sindicalista encabezando una lista de diputados; en Brasil Lula y otros varias veces encaabezaron todo tipo de listas).

Adicionalmente, el prestigio de Lula no es un proxi del prestigio del sindicalismo brasilero, pero si indica que la sociedad no lo rechaza tanto como para impedirle acceder a la presidencia. El desprestigio del sindicalismo peronista es la única explicación por la que nunca estuvo ni cerca un sindicalista local de ser ni siquiera pre-candidato....

Nuevamente, que vos votes a Moyano no indica nada. Lo que te pedía es que conjetures sobre las chances de Moyano....Lula en su peor momento, muchos años atrás, tenía mayores chances que Moyano en su mejor momento....

Hector M. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Hector M. dijo...

AYJ,
el analisis del dolar en la segunda mitad de los noventa, aludido en mi mensaje anterior, no se encuentra solamente en mi trabajo sobre sustitución en el consumo y tipo de cambio (http://ssrn.com/abstract=1437632) que solo llega hasta 1995, sino también en otro trabajo mío (en ingles) sobre la crisis de 2002: "A Catastrophe Foretold: Economic Reform, Crisis, Recovery and Employment in Argentina" (http://ssrn.com/abstract=903124), que se basa en un analisis que me encargó la OIT y que llega hasta la presente década.

Allí están los datos sobre la sobrevaluación o subvaluación del peso en los noventa, llegando hasta la crisis y los comienzos del rebote posterior, en relación a la paridad de poder adquisitivo y en relación al mercado cambiario de corto plazo.

También se explica allí por qué no deben tomarse otros criterios para determinar la valuación "correcta" de la moneda, como por ejemplo el saldo comercial o el de balanza de pagos en cuenta corriente (en una economía abierta esos saldos no indican desalineación cambiaria).

Es en función de esos análisis que se puede decir que el peso no estaba sobrevaluado en los noventa, y que de hecho estaba subvaluado en la segunda mitad de esa década. Siguió aun más subvaluado después de la devaluación de 2002, pero comenzó a apreciarse a partir de 2003; aun no ha recuperado la paridad de poder adquisitivo, en buena parte debido a las distorsiones y rigideces de la estructura interna de precios bajo el gobierno Kirchner, pero con la actual inflación está convergiendo rápidamente, sin que hasta el momento el gobierno pueda parar esa convergencia (no ha podido hacerlo desde 2003, lo cual se explica porque el tipo real de cambio es endógeno en economía abierta).

El desafío de cualquier economía abierta es ser competitiva sin ventajas artificiales (y no sostenibles) obtenidas mediante manipulación cambiaria, lo cual obviamente implica como tarea estratégica la permanente modernización de la estructura productiva y la mejora permanente de la competitividad sistémica.

Anónimo dijo...

Hector

sin duda, y no lo tomes a mal por favor, es el mejor chiste de un dia alegre, decir que el dolar no estaba subvaluado en los 90 lo es.

Sinceramente, croe que defender esa posicion es usar epiciclos, los datos tambien te lo justificaban.

Salia mas barato almorzar en Champs Elysees que comer una hamburguesa en McDonald de Florida

Pero bueno, me falta aprender sin duda

creo que, llegado al extremo que digas eso, mejor cerramos

BTW me gustaria sinceramente saber la opinion de alguno mas de aca en cuanto a que en los 90s no habia subvaluacion, evidentemente o vos o yo viviamos en otro pais, el peso valia mas que el dolar en cuanto a PPP y eramos tan productivos como los bosquimanos

Saludos cordiales

ayj

Hector M. dijo...

AYJ,
me alegro de haberte hecho gracia con mis afirmaciones. Ello no quita que sean verdaderas. Por ejemplo, en el Big Mac: el precio argentino estuvo en $2.50 la mayor parte de la década, aumentando a $2.90 al final del periodo (2000-2001). Ambos precios eran más baratos que los de EEUU que se usan como referencia, y por supuesto mucho más baratos que en Europa donde habitualmente son más caros que en EEUU.

Además de ese indice Big Mac, que es más bien simplificado, hay otros más elaborados.
Por ejemplo, la estimación del tipo de cambio PPP del Banco Mundial indica que el tipo de cambio de paridad de poder adquisitivo (pesos por dólar) fue como sigue:
1992: $1.00
1993: $0.88
1994: $0.93
1995: $0.97
1996: Sin datos
1997: $0.86
1998: $0.88
1999: $0.67
2000: $0.62
2001: $0.60
2002: $0.90
2003: $0.97

En 2002-2003, por supuesto, la paridad de mercado ya no era 1:1 sino respectivamente 2.45 y 2.99 pesos por dólar, en promedio. El dólar estaba respectivamente 59% y 67% por debajo del valor de paridad en esos dos años.
Fuente: Calculado a partir de las series del Banco Mundial sobre Ingreso Bruto Nacional en dólares corrientes y en dólares de paridad de poder adquisitivo.

El proyecto de comparaciones internacionales que se refleja en las Penn World Tables indica también valores declinantes:
1992: $0.84
1993: $0.73
1994: $0.74
1995: $0.74
1996: $0.73
1997: $0.71
1998: $0.69
1999: $0.67
2000: $0.66
Fuente: http://pwt.econ.upenn.edu/.

Por último, en mi propio cálculo, después de calcular índices de inflación ajustados por sustitución en el consumo, tanto en Argentina como en EEUU, resulta que el dólar de paridad de poder adquisitivo se situó en aproximadamente $1.00 en 1992, y permaneció en ese valor hasta 1996, con leve tendencia a bajar entre 1997 y 2001.
Fuente: http://ssrn.com/abstract=903124, pag. 22.

Las diferencias de una fuente a otra se deben a diferencias en el año base para la paridad de poder adquisitivo, y otras diferencias técnicas en el cálculo. Pero todas apuntan en la misma dirección: el dólar de paridad nunca estuvo por encima de un peso en los noventa, y en la segunda mitad tendió a irse más abajo. Y te aseguro que el Big Mac salía mucho más caro en Europa en esa época, pero aquí estaba a la par de EEUU. En la actualidad está aquí a once pesos (aprox. U$S 2.75) pero en EEUU ya anda por U$S 3.50 (alcanzando valores más altos en Europa o Japón, o aquí nomás en Brasil o Chile, donde no manipulan tanto el tipo de cambio).

Hector M. dijo...

Debo aclarar que el hecho de que el peso esté subvaluado o sobrevaluado respecto al valor de paridad de poder adquisitivo solo tiene importancia en el largo plazo. En el corto plazo lo que cuenta es el equilibrio en el mercado cambiario. En general no hubo presión alcista, salvo en 2001(y brevemente en la crisis del tequila en 1995) cuando el BCRA tuvo que salir a vender dólares en gran cantidad debido a la ingente fuga de capitales (lo cual causó hacia el final de 2001 la imposición del corralito en el inútil intento de hacer más lento ese drenaje). Esto significa que en general el mercado cambiario no indicaba que hubiese presiones hacia la suba del tipo de cambio (más pesos por dólar). Al contrario, en buena parte de la década el BCRA compraba dólares por debajo de un peso, usualmente a $0.99 para no dejarlo caer más. Si no hubiese comprado a ese precio, probablemente el tipo de cambio de mercado hubiera caído aún más.

La gente habla de sobrevaluación porque piensan que el tipo de cambio real se puede establecer a gusto del gobierno, por ejemplo a fin de asegurar que las industrias existentes funcionen (aunque no sean realmente competitivas), o para deprimir las exportaciones y lograr un saldo comercial positivo.

Pero en economía abierta esto no se aplica, al menos no se puede aplicar de manera permanente o sostenible.

Un gobierno podría intentar la fijación del tipo de cambio nominal en un valor artificial, pero la medida tendría patas cortas: el mercado ajustaría el tipo de cambio real en dirección al PPP, ya sea mediante variaciones del propio tipo de cambio o mediante variaciones en el nivel de precios.

Ningún proyecto de desarrollo industrial de mediano o largo plazo podría estar basado en esa política.

Incluso países enormes como la China, que han gozado de cierto "changüí" debido a su rápido desarrollo y a su enorme tamaño que atrae muchas inversiones, están teniendo tremendas dificultades para mantener una paridad artificialmente alta de su moneda, y de hecho en 2002-2009 la estuvieron apreciando levemente, aunque frenaron ese proceso en ocasión de la crisis reciente.

Esa política ha dejado a la China muy expuesta, ya que sus ingentes reservas son en realidad plata que le han prestado al gobierno de EEUU, y por otro lado la represión de importaciones hace que el nivel de vida interno se mantenga bajo, lo cual crea dificultades para retener mano de obra altamente calificada, especialmente profesionales, y también conspira contra la expansión del mercado interno.

En una economía abierta y globalizada como la que hay actualmente, y de la cual no hay escape, los tipos de cambio reales son determinados por el mercado y por la productividad de la economía, burlando cualquier designio del gobierno.

Anónimo dijo...

Si entiendo bien, según BM, entre '92 y '93 el $ se revaluó más de 10%; entre '98 y '99 se revaluó casi 25%; y entre 2001 y 2002 se devaluó 50%?

Hector M. dijo...

Anonimo de las 6:50 PM: No se revalúa al final de la serie. Despues de la devaluacion (2002-03) el tipo de paridad pasa a ser $0.90 en 2002 y $0.97 en 2003, pero el nominal pasa en esos años a ser $2.45 y $2.99 respectivamente, por lo cual la discrepancia con el PPP se agranda (en 2003 el tipo PPP es apenas un 33% del tipo de cambio vigente de $2.99, mucho menos que antes de la devaluación. Este punto ya lo he aclarado en un mensaje especifico.

En cuanto a las fluctuaciones en años anteriores, ellas deben provenir del ajuste anual por inflación nacional e internacional, por la cual el BM ajusta los cálculos, que en esa época si no me equivoco tenían base 1990. Recién a partir de 2008 el anuario del BM refleja la nueva serie de PPP con base 2005, que fue publicada en 2007 (y no es enteramente comparable con la anterior).

Esas cifras del Banco Mundial me he limitado a tomarlas de los anuarios de sucesivos años. Mejor dicho a calcularlas a partir de los mismos. En dichos anuarios (Informes sobre el Desarrollo Mundial) no aparece el tipo de cambio PPP como tal, pero se lo puede calcular comparando el Ingreso Bruto Nacional en dólares al tipo de cambio de mercado y al tipo de cambio PPP.

Hector M. dijo...

Además en 1992 todavía había inflación. Según mis cálculos con los índices de inflación ajustados por sustitución, el tipo PPP se puso a la par del cambio 1:1 recién a fines de 1992 o comienzos de 1993. Hasta ese momento el TCN de 1:1 estaba sobrevaluado respecto al tipo PPP. Hay un gráfico en mi trabajo que muestra eso.

Andrés Dj. dijo...

Héctor, con poco tiempo, dos comentarios:

1) En el modelo que describe, si la población demanda bienes importados por cierto monto, eso es como un "fundamental" que afecta el TCR en el largo plazo. Pero si ese mismo monto, en lugar de ser gastado por la población, es superávit fiscal con el que el Tesoro compra dólares para desendeudarse o formar un fondo, o es captado por el BCRA para acrecentar reservas, eso no afecta el TCR en el largo, según el modelo. ¿Digo mal? Pero, ¿por qué va a ser lo primero importante y lo otro sólo una mutación neutra, si para la demanda de moneda extranjera son prácticamente lo mismo?

Si entendí bien, lo que decía Rollo es que lo que puede comprar el gobierno es un porcentaje ínfimo de lo que se negocia en el mercado cambiario. Pero ¿no sería parecido a argumentar que el precio de una acción es independiente de sus dividendos (o, mejor dicho, del FCF de la empresa) porque estos son ínfimos frente al volúmen negociado durante el mismo período?

2) Según mi modo de ver, el mercado cambiario no va a actuar esperando una suba del dólar si no hay motivos para creer que éste vaya a subir en el corto o mediano plazo, independientemente de que esté subvaluado. En buena parte de los 90s era poco esperable una suba, dado el apoyo que tuvo la convertibilidad. Salvo cuando crecía el riesgo de que no siguiera, y ahí estaremos de acuerdo en que hubieron presiones alcistas. Pero voy a que, a mi entender, cuando no las hubo, no significaba que el mercado opinara que el peso estaba bien valuado.

Saludos.

Hector M. dijo...

Andres,
yo no he planteado un modelo. He mostrado datos de la decada del 90 (y algunos de la actual) mostrando que el TC de 1:1 no estaba sobrevaluado segun dos definiciones (corto y largo plazo). Que el TCR es endogeno y que converge al PPP en economia abierta son proposiciones rutinarias y triviales de cualquier manual de Macroeconomia Abierta.
Ahora bien, yendo a tus preguntas concretas:
1. La demanda de dólares para importar incrementa la oferta de bienes, y retira pesos del mercado. La demanda de dólares para comprar reservas implica emisión (a menos que se haga con superavit financiero del sector público, cosa que no ha ocurrido en la Argentina) y no aumenta la oferta de bienes. Esto genera diferentes implicaciones inflacionarias, que tienen incidencia opuesta sobre el TCR.

Sin embargo, ambas cosas inciden en la demanda de divisas, y por lo tanto en el TCN (si es que éste es flotante libremente).

2. Yo no me he referido a las expectativas de los operadores cambiarios hoy o en los 90. En todo caso, ello se referiría al TCN. El TCR es una variable ex post que se determina conjuntamente por el TCN y la inflación (nacional e internacional).
El mercado no "opina que el peso está bien valuado", sino que puede "opinar" (mayoritariamente) que "probablemente subirá" o "probablemente bajará", lo cual no es lo mismo. Pero como bien sabes, cuando se transan divisas, por cada uno que piensa que va a subir hay otro que piensa que va a bajar, o que no va a subir, o que no le importa (por eso algunos venden y otros compran, exactamente las mismas cantidades).

En el caso del gobierno K, la compra de divisas con emisión para acumular reservas ha sido el principal factor inflacionario hasta 2007 (posteriormente se añadió la emisión para financiar el gasto público, sea como "transferencia de utilidades" o más recientemente como adelantos transitorios, lo cual añadió un segundo factor que aceleró fuertemente la inflación).
En la actualidad el mercado tiende a hacer subir el dólar, de modo que el BCRA (una vez pasada la temporada de ingresos por exportación) probablemente tendrá que perder divisas para mantener el dólar planchado, lo cual disminuirá la oferta de pesos pero a costa de tener menos reservas; si ese proceso se prolonga ya sabemos como termina: las reservas adelgazan más de la cuenta, y entonces puede pandir el cúnico como decía el Chavo del Ocho, y se acentuaría la aversión a la liquidez en pesos, incentivando la compra de dólares y la fuga de capitales en previsión de un colapso. Esa u otras salidas son posibles, pero ninguna es bonita.

De todas maneras repito que mi intervención fue más histórica u empírica que analítica, y que no presenté ningún modelo.

Andrés Dj. dijo...

Bueno, cuando dije "modelo" me refería a la teoría PPP, que entiendo que es más o menos lo que describe, y me parece que no deja de ser una caracterización del mercado cambiario. Le creo que está propuesta en cualquier manual de macro, pero no entendí si por "trivial" se refiere a que todos la dan por válida sin peros -- evidentemente no.

En el punto uno me refería a emisión con esterilización y a compras de divisas con superávit fiscal. El dos lo mencioné porque me pareció que usted daba ese argumento ("en general el mercado cambiario no indicaba que hubiese presiones hacia la suba del tipo de cambio", etc.)

No reniego contra la PPP T., pero estaremos de acuerdo en que, por un lado, la convergencia no es monotónica y suele haber overshooting, en segundo lugar su velocidad no es infinita, y por otro lado el límite de convergencia está en constante movimiento, particularmente en países con un ruido político y un perfil de exportaciones como el nuestro. Entonces, estaríamos constantemente en desequilibrio y el cómo se pilotea, con herramientas como las nombradas antes, sería crucial. Sin ir al extremo de ignorar el argumento PPP completamente y pretender darle cualquier valor al TCR, en eso estoy de acuerdo con usted.

Saludos.

Andrés Dj. dijo...

Ah, recién me doy cuenta que cuando dije "modelo" se entendió como que me refería a una "estrategia gubernamental". No, lo usé en referencia a una representación de la realidad, una caracterización.

Por otro lado, aclaro que cuando dije "me pareció que usted daba ese argumento" no fue irónico. :)

Ahora que releí, no sé por qué escribí "FCF" antes, debí decir "ganancias".

Ahora sí: Saludos.

Anónimo dijo...

Il Postino 3:40 PM

Decís lo siguiente:

"El desprestigio del sindicalismo peronista es la única explicación por la que nunca estuvo ni cerca un sindicalista local de ser ni siquiera pre-candidato...."

No es así.
En marzo de 1962, Andrés Framini, de la Asociación Obrera Textil, fué candidato, y gobernador electo, en la provincia de Buenos Aires. Lo cual fué un catalizador en la caída de Frondizi.

Jorge B.

Hector M. dijo...
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Hector M. dijo...

Jorge B., el caso de Framini es la excepcion que confirma la regla. Era un adversario de la burocracia sindical, y termino sus dias en el cuerpo directivo del Movimiento Peronista Montonero. Otro tanto vale para Ongaro y algunos otros sindicalistas de izquierda, que en general fueron candidatos (si lo fueron) completamente fuera del PJ y en abierta contraposición al sindicalismo peronista ortodoxo.

Hector M. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
guido dijo...

Héctor, todo bien con sus numeritos, pero trate de hacer como si se comunicara con seres humanos.

Ya se lo dijo clarito AyJ: era más caro un chori en Constitución que un almuerzo en París. La apertura a la importación, asimismo, hacía que se vendieran productos importados muy por debajo del costo de producción local así se fabricase con mano de obra esclava e insumos robados. En esas condiciones ¿Que inflación querés que haya?

Anónimo dijo...

Hector, anda con poco tiempo, pero te dejo el parrafo mas sabroso que tengo de Economist (ya que estamos con los chori)

In 1994, for instance, Argentina’s peso was 60% overvalued
against the dollar; today it is spot on McParity—not because the peso has fallen (it is fixed against
the dollar), but because the price of a Big Mac has tumbled in Argentina. Es de 1997

http://comp.uark.edu/~reyes/Files/International%20Monetary%20Policy/BIG_MAC_currencies_articles_from_the_Economist.pdf

Hector M. dijo...

Guido,
la verdad es que NO ERA mas caro el chori de Constitucion que el almuerzo de Paris. Ni siquiera era mas caro el Big Mac de aqui contra el Big Mac de allá (era más barato que en Europa, estuvo a la par del de EEUU hasta 1996 y luego estuvo más barato). Los numeritos son resúmenes de lo que se veía en la realidad.
Por otra parte, aun en el hipotético caso de que fuera más caro aquí (por ejemplo, imaginate que estuviéramos en Suiza o Alemania, donde efectivamente el nivel de precios es más alto que en EEUU, y más alto que en casi cualquier otro sitio), ¿qué significaría eso?
En una economía cerrada, como las que regían digamos en 1950-60, no significaría nada excepto, ya que podrías devaluar nominalmente con una razonable expectativa de que la devaluación no pasaría mayormente a los precios, de modo que aumentarías tus chances de exportar productos alemanes y reducirías las importaciones desde USA, obteniendo así un saldo comercial positivo que era la única forma de conseguir divisas.

Aun así, ya en esa época la cosa no funcionaba muy bien (los precios terminaban por subir). Ahora, con libertad de movimiento para los flujos financieros, y mucha mayor movilidad de bienes y servicios, ese traslado a precios es mucho más rápido. Esto significa que una devaluación se anula más rápidamente via precios, y encima ni siquiera se puede "devaluar" porque ya no hay cambio fijo. Esto origina una carrera entre precios y tipo de cambio que solo te conduce al desastre.

Entonces, de nuevo, ¿qué implicaría una situación como la de Alemania? Implicaría en primer lugar que los habitantes de Alemania tienen una ventaja en cuanto a su nivel de vida, ya que a ellos les resultan más baratos los bienes transables. En segundo lugar, esa economía tendría ese tipo de cambio "relativamente bajo" en economía abierta solo si su productividad se lo permite.

En el caso de Alemania, ciertamente se lo permite (de hecho, cuando los tipos de cambio, fijos desde 1948, empezaron a flotar en 1973, el marco alemán se fue apreciando sostenidamente frente al dólar y otras monedas europeas, pasando de más de 3 marcos por dolar en 1973 a un valor mucho menor (creo que fue 1.80) en el momento de iniciarse el euro. Esta apreciación gradual (sin mengua del nivel de vida ni del nivel de empleo, y sin "déficits gemelos" ni crisis de balanza de pagos) ocurrió como RESULTADO ENDOGENO del aumento sostenido de la productividad alemana, donde un obrero metalúrgico o automotor gana 30 euros por hora y deja pingües ganancias a sus empleadores debido a su alta productividad.

Un obrero francés, griego o español gana bastante menos y aun así las empresas necesitan ayuda estatal para sobrevivir. Y eso es así a pesar que los impuestos son altos en Alemania, pero no superiores a otros países, y los servicios públicos sin embargo son de mayor calidad, y el Estado de Bienestar tiene mayores prestaciones que en otros países vecinos.

"Es la productividad, estúpido", podría ser un síntesis, acompañada de esta otra: "Y las instituciones también, estúpido", para seguir jugando con el slogan de la campaña de Clinton 1992.

A lo cual hay que agregar: Es la productividad, pero el crecimiento de esa productividad (luego de la devastación de 1945) fue impulsada precisamente por una situación de altos salarios y tipo de cambio bajo, pues solo así podría subsistir ese esquema económico de capitalismo renano sin romper el pacto social de cohesión y bienestar.

Esto no quiere decir que Alemania no tenga problemas. De hecho ha recibido millones de inmigrantes (turcos y de otros países europeos) y necesitará seguir recibiéndolos en el futuro para capear el problema de la seguridad social y el envejecimiento, pero esos son problemas que afectan a todos.

il postino dijo...

Anónimo,

agregando al comentario de Hector sobre Framini, también diría que si Perón le decía a Martín Karadagian, Neil Armstrong o Bin Laden que fuera candi a gobernador ese año en representación del peronismo, también hubieran ganado.....

Hector M. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Hector M. dijo...

Anonimo de las 2:57 PM. Sería bueno transcribir todo el párrafo de ese articulo de The Economist de 1997:

"Adjustment back to PPP does not always come about through a shift in exchange rates, but sometimes through price changes. In 1994, for instance, Argentina’s peso was 60% overvalued against the dollar; today it is spot on McParity —not because the peso has fallen (it is fixed against the dollar), but because the price of a Big Mac has tumbled in Argentina."

En efecto, cuando recién se instaló McDonald's en la Argentina tenía un aire de novedad "chic" importada, y eso les permitía aplicar precios más altos que en el resto del mundo. Esto duró poco, aparentemente hasta 1993. En 1994 tuvieron que bajar sus precios y colocarlos casi a la par de EEUU (2.50 dólares en Argentina y 2.42 como promedio de diferentes zonas de EEUU). Allí permaneció hasta el final de la década en Argentina, aunque en EEUU siguió subiendo levemente de acuerdo a la inflación de aquel país, llegando a 3.50 dolares al final del período de la convertibilidad. Ese caso particular no dice nada sobre el tema en discusión, o en todo caso sus características se deben a una peculiaridad de corto plazo del mercado de Big Macs en la Argentina, que en esa década pasó de ser un producto chic a ser un producto de masas. Ese proceso, en cualquier bien y cualquier mercado, implica una caída del precio hasta alcanzar su nivel de equilibrio. La convergencia al nivel PPP nunca es un fenómeno de corto plazo sino una tendencia de largo plazo.

Tomando canastas más amplias de bienes y servicios ese efecto no aparece, como por ejemplo en los cálculos del Banco Mundial, las Penn World Tables o comparando los IPC como hice yo (yo tomé como base un estudio comparativo de precios en países de las Américas efectuado por la CEPAL en 1960 y otros posteriores, que originaron estimaciones de base para el tipo de cambio PPP, y los actualicé con índices de precios al consumidor ajustados por sustitución en el consumo).

guido dijo...

Debo ser muy bestia, Héctor, pero mi recuerdo es que viajar era muy barato. Te ibas a Brasil y eras un sultán. Ni hablar de Chile o Bolivia (todos países que visité en el 1 a 1). A mi, que una hamburguesa salga lo mismo que NY me parece algo, cuando menos, raro, que se yo.

Pero debe ser idea mía, y lo más razonable es que un país rico las cosas salgan lo mismo que en uno pobre...

Hector M. dijo...

Guido,
Brasil fue muy barato hasta que se implantó el Plan Real y se estabilizó la hiperinflación que había hasta ese momento. Durante la presidencia de Cardozo tuve muchos viajes (de trabajo) a Brasil, y recuerdo precios en los restaurantes de Rio, Brasilia o Salvador, muy similares o algo más caros que los de Buenos Aires. También las tarifas de hoteles. Pero la vigencia de un tipo de cambio PPP (como había en ese momento, al menos aproximadamente, entre el Real de 1:1 y el peso de la convertibilidad, no significa que cada precio tuviese que ser el mismo, ni que los gastos de un turista argentino en Brasil tuviesen que ser iguales a los gastos en Bs Asde un argentino residente.
Los precios en Chile eran también particularmente caros, al menos desde 1994 en que visité el país, en particular recuerdo que era cara la ropa y los hoteles. Pero nuevamente, estas impresiones personales significan poco ya que se trata de un fenómeno macroeconómico que se mide a través de índices de precios construidos de una manera conceptualmente adecuada.

La Argentina tiende a tener un tipo de cambio real similar al de la convertibilidad (ahora mismo estamos convergiendo hacia esa situación) debido a la competitividad de nuestras principales exportaciones, y la productividad relativa de nuestras principales actividades transables. Pero la estructura económica argentina está saturada de "fósiles" industriales de otras épocas, con tecnología vieja, que no solo han perdido competitividad sino que nunca la tuvieron: nacieron bajo altas barreras proteccionistas y así han seguido; muchas que cerraron en los 90 han vuelto a abrir en los 2000s; ahora empiezan a tener problemas nuevamente, atenuados solamente por la represión de la inflación en materia de tarifas públicas. La existencia de esas industrias no competitivas, así como de una baja competitividad sistémica debido al carácter clientelar o feudal del sistema político y la ineficiencia de muchos servicios básicos, hace que la transición hacia una situación normal tendrá que implicar un período de transición (un nuevo período de transición después del ya sufrido en 1992-94). Si no se realiza esa transición el sistema seguirá chocando con el techo de su ineficiencia, con breves brotes de crecimiento seguidos por crisis y recesiones, como ocurrió a lo largo de las dos o tres décadas anteriores a 1990.

Hector M. dijo...

Ya que mencionas Bolivia, debo decirte que nunca dejó de ser absurdamente barata, y lo sigue siendo hoy. Taxis equivalentes a dos pesos argentinos, comidas de 6-10 pesos en restaurantes aceptables, siguen siendo la norma. Claro que no ha habido en Bolivia una transición completa, y la que se había empezado se ha revertido desde la llegada de Morales al poder en 2005.

Anónimo dijo...

Héctor, hablás como si no hubiera ocurrido nada en el mundo desde los '90 a esta parte.

Hector M. dijo...

No entiendo, Anónimo de las 7:11, a qué te refieres. Estábamos hablando de los 90 en este momento, por lo cual me restringí a ese período. En otros momentos hemos conversado sobre la actualidad.

Ahora, si lo que quieres decir es que de algún modo hubo cambios tan fundamentales desde los 90 que los esquemas teóricos que yo estoy usando han dejado de tener validez, me gustaría que abundaras un poco. Te ayudo: en América Latina la Argentina sufrió una tremenda crisis debido a su exceso de gasto fiscal y endeudamiento en la última parte del menemismo, que la Alianza no revirtió. Eso dio lugar a un viraje político hacia el viejo populismo cincuentista, que ya está llegando a su fin. También hubo dos o tres gobiernos con similares tendencias, principalmente el de Venezuela. Bolivia ha mantenido una macroeconomía muy sana y ortodoxa (más allá de las re-nacionalizaciones de recursos naturales) y algo parecido ha pasado en Ecuador, que no ha abandonado el dólar como moneda. En Venezuela los disparates económicos han sido tantos que es campeona mundial de inflación, tiene recesión hace tres años, desabastecimiento masivo y hasta crisis energética (único país petrolero en tales condiciones, sobre todo con los altos precios recientes). Por lo demás no ha cambiado mucho el escenario: los países integrados a la globalización siguen creciendo y mejorando sus índices sociales, como lo hacían en los 90: Brasil, Chile, Perú, Colombia, Uruguay.

En el resto del mundo tampoco hubo muchos cambios a ese nivel tan trascendental. Se produjo una burbuja especulativa en los años 2000s, que condujo a una recesión en 2009 de la cual ya se está saliendo. Se salió en la forma correcta (políticas transitorias de estímulo). En algunos casos, como Grecia, la crisis reveló problemas estructurales que requieren reforma, que ya se está llevando a cabo. Se están estableciendo algunas normas internacionales para intentar controlar las burbujas más riesgosas. Ya en 2010 el mundo está creciendo otra vez, sobre las mismas bases (globalización del capital guiado por las empresas transnacionales, y liderado por las regiones emergentes, sobre todo Asia). Nada de eso altera para nada el carácter del sistema económico internacional, aunque lo impulsa en su permanente evolución.

De cualquier manera, afirmaciones como que "en economías abiertas el TCR es endógeno" o "el nivel de precios de las economías abiertas incluyendo su TC tiende a evolucionar hacia una situación de paridad de poder adquisitivo" siguen siendo vigentes, lo mismo que todo el resto.

Los rumores de la muerte del capitalismo (o que se estuviese "cayendo a pedazos") eran francamente exagerados.

guido dijo...

Héctor, aunque me resulta profundamente extraño (a mi y, malicio, a millones de argentos que vivieron el 1 a 1) no puedo menos que rendirme ante tus conocimientos. Aunque más no sea porque no tengo la formación para rebatirlos, así raros como me suenan. Pero no sería la primera vez que una afirmación contraintuitiva (el tipo de cambio no estuvo sobrevaluado en los 90) resulta ser la adecuada.

Más o menos en la misma linea (el que sabe sabe y el que no que cace un broli) me permito señalarle que, así como una afirmaste en otro hilo que Colombia era un ejemplo de seguridad jurídica (risas), la categoría "feudal" y "clientelista", que vos asimilás, son bastante diferentes. Ningún cientista social vivo (exceptuando quizás un economista) hablaría de feudalismo para referirse a estado contemporáneo alguno (y pocos lo aplicarían a Latam en ningún momento de su historia). "Clientelar", por su parte, es una expresión que se utiliza en sentido algo diferente en ciencias sociales al que toma en el discurso ideológico de uso común entre los liberales y, en todo caso, traerlo a cuenta del presunto fracaso argentino, cuando el contraste se hace con Brasil provocaría una sonora carcajada de cualquier político brasileño.

Postino, nadie me contestó porqué el triunfo electoral pingüino no es prueba del prestigio social de los chimangos inmobiliarios. Derivar de la popularidad de Lula un prestigio del movimiento sindical (y de ese prestigio un poder relativo X) es adherir a una teoría de la representación francamente infantil.

Anónimo dijo...

Mi estimado Hector, no firme

hablaste mucho de Big Mac y poco del 60%, y ese es el nucleo, por eso puse el parrafo y el link, por razones de brevedad

Creo que usas los datos como Ptolomeo, pero bueno, asi llegamos al 2001, todo estaba de maravillas

saludos cordiales

Hector M. dijo...

Guido,
claro está que el sistema político argentino no es literalmente feudal, como no lo es prácticamente ninguno en el mundo actual (ni en lo político ni en lo económico). Usé el término en sentido figurado para referirme a la perpetuación de dirigentes en territorios convertidos en sus "feudos" personales, y esto abarca intendentes del conurbano y gobernadores de provincias.
En cuanto a "clientelar" o clientelismo", se usa normalmente en ciencia política para regímenes que utilizan dádivas y favores para conseguir apoyos y lealtades, incluyendo la asignación favoritista de programas, subsidios o inversiones públicas. Se acerca a lo que en EEUU llaman "pork barrel politics", y nadie duda de su existencia en la Argentina.

Con respecto al tipo de cambio de los 90: que el dólar no estuviese sobrevaluado respecto al mercado cambiario (corto plazo) o respecto al nivel PPP (largo plazo) no quiere decir que ese tipo de cambio permitiese funcionar la economía existente (con las industrias e infraestructura existentes), ni que fuese capaz de generar pleno empleo.
Pero en economía abierta, donde el TCR es endógeno (reflejando el tipo de inserción de la economía nacional en la internacional), en esos casos lo que acaba adaptándose no es el tipo de cambio sino la estructura económica interna. Por eso la transición es dura, larga y difícil: requiere reformas institucionales, modernización de la infraestructura, reestructuración productiva, y un período prolongado de alto desempleo. No es lo más agradable, pero nadie dijo que lo fuera. El capitalismo es un sistema horrible, pero es el sistema en que nacimos y vivimos, y en el que probablemente vamos a morir, así que la cosa no tiene remedio por ese lado: no hay otro sistema. Se pueden alterar detalles, pero lo fundamental es como es. Sorry, pero no disparen sobre el mensajero.

Anónimo dijo...

Ahora tomamos la conclusion Hector como causa, si el tipo de cambio no permite funcionar la economia en 10 años, es un problema de la economia? Y si a merced de prestamos, venta de activos y otras medidas, tambien es problema de la economia?
No seria mas facil decir, Occam, mediante, que, por las razones que fueren (podemos discutirlas, pero por razones de brevedad me abstengo) que el paradigma utilizado estaba errado? Y ello condujo a casi destruir la economia cuando la droga externa se termino? (Prestamos)

Hector M. dijo...

Anonimo (podrias ponerte algun apodo, no?, aunque sea para facilitar la referencia):

La tendencia hacia el TCR endogeno es una tendencia real, que existe en la práctica en cualquier economía abierta. Puede ser desviada por algún tiempo pero genera tensiones como consecuencia. Esto se ha visto en general en diversas economías, y se ha visto en teoría al examinar modelos de macroeconomía abierta. Se ha comprobado también en la Argentina en los 90 cuando los precios se colocaron (hacia 1993) en el punto necesario para que el TC de uno a uno fuese también el TC PPP. Lo estamos comprobando en la actualidad con la tendencia de los precios y el TC a situarse de nuevo en esa posición, pese a los esfuerzos del gobierno para mantener un "tipo de cambio competitivo"; en este caso la convergencia ha sido por combinación del TCN y los precios.

Esa tendencia objetiva de mediano y largo plazo indica que si bien desde la política económica se puede introducir una distorsión de corto plazo por motivos coyunturales (por ej. una devaluación para salir de una recesión), es imposible montar una estrategia de mediano y largo plazo sobre un tipo de cambio que no sea el de equilibrio de largo plazo.
Como consecuencia de esto, en economía abierta globalizada lo que la realidad impone es la adaptación de la estructura económica para poder funcionar bajo esas condiciones de inserción en el mundo. Este proceso puede llevar años, y existen costos involucrados en la transición, como por ejemplo el desempleo de trabajadores de sectores ineficientes hasta que aumente lo suficiente el empleo en otros sectores más competitivos. Pero si el proceso de adaptación no ocurre, tampoco habrá un proceso sostenido de acumulación y desarrollo.
Por último, te diré que en los 90 la economía "funcionó": limpió bastantes ineficiencias en el sistema productivo entre 1991 y 1995, a punto tal que la elasticidad ingreso del empleo, que era muy baja en 1991-95 (alrededor de 0.10, es decir un 1% de aumento del empleo por cada 10% de aumento del producto) se volvió bastante más alta en 1995-98 (alrededor de 0.65, valor similar al de la presente década). Ese proceso hubiese podido madurar y conducir a un crecimiento sostenido (como ha ocurrido en otros países exitosamente integrados al proceso mundial, como Chile, Perú, Brasil, Colombia, y varios europeos y asiáticos, y sin perjuicio de las periódicas crisis del capitalismo) si en 1996-2001 no se hubiera incrementado irresponsablemente el gasto público y el endeudamiento nacional y provincial hasta producir el cierre de la canilla de crédito internacional y el colapso del sistema. Este proceso de autodestrucción fue efecto del sistema político, no del sistema económico.
En la década del 2000 se produjo una recuperación de corto plazo (2003-07) seguida de estancamiento, recalentamiento, problemas fiscales e inflación, donde una parte sustancial del crecimiento de PBI y empleo es insostenible pues se debe a manipulaciones cambiarias que a la larga son anuladas vía precios o vía mercado cambiario. Ahora estamos en esta última fase.
En la siguiente etapa del país, yo creo, o bien se vuelve a encarar seriamente la inserción exitosa de todos los sectores económicos en el proceso mundial de acumulación capitalista, o enfrentaremos otra década convulsiva, con brotes de crecimiento seguidos de crisis, como ya ha ocurrido desde los años 60 en adelante.

Hector M. dijo...

Otro si digo: Cuando afirmo que la economía "funcionó" en los 90 quiero decir que avanzó en la producción más eficiente de bienes y servicios. La modernización de servicios públicos (que fue importante en algunos de ellos como los teléfonos o la energía) y la modernización microeconómica de muchas actividades (desde la industria hasta la banca) permitieron que las exportaciones se triplicaran, y especialmente las industriales no relacionadas con el agro (a precios constantes crecieron más rápido que en la década del 2000), y que hubiera un importante flujo de inversiones (de inversores tanto argentinos como extranjeros, usando ahorros radicados tanto en el país como en el extranjero).
Todo esto no quiere decir que la economía "funcionó" para garantizar que cada fábrica creada en décadas anteriores, al amparo del proteccionismo, pudiera subsistir sin problemas. Tampoco pudo garantizar (pues sería imposible) que cada trabajador desplazado de actividades obsoletas (y poseyendo él mismo capacidades técnicas ya obsoletas) pudiera ser inmediatamente absorbido en otras actividades más competitivas. Esto es imposible en cualquier país. El proceso brutalmente selectivo del mercado no toma en cuenta esos aspectos. Sí habría podido el Estado implementar programas de salvataje y transición más amplios e inclusivos (el subsidio por desempleo o el programa Trabajar, por ejemplo, nunca llegaron a cubrir más que una fracción pequeña de los desocupados, y se repartió en parte mediante favores clientelistas como en la presente década, a diferencia de lo que ocurrió por ejemplo en Chile o Brasil, o en muchos otros países como la India o España. Esto fue un efecto del orden político de prioridades, no del sistema económico como tal (había abundante oferta de créditos blandos del Banco Mundial o del BID para esos programas sociales, pero no fueron utilizados).

También se podrían haber hecho mejor las privatizaciones, y no con las gigantescas coimas de María Julia & Co., que condujeron a fracasos resonantes como el de Aerolíneas con Iberia. Esto también es un efecto del desastroso sistema político argentino (sea el de Menem o el de Kirchner), basado en el clientelismo y la corrupción. Mientras eso no cambie la cosa no saldrá bien.

Por eso la próxima vez (porque necesariamente debe haber una próxima vez, a menos que queramos seguir en el estancamiento oscilante de los últimos 50 años) hay que prestar atención a esos aspectos para no repetir los mismos errores. Y sobre todo, el sistema político e institucional debe funcionar de una manera que pueda ser mostrada al mundo para atraer inversiones y no para ahuyentarlas.

guido dijo...

Nuevamente, Héctor, mezclás tus conocimientos económicos con cosas de las que no tenés ni idea. Contrastar a la argentina con Brasil en función de la corrupción y el clientelismo es absurdo. Implica un desconocimiento profundo del funcionamiento del sistema político brasileño.

Hector M. dijo...

Guido,
Te equivocas al pensar que no conozco la realidad brasileña. Tampoco he querido insinuar que en Brasil no haya corrupción o clientelismo (también los hay en Inglaterra, EEUU o Japón). Es una constante de la naturaleza humana y de la conducta política. Pero en general no alcanza dimensiones sistémicas ni obstaculiza el funcionamiento del sistema económico. No llega a causar rupturas permanentes de las reglas de juego ni asignaciones caprichosas y masivas de recursos (piénsese por ejemplo en el privilegiado lugar de Electroingeniería y otras firmas "amigas" en las licitaciones del gobierno K).
Funcionar en el capitalismo globalizado no requiere que las economías y los países sean manejados por santos, sino que los pecados sean privados y no afecten al sistema en su conjunto.

En otras épocas, cuando los países emergentes eran solo fuente de materias primas como las repúblicas bananeras de Centroamérica, era posible tener un sistema intrínsecamente corrupto si ese sistema permitía la explotación impune de las materias primas, como fue el caso de Somoza en Nicaragua y tantos otros dictadorzuelos semejantes.

En estos tiempos, la inserción de los países (incluso Nicaragua y otros similares) en el capitalismo global requiere inversiones y tecnología, y eso no se logra con un régimen sistémnicamente corrupto, capaz de romper imprevisiblemente las reglas de juego. En ese contexto solo pueden florecer los capitalistas "amigos", en negocios rápidos y no de largo plazo (pues en el largo plazo puede cambiar el gobierno de turno).

En Brasil, en general, el clima de inversiones responde a reglas de juego estables y con un nivel de corrupción o clientelismo relativamente bajo, que no afecta el funcionamiento macro.

Debo mencionar, de paso, que no hay en Brasil un fenómeno de desviación masiva de programas sociales por conductos corruptos y clientelistas, como lo hay en la Argentina en que dichos "planes" como Jefes y Jefas o el Plan de Viviendas, se convierten en botín de las organizaciones piqueteras, los sindicatos o las intendencias, a costa de los pobres cristos que supuestamente debieran ser los beneficiarios directos. Con la Bolsa Família eso no pasa (aunque seguramente hay casos aislados).

guido dijo...

Nuevamente, Héctor, tus afirmaciones no están respaldadas por nada más allá de tu opinión. Solo te pido la misma rigurosidad que utilizás en planteamientos económicos. Te va a costar encontrar informes académicos que respalden el contraste que establecés entre Argentina y Brasil con relación a las políticas sociales (e incluso que respalden tus apreciaciones sobre su uso en la Argentina).

Así como no es raro encontrar sociólogos, antropólogos o politólogos que sustentan algunas de sus afirmaciones en teorías económicas que nadie se toma ya demasiado en serio, lo mismo sucede cuando los economistas se salen de área por un uso deficiente de las ciencias auxiliares. Creo que este es un buen ejemplo.

Hector M. dijo...

Guido,
gracias por tus comentarios y sugerencias.

Con respecto a Brasil y Argentina en materia de programas sociales hay evaluaciones realizadas por el Banco Mundial en ambos paises, que señalan la alta incidencia de clientelismo en el caso argentino y no en el de Brasil.

Tampoco hay en Brasil casos como el de la Sra Sala en Jujuy, convertida en próspera empresaria gracias a la "administración" de planes sociales. Ese caso es solo un ejemplo, ya que abundan otros en el ámbito de las "organizaciones sociales" argentinas. No hay semejantes situaciones en Brasil. Tampoco en otros programas similares como el programa PROGRESA en México, los programas de ayuda familiar o escolar y otros programas análogos en Perú, o los programas sociales de Chile. El caso argentino es frecuentemente citado en los organismos internacionales por el extraordinario nivel de corrupción que exhibe.

Pero no puedo emprender ahora ni una búsqueda bibliográfica exhaustiva para poderte citar documentos y páginas específicas, ni un proyecto específico de investigación al respecto. Así que dejemos el asunto ahí, si no te parece mal. Si vos crees que en los programas sociales argentinos no hay clientelismo ni corrupción, tenés todo el derecho de pensar así, aunque ello implique ignorar los datos objetivos disponibles.

Tal vez olvidé mencionar que soy economista y sociólogo: me gradué primero en sociología antes de ponerme a estudiar economía. De modo que tengo formación en ambos tipos de ciencias sociales, lo cual me ha sido muy útil porque como economista me he dedicado sobre todo a políticas públicas, a economía política y a cuestiones sociales, en vez de dedicarme a finanzas por ejemplo.

guido dijo...

Héctor, me refiero a investigaciones académicas, no al Banco Mundial (que dicho sea de paso fue el principal financiador del JyJ, así que tan mal no la veía). Por otra parte sería gracioso que el BM se escandalice por el "clientelismo" siendo la principal fuente de una noción de política social focalizada que lo fomenta y financia.

Yo no dije que en Argentina no hubiese clientelismo ni corrupción, dije en una comparación con Brasil no hay nada que indique una diferencia a favor del segundo. La categoría "clientelismo", no se es asimilable tampoco a corrupción en la literatura sociológica y antropológica, pero supongo que lo sabés si sos sociólogo de formación.

M.S. es una sem terra en escala microscópica. De hecho, es de los ST (algunos de los cuales han dado charlas y cursos en la tupac amaru como parte de fructíferos intercambios) en quien se inspira en los aspectos organizativos.

Hector M. dijo...

Milagro Sala pudo alguna vez haber sido una ST (Sem Terra), pero actualmente por cierto es una CT (Com Terra), y más específicamente una CMT (Com Muita Terra) aparte de ser también CC (Com Casas) y CMCM (Com Muitas Coisas Mais). Después dicen que no hay movilidad social en la Argentina, tierra de oportunidades (para los que saben posicionarse con el poder de turno y no le hacen asco a nada).

guido dijo...

¿De donde surge esa afirmación?¿De que estudio? Vamos, Héctor, ¿Que pasó con la rigurosidad científica?

Hector M. dijo...

Si te referis, Guido, a la afirmación sobre Milagro Sala, te diré que es de dominio público. Es dueña de tierras, casas, y empresas de transporte de Jujuy, y ello ha sido reiteradamente informado en diversos medios. Lamento que no haya un "estudio científico" al respecto (al menos no lo conozco), pero está tan probado como los negociados del ex vicepresidente Cheney en Irak a través de su empresa Halliburton, es decir a través de informaciones de la prensa. Pero tenés todo el derecho del mundo a pensar lo contrario. El tiempo dirá cómo eran las cosas realmente. Aparte de la susodicha señora podemos usar como ejemplo al intendente Ishii en lo que se refiere a planes de vivienda, y otros muchos. Lamento que en este caso la investigación haya sido hecha por el grupo Clarín, un medio "excomulgado", pero yo ya no hago caso de las excomuniones.

guido dijo...

Vi el informe sobre José C. Paz, me pareció muy bueno pero también muy tonto. Sobre miles de viviendas descubrieron un par de partientes, tan pobre como todos los otros benficiarios del plan de viviendas. Porque, asumámoslo, ninguna persona de clase media se mudaría a una casa regalada en un barrio de viviendas sociales.

De cualquier modo, repito, yo no negué la existencia de corrupción en argentina, sino tu tesis de una comparación desfavorable con respecto a Brasil, Perú, etc.

Hector M. dijo...

Guido, ya están claras tu opinión y la mía. Dado que el post es sobre inflación heterodoxa, prefiero dejar este subtema aquí.