miércoles, enero 26, 2011

Ennavarrando la cancha inflacionaria

Me mandan en el post anterior una nota de Norberto Navarro de página 12 de hace unas semanas, donde sostiene el punto del elevado poder de mercado de las comercializadoras minoristas, argumento que, como sabemos, es utilizado por algunos para explicar el proceso inflacionario.

A partir del poder de mercado que tienen estas grandes empresas, presionan a los proveedores para mejorar sus condiciones de compra y mediante un proceso de fuerte remarcación de los productos obtienen márgenes extraordinarios. Según un reciente estudio de la Facultad de Economía de la UBA, el margen neto promedio sobre facturación de las cadenas de supermercados en Europa y Estados Unidos es del 1,5 por ciento. En Argentina, hasta hace cinco años era del 3 por ciento. Ante el fuerte crecimiento de la demanda, ese margen ya alcanza el 3,8 por ciento.

(Las negritas son mías. ¿Alguien tiene acceso al documento de la FCE al que hace referencia?)

¿Leyeron bien?

El margen neto creció de 3.0% a 3.8%.

Vamos de nuevo, y le cambio la notación de punto a coma decimal por si alguien usa algún otro sistema.

De 3,0% a 3,8%

Es decir, y suponiendo por simplicidad que margen neto es igual a margen bruto, que, a pesos de 2005, si la cadena de supermercados compraba a $ 100 y vendía a $103 hoy cinco años después vende a $103.8, es decir, un 0.77% más caro. La concentración del mercado minorista generó una inflación interanual de 0,15% (y eso que el margen puede ser resultado de pagar menores costos y no necesariamente de cobrar mayores precios).

Microeconómicamente puede ser una fortuna de plata pero macroeconómicamente….

0,15% anual….

I rest my case.

lunes, enero 24, 2011

Inflación y poder de mercado

Será por el calor, será la necesidad de vacaciones (porque la semana festiva nunca jamás me alcanza), será que todavía no vi en lapoliticaonline.com esa encuesta que dice que la intención de voto de Cristina está de nuevo en el treinta y poco porciento, será la incertidumbre de la dulce espera o simplemente porque, según dicen, el 24 de enero es el peor día del año para el estado de ánimo . No lo sé. Lo cierto es que arranqué 2011 sintiendo que todo el debate económico en el que estamos inmersos se parece a una película mal doblada de sábado a la tarde en algún canal de aire. 

“Uh, mira lo que están pasando” decís cuando haciendo zapping, te cruzas con los Cazafantasmas, Bettlejuice o la revancha de los nerds. Si bien te entretiene un rato, al poco tiempo te das cuenta que no sólo la visual ochentosa le quita el encanto que tenía hace 30 años, sino que ya la viste tantas veces que hasta te sabés los diálogos. 

Una de esos estados “Cine Shampoo” se me genera cada vez que veo en la blogosfera el siempre presente debate de “la inflación se explica por los mercados concentrados” (cuyo exponente más cercano posiblemente sea Escriba). Mucho se ha escrito sobre la supuesta relación entre la estructura de los mercados y el proceso inflacionario, cuyo mejor corolario es, posiblemente, este ya antológico post del profe Olivera. Sin embargo, porque no aprovechar la parsimonia veraniega para darle una vuelta de tuerca más 

¿Cuál es la relación entre la concentración de mercados y la inflación? 

Una de las primeras lecciones que los economistas recibimos cuando empezamos la carrera es que concentración de mercado no es sinónimo de poder de mercado. Es decir, lo importante no es si son una, dos o doscientas empresas las que venden un producto, sino si la posición de mercado es aprovechada en perjuicio del consumidor (donde "consumidor" no es otra cosa de la manera mainstream de llamar al trabajador!). 

Todo economista se cruza en algún momento de su formación con el modelo de Bertrand, que data de mediados del siglo XIX. El argumento del modelo es bastante simple. Si compiten entre sí, alcanza que haya dos firmas en un mercado para que ninguna de las dos tenga poder de mercado (es decir, pueda cobrar un precio excepcionalmente alto). Es decir, al final del día lo importante es cómo se comportan (si compiten o no compiten) y no cuantas son.

Ahora bien, ¿Cómo afecta la inflación al poder de mercado de las firmas? 

Un fenómeno empírico archiregistrado de todo proceso inflacionario es que a mayor inflación, mayor dispersión de los precios incluso al interior de un mismo mercado. Es decir, cuanta más alta es la inflación, mayor será la diferencia que uno va a encontrar en el precio de un mismo producto en distintos locales (Hay evidencia para Argentina acá, EE.UU acá, para Israel acá entre muchos otros. Quien quiera los papers que chifle). 

Pero ¿Por qué la inflación aumenta la dispersión de precios?

Mariano Tommasi, en un trabajo de 1993 con una mátematica no para cualquiera pero con argumentos bastante intuitivos, propone algunas ideas sobre el vínculo de la inflación y la dispersión de precios (algo parecidas q las que sosteníamos acá). 

Imaginen que deciden salir a comprar un par de zapatillas. En su primera compra, recorrerán cinco, diez locales hasta encontrar el que tenga las zapatillas al mejor precio. Pueden repetir el procedimiento en su segunda compra, pero a medida que se repitan las compras se vuelve cada vez más innecesario: con las compras del pasado uno puede construirse un mapa de los locales para distinguir los baratos de los caros (lo cual le llevó tiempo ergo dinero). 

Ahora bien, si en algún momento el local más barato decide subir sus precios, el consumidor podrá castigarlo simplemente comprando en otro local, lo cual a priori lo desincentivaría a subir el precio. Es decir, cuanto mayor sea la información que maneje el consumidor, menor el poder de mercado del vendedor (en el límite el consumidor tiene toda la información disponible y estamos en caso de “competencia perfecta” de manual).

Ahora bien, el problema es que a mayor inflación, mayor la frecuencia con la que los locales ajustan sus precios con lo cual la información que haya acumulado el consumidor tenderá a depreciarse más rápido. Como no conviene acumular un stock que se deprecia rápido, el consumidor tiene menos incentivos a estoquear información de precios de otros locales, lo cual otorga una ventaja al vendedor: podrá subir su precio sin miedo de perder su cliente, para quien salir a buscar información es ahora más costoso acumular información. A rio revuelto, ganancia de pesador.

Si esto efectivamente es así, cuanto mayor sea la inflación, mayor será el precio que puede poner un local sin temor a que el consumidor lo abandone, es decir: la inflación otorga poder de mercado al vendedor, que podrá cobrar un precio más alto que en un entorno, más competitivo en el que el consumidor pudiera elegir mejor o, lo que es lo mismo, los salarios reales serán más bajos que sin inflación.

Como distintos vendedores, en función de las características del mercado, podrán hacer un uso diferencial de este beneficio cobrando distintos márgenes, el corolario natural será que, justamente, mayor inflación se transformará en mayor dispersión de los precios. Es decir, más inflación, mayor poder de mercado, mayor dispersión de precios. Voila!

Conclusión: En un mundo donde los consumidores tienen información imperfecta, la inflación induce comportamientos no competitivos de los vendedores. La causalidad va para el otro lado. No serían los mercados concentrados los que inducen la inflación sino que, en cambio, es la inflación la que otorga poder de mercado.

Atte

Ele

sábado, enero 15, 2011

Derechos BEAticos

Nosotros se los regalamos el jueves a la tarde y el sabado a la mañana los citan a ellos! La BEA tendria que hacer un piquete, che!

L

Pd: Decí que Campa hizo el lunes la primera cita (creo) de Clarin a la BEA en el cuerpo del diario

jueves, enero 13, 2011

“BEA para Todos” presenta: IPC-ESC Alimentos

Complementando la reciente publicación que el amigo Natalio Ruiz hiciera de su IPC-CqP desde ESC presentamos a la sociedad al flamante IPC-ESC Alimentos, siguiendo esa política gratuita y open-source que tan bien se lleva con la descentralizada y descontracturada “cultura blogueril”.

El IPC-ESC Alimentos, como su nombre lo indica, es una estimación del capítulo “Alimentos y bebidas” del índice de precios al consumidor en función de los datos de ocho provincias argentinas que aún hoy presentan su información desagregada a nivel capítulos o equivalente: Chubut, Neuquén, La Pampa, Jujuy, Santa Fe, Misiones (que tienen un retraso desde Julio), Tierra del Fuego y Rio Negro, cuya evolución interanual puede verse en la siguiente presentación.
El IPC-ESC Alimentos incluye un ligero cambio metodológico respecto al índice construido por Natalio en CqP. Utilizamos el método de análisis de componente principal que permite obtener una estimación que representa el componente común en la inflación de todas las provincias. El dato así obtenido se utiliza para correr una regresión simple sobre el índice de alimentos oficial para el periodo 2002-2006 desde donde se extrapola para llegar al presente. Los resultados se presentan en el siguiente gráfico.



Creemos que esta metodología representa una mejora respecto al promedio simple de los datos de las provincias no intervenidas. Nótese, por ejemplo, como el IPC-ESC alimentos ajusta mejor al IPC-GBA durante el periodo sin intervención respecto al promedio, que parecería sistemáticamente subestimar la inflación oficial.


¿Cuál es la estimación comparada del IPC-ESC Alimentos en relación a otras mediciones privadas?

Como puede verse en el siguiente gráfico, el IPC-ESC Alimentos tiene una evolución muy similar a la estimación de alimentos y bebidas de Inflaciónverdadera.com desde 2008 (desde cuando existen las primeras estimaciones interanuales) a la fecha. En perjuicio del IPC-ESC, inflacionverdadera.com tiene una actualización mucho más rápida. En beneficio tiene una muestra bastante más grande y un lapso de tiempo más extenso. Las estimaciones de Buenos Aires City, por su parte, con datos interanuales desde enero de 2010, fueron durante el año sistemáticamente más altas, alrededor de 7% por arriba de nuestra estimación.
Ahora bien, ¿Cómo ir un pasito más allá para aprovechar la sinergia que puede generarse entre los distintos blogs de la BEA?


Simple. A partir de la estimación de Natalio de la inflación nivel general y de nuestra estimación de inflación de alimentos y bebidas podemos construir un simil índice de inflación subyacente, eliminando de la primera el aporte de la segunda, lo que (creo que poco marketineramente) hemos intitulado IPC-BEA Core, que no es otra cosa que el IPC-CqP neto del IPC-ESC Alimentos*. Voila


Hechas las presentaciones de rigor, y ofreciendo al público la serie histórica para descargar acá, quedamos a vuestra disposición en los comments.

Atentisimamente

El equipo de ESC (Gene, Ele y, desde las sombras, Gabriel Zelpo)

*La fórmula utilizada es: (IPC-CqP - 31%*IPC-ESC alimentos) / (1-31%) donde 31% es la participación de alimentos en el total.

miércoles, enero 05, 2011

Mapamundi de la BEA

Original post de Matías, miembro de la BEA que recién acabo de conocer, aunque escribe hace casi un año, con una entretenida etiquetación de la Blogosfera Económica.

(Nuestro ego siempre hambriento descansa pachorro y bien alimentado!)

martes, enero 04, 2011

Proyección ESC 2011

A pocos días de terminado 2010, y aún en proceso de ponerme al día con las novedades durante los días de mi finalizado receso festivo, no dejo de sorprenderme con las lecturas divergentes que distintas personas pueden hacer viendo más o menos los mismos datos. Mientras, por ejemplo, el amigo Escriba se mofa de la idea de estanflación o aplaude que los salarios en dólares (¿?) crecerían un 17% en 2011 según Bein, mi lectura del año que termina me deja un sabor bastante amargo y muy pocas ganas de reírme despreocupado. 

No puedo dejar de pensar que 2010 fue un año de fin de ciclo. Así como 2003-2006 fue el periodo en el que los indicadores sociales mejoraron como resultado del crecimiento y la creación de empleo, en 2010 vimos el fin del segundo ciclo kirchnerista. Es decir, el periodo en el cual el gobierno logró impedir el deterioro social a partir de la expansión del Estado de bienestar. La aceleración del proceso inflacionario desde fines de 2009, que llevo la variación de precios desde 13%/15% en diciembre 2010 a los 24%/26% actuales logró echar por tierra gran parte de los beneficios de la Asignación Universal que fuera implementada un año atrás.

Es decir, a pesar de las nuevas transferencias directas a alrededor de cinco millones de personas, a pesar de la suba de 61% en el gasto público en términos reales, a pesar del crecimiento acumulado de 15% en los últimos 4 años no puede afirmarse que la situación social a fines de 2010 sea mejor que la de fines de 2006. Asimismo, el mercado laboral tiene poco dinamismo, en un contexto de bajo desempleo macroeconómico, tanto en términos de cantidades (el empleo creció entre 2.5% y 3% en 2010) como de precios, con un salario real prácticamente estancado o hasta en caída, incluso a pesar de la apreciación real.

*no olvidar que los salarios de los no registrados tienen este problemita.

Mirando hacia adelante, la buena noticia es que, inducido por factores endógenos y exógenos, las restricciones presupuestarias tradicionales (financieras, fiscales o cambiarias/de balance de pagos) ubican a la economía bastante lejos de un contexto de crisis, lo cual no es poco para un país como la nuestro. Como resultado de los avances en la reinserción financiera internacional, de la elevada liquidez internacional, de la soja nuevamente en precios records, del acelerado crecimiento en la recaudación tributaria, de la licuación de deuda pública y externa y la acumulación de activos internacionales o del enanismo de nuestro sistema financiero, entre otros, hoy la probabilidad de crisis es bastante baja.

Sin embargo, y a pesar de que las restricciones no acogotan, hay varios factores que hacer prever que la demanda agregada difícilmente muestre la dinámica del pasado (algunos anticipados acá)

En primer lugar, es probable que las exportaciones tengan una pobre evolución durante el año. Con una campaña agrícola que ya se sospecha se ubicará por debajo de los valores de 2010 y, sobre todo, por el pobre panorama europeo y el enfriamiento esperado en Brasil (para quien se estima una reducción de casi 4% en su crecimiento y el fin del ciclo de apreciación del real), posiblemente el crecimiento interanual no se encuentra muy por arriba del mínimo número de dos dígitos.

El panorama de la inversión es mixto. La construcción fue una de las grandes decepciones de 2010, con un crecimiento no mucho más alto que el de la economía en su conjunto (cuando es un rubro altamente procíclico) en un contexto de altos precios y poca actividad inmobiliaria. Creo que el país debe aún vivir la corrección del mercado inmobiliario que ya experimentó gran parte del mundo, lo cual sería una muy mala noticia siendo que la construcción fue la principal fuente de creación de empleo de la última década.

La formación bruta de capital, en cambio, mostró una dinámica interesante durante el segundo semestre del año, que posiblemente se extienda a 2011. Tres factores convergerán este año, y sinceramente me cuesta especular sobre cuál es el que dominará: La necesidad de invertir en mantenimiento y reposición tras un largo periodo de bajo inversión para satisfacer la demanda creciente, la apreciación de la moneda que abarata los bienes de capital y el efecto “esperar y ver” que afecta la inversión como resultado de la incertidumbre. Difícilmente veamos un boom inversor, aunque lo más probable es que se parezca más al escenario de fines de 2010 que al de principios del año.

Es en el consumo privado donde creo que veremos la desaceleración más importante. En primer lugar, y por las razones mencionadas más arriba, no veo a la masa salarial creciendo mucho durante el año, en particular la de los no registrados con más dificultades para evitar retrasarse en las escaladas de precios y salarios. En segundo lugar, durante 2010 existió el efecto de una vez de la Asignación Universal puesta en marcha a fines de 2009 por casi 2% del PBI que no existirá en 2011 (es decir, sólo la variación real de la AUH respecto al PBI es expansiva). En tercer lugar, el consumo de 2010 fue principalmente dinamizado por la compra de bienes de consumo durable (autos, lavarropas, heladeras, plasmas, etc) que difícilmente se repita en 2011. Mi humilde impresión del crecimiento de los bienes de consumo durables es que se explican por (a) la caída en la propensión a ahorrar y (b) el paso de stocks de ahorro a bienes, ambos fenómenos impulsados por la inflación y de corta vida.

Queda así el consumo público como el ancla al crecimiento y la evolución del gasto del último trimestre del año, con gasto creciendo entre 40% y 50% interanual con amplio uso de financiamiento del BCRA (repito, 40% y 50% interanual), son sólo una muestra de lo que creo veremos durante 2011.

Dado un crecimiento esperado de la demanda la pregunta es si la oferta agregada, en un contexto de baja capacidad ociosa, logrará seguirle el pulso. Como se sabe, las señales de una oferta que no le sigue el ritmo a la demanda son dos: aceleración inflacionaria y crecimiento de las importaciones. Lo primero es conocido, la inflación se aceleró entre 10% y 12% puntos en 2010. Lo segundo empieza a ser preocupante, con importaciones que aún a fin de año crecían a más del 50%. Creo que sentiremos restricciones de oferta en 2011 como no se vio en ningun otro año de la última década.

En conclusión, y como el año pasado, aquí dejo registrado mi pronóstico. Así como para 2010 estuve casi 2% por arriba del “consenso”, este año estoy 1.2% por abajo del 5,2% promedio del REM. Mi número mágico es 4% con una inflación con un piso de 25%.

Apuro el cierre de un post que se hizo demasiado largo, e invito a seguirla en los comments. Creo que 2010 fue un año de transición y que 2011 da inicio a un nuevo-viejo ciclo (sabremos en algunos meses si el tercer ciclo K o el primero post K). Nuevo porque será distinto de los recientes, viejo porque tendrá muchas de las características que Argentina tuvo durante décadas. Es decir, es problable que el crecimiento acelerado empiece a abandonarnos, no así, lamentablemente, el proceso inflacionario.

Ojala a Escriba le toque reírse último, porque sino no habrá mucho de que reírse.

Atte

L

PD: Aclaración. Esto refleja mi opinión y no necesariamente la de Gene

miércoles, diciembre 29, 2010

Vieja, ¡poné los fideos que ya estamos todos!

Ahora sí. Muchos de nuestros profes salen al ruedo y se suben al bondi.

El 2010 cierra con una BEA 2.0 Deluxe Edition.

¡Saludos y buen 2011 para todos!

Equipo de Economista Serial Crónico(*).

(*) Esta de moda hablar así. Nosotros de equipo así dicho mucho, pero mucho, no tenemos. Pero bue, si los sumamos a Uds. somos una linda banda.

Ex-post: Decepciona un tanto ver que mantienen la onda elitista que inició Foco Económico:

Pero no importa. En 2011 lanzamos BPT, es decir, BEA Para Todos.

Ex-Ex-Post: Se pasan y nos agregan en la blogroll. A mi (por peronista será) me arreglan fácil. Mucha suerte gente!


miércoles, diciembre 22, 2010

Jinetes de la Libertad

Vamos cerrando el año con un pseudo post balance, ya que mientras Elemaco (alias Luciano Cohan) esta de vacaciones quedo yo solo a cargo para sostener los trapos.

Veamos, según Statcounter en el último año recibimos un total de aproximadamente 200.000 visitantes. La dinámica de estas cargas es la que muestra a continuación. Resulta bastante evidente que algunos post fueron más leídos que otros, con diferentes picos a lo largo del año.

Contando aquellos con visitas totales que superaron las 1.100, se destacan los siguientes post (que Uds. siempre pueden volver a visitar): ¿Quién Lo Dijo?, Inflación Heterodoxa, El Gobierno Logra Superarse a Si Mismo, Para Muestra (No) Sobra un Botón, Soluciones Chilenas a los Problemas Argentinos y Otro Insustancial Post Sobre Inflación.
Ahora bien, ¿qué pasa si neteamos del total bruto de visitas a aquellos que reingresan varias veces por día? (cosa que Elemaco suele hacer cuando postea... y también suele deprimirse si no le comentan o no lo visitan. Sabedlo!). La cosa se limpia bastante y se percibe que los mayores picos de visitas responden, no a nuestras mediocres elaboraciones, sino a la repercusión que éstas pueden tener en otros espacios:
Miren sino: el post sobre el Índice de Salarios, rebotó en La Doctrina, y la cosa voló por los aires para alcanzar el primer pico de 2010 con 2.800 visitantes únicos en sólo dos días. Ya más cerca de fin de año, el-siempre-generoso-con-ESC Lucas, se mandó contra la industrialización kirchnerista lo que valió algún comentario de nuestra parte que él linkeo en su post. Conclusión, 2.200 visitantes únicos en dos días. Finalmente, cuando el año se iba el gigante de JPV leyó (según me dijeron) en su programa de radio y rebotó en su "tuiter" este post nuestro de hace unos pocos días, llevando el número de visitantes únicos un un máximo de 2.400 en un solo día!!

Queseyó... quizás esta es nuestra humilde manera de decirles gracias a todos por el aguante del año, por que juntos podemos más (JA!!).

Saludos,

Genérico

lunes, diciembre 20, 2010

Otro insustancial post sobre inflación

A esta altura de los hechos, el tema de la inflación para la BEA es como la inseguridad para los medios: de tanto en tanto vuelve como un huracán para ocupar el centro de la agenda para luego ir languideciendo.

Esto ya debe ser harto conocido para el lector asiduo: Olivera (y Larry) sostienen la inflación fiscal, Rollo la dupla tipo de cambio real + inercia, ELY, Elemaco y Kaloma un poco de todo, Panigo el empuje de costos + conducta monopólica y así sigue la lista no sólo en los blogs, sino en interminables compulsas epistolares electrónicas que, por lo que sabemos, jamás verán la luz pública (y fuera de la BEA también en notas como esta).

Los recientemente incorporados a la BEA tienen también mucho que decir al respecto. El respetado MGE da su versión en estas líneas. Sintéticamente, la poca capacidad el Gobierno para anclar expectativas, en un contexto de varias políticas expansivas sería el principal nudo del problema. Los capangas algo racionales de Foco Económico (que solo gustan jugar de local y no parecen muy afectados a charlar fuera de su casa) tiran dos entradas con bastante debate, una de Neumeyer y la otra de Uribe. Obviamente, vale la pena leer las dos, aunque los sospechosos no salen de la política cambiaria, la credibilidad del banco central y el crecimiento en la cantidad de dinero (si es que por caso, se puede tomar por separado).

¿Cómo es que coexisten todas estas explicaciones para un mismo fenómeno? Sugiero hacer un pequeño viaje a lo ocurrido en el epicentro de la crisis financiera internacional, que dadas sus ramificaciones globales forzó cambios de política de modo exógeno que muchos sugieren deberían ser endógenos si el objetivo de política es frenar la inflación. Paradójicamente, la dinámica de las variables macroeconómicas le arroja centros a todas las hipótesis y no permitiría, a priori, descartar ninguna.

Si nuestro amigo Natalio hizo la tarea de modo correcto, el impacto de la crisis sobre la dinámica de la inflación ha sido notable: tras la aceleración a comienzos de 2007, el índice de precios al consumidor de CqP cayó de más de 30% interanual en mid-08 a algo más de 10% sólo un año después, desde donde se estabiliza para luego retomar la dinámica ascendente a comienzos de este año.
El objetivo de nuestro viaje sería intentar establecer cuales fueron los canales por los cuáles la crisis financiera internacional impactó de modo tan sensible sobre la dinámica en los precios al consumidor... ¿será posible?

En un primer término, siempre podemos resucitar al bueno de Milton. Más allá o más de acá de cuan activa o pasiva sea la emisión de dinero (punto sobre el cual se han escrito infinidad de tratados, por ej, 1, 2, 3 y 4), el gráfico que sigue muestra que a partir de mediados de 2007, el ritmo de crecimiento en la cantidad de dinero pasó de estar arriba del 30% interanual a menos del 5% sólo 2 años después. Noten como la desaceleración en el crecimiento de la tasa de dinero antecede, con rezago de algunos meses, a la desaceleración inflacionaria.
Sin embargo, la lectura monetarista nunca está sola (y el tema de la causalidad parece no tener fin). La dinámica en la cantidad de dinero se dio en un contexto de acelerada apreciación real que recién se revertiría hacia fines de 2008. Si nuevamente permitimos ciertos rezagos en los impactos inflacionarios de la devaluación, estos vaivenes del tipo de cambio real permitirían explicar tanto la des-desaceleración de mediados de 2009 como la aceleración de este año.

Por su parte, quienes ven al recalentamiento de la actividad y los excesos de demanda en un contexto de brechas de producto pequeñas como la causa de la aceleración inflacionaria también tienen un grafico para mostrar. Desde fines de 2008 se produce una marcada reversión en la brecha del PIB que pasó a ser negativa en más de 4 p.p. en sólo un par de meses. Nuevamente, el colapso en la demanda agregada parece ir in tándem con la desaceleración inflacionaria.
En tercer lugar, la hipótesis de inflación importada también puede ser parcialmente abonada por la dinámica del precio internacional que luego de crecer a un ritmo acelerado hasta 2007/8 se desplomaron con caídas que en algunos casos superaron el 40% anual.
En resumidas cuentas, entre 2007 y mediados de 2009, la economía argentina observó una marcada contracción monetaria, una fuerte apreciación del tipo de cambio real (luego, otra acelerada depreciación), una también aguda caída en el demanda agregada así como desinflación importada. Todo un paquete contractivo si de precios hablamos.

Sin embargo, aún con todos los canales descriptos actuando, como se observa en el primero de los gráficos, la inflación no logró atravesar la barrera de los dos dígitos. El impacto de las políticas de manejo de la demanda agregada (monetarios y/o fiscales) o del tipo de cambio para frenar la inflación, aún cuando puedan inducir fuertes caídas en el nivel de actividad son acotadas. Pensemos que una caída del PIB superior al 3% en 2009 no logró llevar la tasa de variación de los precios a un dígito, ¿cuál debería ser la contracción acumulada en la actividad para alcanzar ese fin?

Queda por lo visto, un piso superior a los dos dígitos de inflación que el lector puede asignar según crea apropiado a la dinámica de la puja distributiva-inercia y/o a la credibilidad del BCRA. Claramente, sea como fuere con ponderan estos dos factores no parece sensato pensar en una política antiinflacionaria que no contemple al conjunto de los elementos aquí mencionados.

En fin, lo sé. No estoy diciendo nada nuevo. Solo un poco de orden en todo este concierto de voces que va y viene. Ojo, al final del día quizás Musgrave se destapa y nos explica porque ese piso de dos dígitos es bueno para el desarrollo.

Buena semana.

Genérico

PD: ¿Esta gente piensa en volver? no puedo ser el único que milita para que le pongo un toque de onda a ese blog...

PD2: Lucas, ¿cuanto nos cobras si queres tercerizar los títulos de los posts? somos muy malos acá.

martes, diciembre 14, 2010

Soluciones chilenas a los problemas argentinos.

En estos días de tomas, desalojos, violencia, cinismo, expresiones xenófobas, estériles acusaciones cruzadas e ineptitud generalizada pretender hacer un análisis más o menos frio y que no caiga en lugares comunes es harto difícil. Sin embargo, haré el intento aunque avanzando por la tangente.

Si tuviera que resumir simplificadamente cuales creo que son las causas detrás del déficit de viviendas que hoy da origen a las tomas diría, casi de manera automática, que se explica por la situación del mercado laboral y por el infante desarrollo de nuestro sistema financiero.

La primera es evidente y si se quiere trivial, y la hemos tratado lo suficiente en este blog como para que merezca que lo repitamos aquí. La dinámica de los últimos 30 años (y no excluyo intencionadamente al periodo K) ha llevado a la “latinoamericanizacion” del mercado de trabajo, con una polarización en la que surge la figura del trabajador pobre que no existía hace tres décadas y que explica que, muy cerca pleno empleo, entre uno de cada tres y uno de cada cuatro argentinos sea pobre.

La segunda razón, por su parte, es que un sistema financiero subdesarrollado no logra canalizar los recursos desde los que la tienen a los que la necesitan, lo cual cercena de cuajo la capacidad de compra de gran parte de la población.

Ahora bien ¿De qué estoy hablando cuando hablo de sistema financiero subdesarrollado?

Los siguientes dos gráficos reflejan la situación del crédito bancario al sector privado (que es una parte importante, aunque no la única del sistema financiero local). En el gráfico de la izquierda puede verse como, tras la crisis del fin de la convertibilidad, el crédito bancario no logró crecer más que un par de puntos porcentuales para casi estancarse desde mediados de 2006. En el de la derecha, una triste comparación que nos muestra como, en el contexto de América Latina, Argentina se ubica en un cómodo último lugar (y eso que no puse el gráfico comparando con el resto del mundo, donde el país está ubicado en la posición 30 de 155 países…empezando desde abajo).

Las razones de este subdesarrollo financiero, que llevan a que hoy no sea mucho más que un instrumento de financiamiento transaccional, son múltiples y van desde las recurrentes crisis que hemos vivido hasta la aceleración inflacionaria, pasando por la necesidad de financiamiento del sector público, pero ese es tema de otro post.

Ahora bien, para llegar desde el subdesarrollo financiero a la falta del acceso a la vivienda propia podemos ir por dos lugares.

El primero es que un sistema financiero subdesarrollado significa no que Techint, Coca-Cola o Arcor no tengan acceso al financiamiento sino, en cambio, que es inaccesible o prohibitivamente caro el crédito para los sectores medios y bajos. Mí retorcida mente de economista, desde los primeros días de las tomas, no deja de repetirme una frase que hace casi diez años oí de un excelente docente que tuve en la UBA (hoy caído en desgracia) “No hay nada más progresista que un sistema financiero desarrollado”.

Habiendo trabajado tres años junto a mi abuelo en una empresa cuya razón de ser era, justamente, lotear terrenos en el conurbano para vendérselos financiados a largo plazo a trabajadores de clase baja aprendí que, como en nueve reinas, lo que falta no es tanto compradores con capacidad y voluntad de pago, sino financistas dispuestos a hundir su capital.

El enanismo del sistema financiero, y la estructural incapacidad local de asumir compromisos de largo plazo sin exponerse a un riesgo excesivo, impide el acceso a la vivienda propia a muchísimas personas que, obviamente con esfuerzo, están en condiciones de pagar su vivienda.

El segundo canal que va del subdesarrollo financiero a la falta de vivienda es algo menos transparente, pero creo que igual de relevante y lo traté hace un par de meses aquí . El subdesarrollo del sistema financiero convierte a la tierra y al ladrillo en la inversión “libre de riesgo” en Argentina. En ausencia de oportunidades de inversión alternativas se genera una demanda inmobiliaria como reserva de valor cuyo correlato es la suba de los precios de las propiedades y de los terrenos hasta máximos históricos.

Esta situación ha llevado a que, aun con las notorias mejoras en los salarios reales de gran parte de la población en los últimos años, no se observe una crecimiento en la capacidad de compra inmobiliaria.


Dicho esto es que no puedo más que estar de acuerdo con la propuesta que desde hace rato sostiene Lucas sobre repetir la política chilena de financiamiento subsidiado para la compra de viviendas económicas. Aquí el Estado no regala nada, sino que, en cambio, contribuye a resolver la principal y más importante falla de mercado: el racionamiento de crédito.

Haciendo algunas cuentas rápidas puede concluirse incluso que el costo fiscal de una medida de estas características es relativamente bajo. No hay que regalar viviendas, sino prestar la plata para que el trabajador puede acceder a ella, por lo cual el único costo es el subsidio a la tasa de interés. Si, como he oido, faltan 2 millones de viviendas y suponemos que cada una cuesta U$D 15.000* estamos hablando de U$D 30 mil millones o algo menos de 10% del PBI que, a una tasa de, digamos, 15% se reduce a no más de 1.5% del PBI de costo fiscal por año, que es mucha plata, pero tampoco es tanta plata.

Para conseguir el financiamiento, y a su vez contribuir a resolver el segundo de los canales mencionados (la falta de oportunidades de inversión alternativas), puede incluso ser complementada con la creación de un instrumento financiero público con tasa de interés real positiva para ayudar a canalizar esos fondos que hoy están inmovilizados en inmuebles.

En conclusión, y para ir cerrando, podemos debatir quien paga el costo político o donde reubicar a quienes están ocupando el terreno, o como emparchar este quilombete o, en cambio, apuntar los dardos a soluciones de más largo plazo a los problemas estructurales del país. Así las cosas, y hasta aquí mi pequeño aporte.

Atte

Luciano

*No tengo ni idea de si este número es sensato, pero quería aproximar un orden de magnitud

martes, noviembre 30, 2010

Esos locos bajitos y desocupados

Allá en el norte, Supply Siders y Demand Siders se pelean por determinar si la tasa de desempleo de casi dos dígitos en los Estados Unidos se explica por factores estructurales o coyunturales, debate estéril según este servidor quien cree que el estado de la economía EE.UU determina que, técnicamente hablando, la opinión de los primeros es un delirio absoluto.

Por casa ¿Cómo andamos?

Desde este blog sostengo, al menos desde hace tres años (aquí, aquí o aquí), que Argentina se encuentra desde principios de 2007 en el terreno del desempleo estructural, es decir, ese desempleo que no se resuelve con mayor crecimiento sino que, en cambio, se explica por factores del terreno microeconómico. La evidencia más clara de esto es la dinámica del empleo, de los precios y del crecimiento desde 2007 a esta parte. Crecimiento pero con baja creación de empleo y aceleración inflacionaria es un caso de manual de un país que se mueve en el entorno de su desempleo estructural. 

(Aclaración: Si usted no cree que hay alguna relación entre la dinámica del mercado laboral y la de los precios, recomiendo fervorosamente dejar de leer).

Ahora bien, ¿Cómo puede ser que la tasa de desempleo estructural sea tan alta? Desmenucemos un poco la estructural y evolución del mercado laboral de los últimos años.

Los siguientes dos gráficos describen la evolución del desempleo por grupo etario. En el de la izquierda puede verse como, para todos los grupos etarios, el desempleo bajo notoriamente desde 2003 a 2007,. Desde allí, se estabiliza en un entorno del 5% para todos los grupos de más de 30 años. en tanto los sub 30, se ubican sistemáticamente entre 7% y 15% por arriba de estas cifras. 

El segundo gráfico muestra, por un lado, como el desempleo cae poco desde 2007, aún cuando el crecimiento acumulado de la economía fue de alrededor de 15% y, por otro, como la tasa de desempleo es mucho más estable en los trabajadores de mayor edad, en tanto se observan fuertes vaivenes de más de 5% en el caso de los jóvenes (Haga click para agrandar).


Así, lo que se observa es que, mientras hay grupos con tasas de empleo que oscilan cerca del pleno empleo, los jóvenes experimentan sistemáticamente tasas más altas y más volátiles.

De esta manera, llegamos a la situación que puede observarse en los siguientes gráficos (que, si no me equivoco, son los primeros gráficos de torta de los cuatro años de historia de ESC). El 49% de los desempleados hoy son jóvenes de entre 20 y 29 años*, cuando estos representan tan sólo el 25% del las personas de entre 20 y 69 años que participan del mercado laboral (PEA: empleados + desempleados). Esto sucede aún cuando, como puede verse en el gráfico de la abajo, la tasa de actividad de los jóvenes muestra una tendencia decreciente desde el 74% en 2003 a70% en 2010. 



En conclusión, el desempleo es básicamente un problema de los jovenes (el problema de los más viejos es menos el desempleo que la precarización del trabajo), en tanto la tasa de desempleo del orden del 8% esconde a muchos grupos en situación de casi pleno empleo.

Ahora bien, la solución de mercado al problema del desempleo diferencial se traduciría en señales de precio. Es decir, lo que debería observarse si el mercado sólo estuviera corrigiendo esta situación,  y dado que hay más jóvenes desempleados que viejos desempleados haciendo presión a la baja sobre los salarios de sus pares, es que el salario de los viejos debería subir más que el de los jóvenes (o sea, el precio relativo del salario joven debería caer en relación al de los viejos). 

Sin embargo ¿Qué es lo que sucedió desde 2003 con la evolución de los salarios relativos?

Como se ve en el gráfico anterior, tomando como 100 el salario promedio de un joven de 25 a 29 años, la brecha salarial cayó entre 2003 y 2007, desde donde se mantuvo relativamente estable. En definitiva, ni el crecimiento ni el propio mercado laboral parecen estar corrigiendo el problema de desempleo juvenil

Entonces, abro el debate, e invito a lectores y blogueros amigos a explayarse con sus opiones sobre el tema ¿Por qué el desempleo afecta con especial intensidad a los jóvenes? ¿Qué tienen de especial que los vuelve más vulnerables a las fallas del mercado laboral? ¿Por qué el desempleo se mantiene sistemáticamente 10%/15% por arriba de sus pares de mayor edad? Y, sobre todo ¿Qué política económica recomendaría para corregir, si la hay, esta falla del mercado laboral?

Tengo algunas hipótesis y un par de recomendaciones que dejo en el tintero para mantener el post en menos de 800 palabras. Por ahora, me llamo al silencio.

Atte

Luciano

Pd: todo lo aquí expuesto está viciado por las conocidas manipulaciones de la EPH por lo cual, aún sin poder afirmar que ésta realmente es la situación actual, es interesante plantearlo como ejercicio teórico.

*No consideré entre los desempleados ni en la PEA a los jóvenes de menos de 20 años

viernes, noviembre 19, 2010

Para muestra (no) sobra un botón

Un querido amigo de la casa "descubre" un nuevo mito kirchnerista. Mi amigo y coblogger le marca "ojo" que es un panel fijo de 1.500 firmas (no, son 3.000 apunta alguien con razón). Luego, Elemaco le muestra a Lucas la tendencia de largo plazo de esa muestra (aunque aquí habría que ver si el empalme tiene sentido).

En el medio muchas teorías.

Nuestro humilde aporte: el total de puestos de trabajo en la industria desde 1993. No una muestra, sino el total. Para 2008 y 2009 extendimos las series con el total de puestos de trabajo registrados en el sistema de seguridad social, la tasa de asalarización de la industria y la tasa de empleo informal*.
Díficil saber que diría Cavallo ahora, pero seguramente, sería un tanto más modesto.

Saludos y buen fin de semana,

Genérico.

*Aún si nuestra estimación para 2008/9 no es de su agrado, cabe notar que ya en 2007 se estaba en picos máximos de empleo industrial

PD: De yapa, la composición:

jueves, noviembre 18, 2010

Para Rollo con cariño

Querido Rollo:

   La serie quedó trunca, porque en el medio me debo haber aburrido poniendo mi foco de atención en alguno otra obsesión, pero en el interín logré reconstruir esta serie del EIM, empalmando pre y post Cavallo, recorriendo los viejos anuarios del INDEC (que en su momento motivaron este post) .

Always yours

Ele

pd: ¿Alguien con ganas y tiempo de completar esos datitos que faltan de los 70s? La data deberia estar en los libritos con estadisticas anuales que sacaba el INDEC.

miércoles, noviembre 17, 2010

El sospechoso de siempre - Por Kaloma

Un nuevo bloguero invitado a ESC que, sin prisa y sin pausa, avanza hacia el sueño de "bloguear de rentas" En esta oportunidad, Kaloma, conocido comentarista de la BEA que aceptó ponerse de este lado del mostrador.

El sospechoso de siempre - Por Kaloma

Existe un profundo debate sobre el origen de la inflación, desde la puja distributiva del oficialismo hasta la inevitabilidad de la apreciación real, cuyo canal de ajuste a un tipo de cambio cuasi-fijo se traduce en precios domésticos ascendentes. Encontramos, así, numerosinterpretaciones con lógicas consistentes, aunque siempre con alguna incógnita al momento de encontrar una explicación a todos los elementos en juego.

Mi visión es que, si bien son muchos y variados los factores que influyen sobre el proceso inflacionario, existe un actor principal cuyo comportamiento domina y genera este proceso. Sin meternos en el realismo mágico de la interpretación oficial, intentemos encontrar un sistema que describa este proceso y sus componentes.

Para ello, permítanme detallar algunas cuestiones de la realidad que podrán clarificar el tema, a saber:

1.- El aumento en el precio de las commodities afectó a todo el planeta tierra. Sin embargo, pocos países han sufrido un nivel de inflación similar al que experimentó nuestro país.

2.- El efecto interno ha sido diferente, creciendo desde 2005 a la fecha. Sin embargo, los precios externos hicieron pico a mediados del 2008, para desplomarse y nuevamente tocar valores máximos recientemente, en tanto nuestra inflación ha mantenido una constante presión alcista

3.- Nuestros hermanos latinoamericanos han logrado mantener la inflación bajo control permitiendo una revaluación nominal de sus monedas. Sin embargo no hay, hasta la fecha, signos importantes de deterioro económico asociados a esta dinámica del tipo de cambio, cuya posible explicación debería enfocarse en que, frente a apreciación, hay un dólar ajustando ¨todas¨ las monedas (por lo tanto, la mirada sobre nuestra moneda de referencia debería contemplar este efecto)

4.- La oferta domestica de bienes y servicios respondió muy poco a la presión de la demanda. Algunos lo ven como un comportamiento clásico de maximización de beneficios sin invertir, subidos al proceso inflacionario. Otros, en cambio, lo ven como un problema de ajuste temporal al necesitar la oferta tiempo para madurar las inversiones a partir de una capacidad instalada que tocó techo. Una tercer visión simplemente piensa que las expectativas hacen que no se invierta porque hay poca credibilidad en el manejo económico.

5.- La recaudación vuela, apalancada por ingresos ¨extras¨, incluidos los beneficios contables del BCRA. Estos flujos, lejos de generar ahorros, se consumen (gastan) a un ritmo de crecimiento del 30% anual, con una participación del sector público sobre la torta total que aumentó en forma considerable.

Estos juega un papel en el proceso de inflación (revaluador real en sus efectos), pero a mi entender es el gasto público el que determina y engloba a todos los anteriores en un mismo sentido y dirección.

Sabemos que la gran devaluación del 2002 nos dejo con una gran capacidad ociosa, gatillando un acertado ciclo de generación de empleo (posiblemente el mayor acierto del ciclo K) donde se mantuvo la moneda devaluada a efectos meter gente a trabajar (si lo hacen los Chinos ¿Por qué no nosotros...?). Este proceso alcanzó su madurez al llegar al pleno empleo de factores circa 2007, mantener la moneda cuasi-fija nos llevaría a recorrer un proceso de ajuste a través de los precios internos . El punto es ver si el ¨grado¨ o nivel de ajuste se explica todo por esa necesaria revaluación real que busca su equilibrio o es, además, ¨fogoneada¨ por algún otro actor, el “sospechoso de siempre”, que empuja sobre el efecto inicial.

Pues bien, hay dos aspectos que confluyen en el ¨sospechoso de siempre¨, el primero es ver que nuestros vecinos mantuvieron la inflación bajo control, con apreciaciones nominales importantes, pero suaves en el tiempo. El segundo es el crecimiento del gasto, convalidado por una política monetaria expansiva (por no decir emitidora si vale el termino) que hace difícil ignorar al gasto como elemento esencial en este dilema.

No hay, hasta aquí, nada extraño. Es solo una réplica del constante y repetitivo modelo argento, donde cada ciclo externo favorable es utilizado para pagar culposas deudas sociales (absolutamente reales y legítimas) en vez de apuntalar un horizonte de largo plazo, que exige pagar costos políticos ahora y no dejarlos para el futuro (nada más lejos de la realidad política interna).

Para testear este efecto podríamos pensar que ocurriría, a grandes trazos, si pasáramos a una política similar a la de nuestros vecinos, con apreciación nominal hasta que su equilibrio. El dólar caería, y con él aumentaría el nivel real de los salarios hasta equilibrar el sector externo. Aquí, el sector agroexportador vería como sus márgenes comprimirse y necesitarían que les devuelvan las retenciones, con impacto claro en las arcas públicas. En este contexto, la inflación se frenaría en poco tiempo dejando a la otra fuente de financiamiento, el impuesto inflacionario, agotado. Es difícil no pensar que se goza hoy de un efecto fiscal positivo transitorio al cobrar la inflación por adelantado frente a un posible ajuste de costos mañana. Digamos que el gobierno tiene una ventaja financiera sobre el resto del sistema.

Ahora bien, si intuimos que el sector público esta recaudando algo mas (y desde allí gastando más) que lo que debería recibir en una situación algo más equilibrada, podemos adjuntar a este escenario al actor faltante y entender su comportamiento para cerrar el sistema.

La tan analizada oferta domestica ve como cada ejercicio contable deja menores beneficios en términos reales. Esto ocurre porque no se ajusta por inflación, por lo tanto se pagan impuestos sobre beneficios ficticios (ingresos que también desaparecería sin la inflación). Esta percepción de que se gana pero no tanto, sobre un sistema cuyas señales son que sobre la mesa se discute desde controlar precios hasta repartir ganancias, actúa como desincentivo a invertir. Sin pretender defender al empresariado local, que nos ha brindado un R12 como producto megacompetitivo luego de décadas de protección, podemos concluir que las condiciones no han sido óptimas para hundir capital a largo plazo, dejando al ajuste de precios como la opción más potable.

En síntesis la oferta no ha respondido y la demanda ha sido mayor a la lógica a partir de que ingresos extraordinarios (cuya función, al menos en el caso de las retenciones, era justamente contener la inflación) no se han ahorrado sino gastado. Todo esto, en un sistema de tipo de cambio cuasi-fijo, no puede más que terminar en un proceso acelerado de ajuste real (inflación interna) hasta encontrar su nuevo equilibrio.

Las expectativas o inercia inflacionaria son un tercer elemento que aceita la dinámica y acelera el proceso y, como muchos colegas han explicado, es muy difícil que durante lo que queda de esta gestión se logre atacar exitosamente. Me animaría a decir incluso que no existe intención de hacerlo, en tanto la inflación es parte del modelo que sigue operando como si estuviéramos en 2002. La necesidad fiscal empujada por las necesidades políticas hace de la inflación un elemento central de la política económica. Negarlo no es más que un síntoma de esta realidad.

A efectos de comprender como se frena, la interpretación aquí expuesta no deja mucho margen para políticas pro-voto. Sólouna política fiscal a la altura de las circunstancias, que frene el nivel de crecimiento del gasto y una política monetaria acompañando, puede frenar la inercia inflacionaria.

Ya sé, esto se llama enfriar o ajustar, pero es mucho más sensato que seguir negando lo obvio o mantener una postura adolescente cuya expresión retorica pide que se les explique de donde se sacarían los recursos de otra forma. Si la política económica se redujera a encontrar un stock desde donde sacar fondos para mantener un modelo de expansión permanente, la vida sería mucho más justa y fácil, pero lamentablemente el comportamiento económico exige otro tipo de análisis.

Al final el sistema buscara equilibrarse, la revaluación real es un dato, la pregunta es en qué condiciones estaremos cuando lleguemos a donde no queremos llegar, y que niveles de stocks tendremos en ese punto a efectos de poder navegar el próximo ciclo económico.

lunes, noviembre 15, 2010

!El modelo ha muerto! Larga vida al modelo

Gran noticia. Cristina acaba de anunciar por cadena nacional un acuerdo de intención con el Club de Paris por el pago de los vencimientos adeudados, avanzando en la reintegración financiera del país tras el default de 2002 y el segundo default de 2007 cuando el gobierno comenzara la intervención del INDEC. Lástima que no vino con alguna tipo de requisito sobre el INDEC, pero bueh, lo perfecto es enemigo de lo posible.

Esto es una gran noticia por dos razones.

En primer lugar, encuentra a un mundo predispuesto a financiar las economías emergentes. La historia es relativamente simple, y la conto Genérico acá. EE.UU., en su intento de evitar una nueva recesión, impulsa una política monetaria harto expansiva que empapela de dólares la economía global. Estos dólares, con pocas ganas de quedarse en su país de origen en forma de créditos canalizados por los bancos, salen a la caza global de mejores retornos. El mundo emergente, que ha mostrado en los últimos años una recilencia inédita, se vuelve el destino predilecto de quien está deseoso de asumir un poco mas de riesgo para mejorar esos casi nulos retornos del mundo desarrollado.

El segundo es que Argentina se aproxima, sin prisa y sin pausa, y sólo retrasado por la reciente suba del precio de los commodities, al terreno de los déficits gemelos. En 2010 (según cuentas que hice en agosto y que aun no actualice), sin considerar las utilidades del BCRA, de la ANSES e ignorando el déficit de más de 1% de las provincias, el déficit financiero se ubicaría en el orden del 1,5% a lo cual deben adicionarse los vencimientos de algo más de USD 10 mil millones que deben refinanciarse en 2011. En segundo lugar, y salvo que la tendencia cambie sensiblemente, 2011 sería el primer año desde 2001 con déficit de cuenta corriente (aunque con superávit de cuenta comercial).

Resumiéndolo mal y pronto, el gobierno se apresta a aprovechar el financiamiento del resto del mundo justo cuando vamos a empezar a necesitarlo.

Algunas observaciones apresuradas y desordenadas al respecto.

Aunque no explícitamente, el gobierno ha anunciado el fin del modelo. La capacidad del gobierno de sostener un tipo de cambio real alto de los últimos años estuvo en gran parte explicada por la imperfecta movilidad de capitales y por esa especial aversión a invertir que genera(aba) Argentina. Al reintegrarse financieramente, Argentina pierde gran parte de esa independencia de la política económica que teníamos cuando nos alcanzaba para vivir con lo nuestro, lo cual, en el contexto actual implica que continuará la tendencia a la apreciación.

Como expresé en otras oportunidades (y como coincide el del 0.33% acá) esto es una buena noticia, en primer lugar, porque encuentra a Argentina, a diferencia de otros países de la región, con colchón de competitividad cambiaria. En segundo lugar, apreciar el peso significa aquí y ahora una mejora en los salarios reales y en la distribución del ingreso. En Argentina 2010, con un mercado de trabajo que oscila en el entorno del pleno empleo (sí, creo que 7.5%/8% es pleno empleo, por razones que daré en un post que no termino de escribir) el principal problema social no es el desempleo sino el trabajador pobre y no hay política salarial más horizontal que permitir la apreciación de la moneda (la que surge de las paritarias, en cambio, puede estar sesgada en beneficio de los trabajadores sindicalizados, que representan una minoría del total de la fuerza laboral).

En tercer lugar, porque la alternativa a la reintegración financiera con apreciación cambiaria es el ajuste. Es decir, recuperar el modelo del primer kirchnerismo que, sin prisa y sin pausa se ha abandonado desde 2006, requiere un importante ajuste fiscal y del nivel de actividad. Es, según mi humilde entender, la opción mas cruenta entre las posibles, en tanto requiere una suba fuerte del ahorro domestico privado y/o público. Solo si nos alcanza para vivir con lo nuestro podría el gobierno tener algún margen para sostener un tipo de cambio competitivo.

La integración financiera nos ofrece, así, cierto margen de maniobra para encarar una estrategia antiinflacionaria no recesiva, como se está debatiendo en la BEA por estos días (que dicho sea de paso, no creo que el gobierno pueda implementar, porque requiere de credibilidad de la que adolece. Aunque quien sabe, este país es propenso a las sorpresas)

Sin embargo, mejor hacerlo explicito. La reintegración financiera es una oportunidad pero también un riesgo, y nos obliga a esperar una eventual llegada de capitales foráneos como mínimo con respeto. La experiencia de los últimos cuarenta años de globalización financiera recuerdan que la entrada de capitales son una bendición y maldición (en ingles suena mejor: Blessing and curse): en países con bajo ahorro domestico como el nuestro pueden correr la restricción presupuestaria para financiar el proceso de desarrollo aunque a costa de exponer al país al riesgo de (a) reversión abrupta de los flujos, (b) formación burbujas financieras de diversos tipos, especialmente serio en países financieramente subdesarrollados y, sobre todo (c) sobreapreciación las monedas, con todo lo malo q una moneda excesivamente fuerte puede generar a una economia.

Ergo, si estamos encarando un proceso de reintegración financiera es clave hacerlo responsablemente, a diferencia de lo que sucediera en experiencias anteriores. Es decir, deben aprovecharse las distintas herramientas disponibles para surfear las olas de capitales: controles de capitales de corto plazo (que han dejado de ser mala palabra incluso para el FMI), regulación del sistema financiero para evitar burbujas, política anti cíclica para evitar “exuberancias irracionales”, etc.

Conclusión: Estamos como queremos.

Lastima la inflación de casi 30%, claro, fabrica de pobres que estará en el gobierno que asuma en 2011 (¿o será 2015?) comenzar a desarmar, pero mejor hacerlo sin darse la cabeza contra la restricción externa.

Atte
Luciano

viernes, noviembre 12, 2010

La tormenta perfecta

Quisieron las vueltas de la vida que la semana pasada estuviera en Quimilí, Santiago del Estero escuchando una charla de Eduardo Sierra, el climatologo de la Bolsa de Cereales (quisieron también que el único día del año en el que se me ocurre tomarme un avión, a unos muchachos en Ezeiza se le ocurre fajarse a piñas y dejarnos 10 horas varados en el aeropuerto de Santiago, pero esa es otra historia).

Los argumentos que esgrimió el profesional, que es considerado algo así como un semidiós que controla los elementos por más de uno con el que tuve oportunidad de hablar, fueron bastante convincentes. Resulta que en el mundo se está experimentando este año el fenómeno climático conocido como “La Niña”. Según Wikipedia y otras fuentes a dos clicks de distancia, “La Niña” es parte del ciclo climático ENOS, un fenómeno en el cual oscilan distintas condiciones oceánicas y atmosféricas que con notorios impactos globales. La parte que mi memoria más fácilmente ha logrado retener (o mi cerebro procesar, o ambas) es que cuando hay Niño el agua del Océano Pacífico está caliente, en tanto durante las Niñas el agua caliente se retira hacía Asia y deja a la costa oeste de América con un clima seco y frio.

La cuestión es que en los años de Niña el patrón de lluvias en Argentina tiende a ser seco en la zona productiva y más lluviosa en la zona norte (a diferencia del Niño, cuando llueve mucho en la región pampeana y menos en el NOA). 

Una Niña muy fuerte, por ejemplo, se lo llevó puesto a Alfonsín en 1989, por el duro impacto que tuvo sobre la producción de soja, maíz y sorgo (no llegó a golpear fuerte al trigo porque la Niña llegó tarde en el año). La entrega anticipada del gobierno radical coincidió temporalmente (semanas más, semanas menos) con la cosecha de una campaña en la que la producción de trigo caía un 5%, la de soja un 37%, la de maíz un 47% y la de sorgo un 53%


Una Niña estuvo también detrás de la catastrófica campaña 2008/2009, en el que la producción conjunta de trigo, maíz y soja cayó de 86 millones de toneladas en 2008 a 57 en 2009 (desde donde recuperaría a los 87 millones de este año, que explican una parte no despreciable del 8% de crecimiento de 2010). Sin embargo, como explicaba Sierra, la tremenda sequia de 2009 se explica no sólo por el impacto de una Niña sino porque fueron dos Niñas seguidas. 2007 fue un año excepcional, con un perfil hídrico ideal que indujo una campaña perfecta. En 2008 llegó la primer Niña, cuyo impacto no se hizo sentir porque, a pesar de que llovió menos, aún había agua en el suelo. En 2009, sin embargo, la nueva Niña llegó con un suelo ya seco.

“Aunque cueste creerlo” afirmaba, con un guiño al público que causó más de una risotada “la combinación de un niño con dos niñas es anticipo de catástrofe”

Cuestión que Argentina está entrando en su primer año de Niña, tras un Niño en 2010, que no afectaría sensiblemente la producción de 2011. Sin embargo, con argumentos muy convincentes que me considero absolutamente incapaz de reproducir, Sierra sostenía que hay indicios para creer que 2012 sería un año de Niña, es decir: 2009 Niño – 2010 Niña – 2011 Niña. Do the math.

Hasta aquí las cantidades. En segundo lugar tenemos las primeras expectativas sobre la evolución de los precios. Un efecto colateral del Quantitative Easing norteamericano, que el amigo Genérico bien explicaba acá, es que los capitales han salido al mundo a buscar inversiones más riesgosas, entre ellas las commodities agrícolas, con un impacto en los precios inmediato, como pueden observar en el siguiente gráfico.

Sin embargo, hay suficiente experiencia acumulada sobre los riesgos de engolosinarse tomando por permanentes los shocks transitorios (a punto tal de que incluso el FMI ha dado su guiño positivo a los controles de capitales). Ahora bien, de la misma manera que la política monetaria expansiva en USA impulsa los commodites, puede esperarse que una contractiva que busque retirar la millonada de dólares del mercado induzca un regreso de los capitales a su origen. Si suponemos un escenario global no muy pesimista, en el cual el QE2 funciona y el miedo a la recesión en usa USA se retira, no sería de extrañar que hacia 2012 esto comience a suceder (cosa que si quieren podemos debatir in extenso en los comments). 

En conclusión, 2012 se perfila como un año con no despreciables probabilidades de mala campaña  agricola y de reversión en los términos de intercambio (que, que ay patria mía, estarán ahí justo para financiar la campaña electoral). Si esto efectivamente sucede, podrán decir que yo les avisé (y sino, obviamente, la culpa es del climatólogo)

No me gustaría estar en los zapatos de quien esté a cargo del Poder Ejecutivo si ese escenario termina realizándose.

Feliz Viernes!

Luciano