miércoles, noviembre 30, 2011

¿Qué he hecho yo para merecer esto? Crecimiento latinoamericano y viento global

(Reproduzco un texto elaborado junto a ELY (¿Anticipo de Elypsis?) para Foco Económico, que a su vez se basa en el capítulo 2 de Brookings Latin American Perspectives: Innocent Bystanders in a Brave New World publicado recientemente).



Hace cuatro años, cuando lo que luego sería la peor crisis en los últimos 80 años era tan sólo preocupación para el importante pero encapsulado mercado de hipotecas norteamericano, la academia discutía si el mundo emergente, que no daba señales de debilitamiento ante los sucesos del mundo desarrollado, había entrado a una nueva etapa de “desacople”. Doce meses más tarde, el colapso sincronizado de la economía mundial daba por tierra con estas aspiraciones autonómicas.
América Latina, a pesar de la mayor solidez macroeconómica respecto a situaciones de stress en el pasado, no ha sido la excepción. A mediados de 2008 se debatía cómo contener la presión inflacionaria de economías recalentadas. En 2009, aún cuando el crecimiento en algunos casos se mantuvo positivo, la desaceleración fue tanto o más profunda que la de otras regiones en el mundo.  Los crecientes lazos con el mundo emergente de Asia –en particular, con China– no fueron suficientes para desactivar la implosión sistémica.
Figura 1: El colapso sincrónico
Fuente: Levy Yeyati y Cohan (2011).
Ahora que, tras una rápida recuperación, el mundo desarrollado entra nuevamente en un “modo crisis” que promete ser más permanente, las mismas preguntas toman nueva relevancia. ¿Enfrentamos un nuevo 2009? O, más general, ¿cuál es el impacto de los ciclos globales en la región?
Eso intentamos responder en una reciente investigación que preparamos para las Perspectivas Económicas Latinoamericanas de la Brookings Institution, con el fin de identificar, de manera estilizada, el porcentaje de la variación en la tasa de crecimiento de los principales países latinoamericanos atribuible a factores exógenos.
Para ello, el primer paso consistió en reducir la dimensionalidad del problema, resumiendo la complejidad del ciclo global, compuesto de un sinnúmero de variables, muchas de ellas correlacionadas, en tres indicadores sencillos: el apetito por el riesgo del inversor global, el precio de los bienes primarios (commodities) y el crecimiento mundial (distinguiendo el de los G7 y el de China).[1]
A modo de ejemplo, la Figura 1 muestra la fuerte correlación entre nuestro índice de apetito por el riesgo y dos canales de trasmisión de los shocks exógenos: el flujo de inversiones de cartera (en rigor, la línea de la balanza de pagos que mide el cambio en los pasivos externos) y el tipo de cambio real multilateral.

Figura 2. La incidencia del riesgo global en la cuenta financiera

Nota: REER = tipo de cambio real efectivo. Fuente: Levy Yeyati y Cohan (2011).
El segundo paso consistió en estimar el elemento común del crecimiento regional, nuevamente estimado como el primer componente principal. Para esto, y dada la obvia asimetría en la influencia de los commodities en los términos de intercambio de los países latinoamericanos (positivo para América del Sur, negativo para América Central, neutral para México), nos concentramos en las mayores economías de la región con dos excepciones: excluimos Venezuela (con un crecimiento a contramano del mundo, determinado más por factores idiosincráticos) e incluimos Uruguay (con un crecimiento altamente correlacionado con el de sus vecinos).[2]
Figura 3. El factor común en el crecimiento regional
Fuente: Levy Yeyati y Cohan (2011).
El tercer paso fue relacionar, mediante una sencilla regresión, este crecimiento común latinoamericano con los factores globales identificados previamente, sin incluir en el modelo ninguna referencia a variables locales (Tabla 1).

Tabla 1. La estimación del Índice de Viento Global (IVG)

Riesgo -1CP (Comm)-1Crec G-7Crec China -2Constante
Beta–0.3200.22528.47534.034–3.534
p-value(0.046)(0.046)(0.058)(0.007)(0.006)

Nota: Estimado usando un modelo AR(1). Variable dependiente: primer componente principal del crecimiento anual del PBI real trimestral, para el período 2000:I – 2010:II (43 observaciones). R2: 0.896. Fuente: Levy Yeyati y Cohan (2011).
¿Cuánto explica este índice sencillo de las variaciones del crecimiento individual de nuestros países? A primera vista, bastante. Más de la mitad, en promedio, en tiempos tranquilos; más del 80% en tiempos “intranquilos”.
Figura 4. ¿Cuánto explica el IVG del crecimiento individual de los países?
Fuente: Levy Yeyati y Cohan (2011).
Naturalmente, el IVG no predice sino que “ilustra”: Nos dice tanto del futuro como nuestras proyecciones de las variables que lo integran, pero nos sirve para pintar escenarios en base a supuestos sobre las mismas. Por ejemplo, podemos comparar un escenario estable (usando los valores actuales a octubre de 2011), un escenario malo (retrotrayéndolas mismas al fondo de la crisis (marzo de 2009) y un escenario bueno (por ejemplo, el de fines de 2010) para proyectar tasas de crecimiento para la región. En el escenario estable, en el que el viento de cola muta en una suerte de calma chicha, los elevados niveles de riesgo, los menores precios de las commodities y el enfriamiento del G7 podrían recortar el crecimiento promedio desde el 6.5% de los primeros trimestres de este año a un más modesto 2.7%, bien por debajo del promedio pre-crisis pero aún claramente en terreno positivo. En el escenario más facilitador, el crecimiento promedio permanecería se acercaría al record de los primeros 2000s: 4.5%. Finalmente, una nueva contracción mundial lo recortaría a niveles de caída comparables a los exhibidos en 2009: -3.4%
Figura 5. Los escenarios IVG: Mirando hacia atrás para pintar el futuro
Fuente: Levy Yeyati y Cohan (2011).
Si en tiempos de crisis la mayor parte de nuestro ciclo económico se explica por elementos que escapan a nuestro control, ¿significa que las políticas propias de los países se vuelven secundarias? No necesariamente. Si bien el efecto del shock global es inmediato y masivo, el costo en términos de producto y la velocidad de recuperación dependen directamente de la respuesta de política. Por otro lado, existe una diferencia importante entre ingreso y consumo (o crecimiento y bienestar): el impacto de una recesión sobre la pobreza y la equidad dependía negativamente de la capacidad fiscal para compensarla.[3]
En este frente, un dato a tener en cuenta es el menor espacio fiscal con el que cuentan, tras el esfuerzo de 2009, la mayoría de los gobiernos de la región (Figura 6), lo que indica que el mix políticas será, por necesidad, fiscalmente más contractivo y monetariamente más expansivo que entonces. Por último, el hecho de que los factores globales entren con un rezago promedio de tres meses al IVG sugiere que la respuesta política debería anticipar la onda de choque de modo de no correr detrás de los eventos (como, en alguna medida, sucedió en 2009) –una actitud preventiva que ya se percibe en varios países de la región.
Figura 6. El menor arsenal fiscal

Fuente: Levy Yeyati y Cohan (2011).
En suma, a juzgar por la influencia de una crisis global que llegó para quedarse, difícilmente pueda repetirse la performance de los 2000s, independientemente de la calidad de las políticas locales.
Sin embargo, mirando el vaso medio lleno, cabría esperar que el fin de la abundancia generara las condiciones para replantear un modelo de desarrollo que, en varios países latinoamericanos, ya en los años de vacas gordas contenía sus propios límites: una lenta evolución de la productividad, una insuficiente integración comercial regional (la contracara de la creciente dependencia china) y un relativo fracaso en extender la cadena de valor de la producción de recursos naturales. El regreso de la escasez puede forzar una bienvenida revisión del milagro latinoamericano.

[1] El apetito por el riesgo se aproxima con el primer componente principal de dos variables financieras: el VIX (la volatilidad implícita en las opciones del índice S&P500) y el spread de bonos de empresas sin grado de inversión de los Estados Unidos. En el caso de las commodities, se usa el primer componente principal de la variación interanual de trigo, maíz, soja, petróleo y cobre. Finalmente, el crecimiento del G7 es el promedio simple de la variación interanual. La muestra utilizada para las estimaciones el trimestral y cubre el periodo 2000t1-2011t1
[2] La muestra de países incluye: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay.

martes, noviembre 15, 2011

Panorama general de las nuevas formas de organización del agro: las principales cadenas agroalimentarias

Finalmente, salió publicado el informe de CEPAL que realizamos junto a Ramiro Costa sobre las cadenas de valor de granos, carne y leche. Una foto de la estructura productiva de las tres cadenas, parte del programa de investigación que les comentara aquí. Van algunos parrafos y cuadros seleccionados. Cualquier comentario/crítica sobre el documento es más que bienvenido.

Panorama general de las nuevas formas de organización del agro: las principales cadenas agroalimentarias

Durante las últimas tres décadas, las actividades vinculadas a la producción agroindustrial han experimentado una radical transformación, que adquirió especial intensidad en los últimos años. Los cambios cuantitativos fueron acompañados por modificaciones en los modelos tecnológicos y por transformaciones en la forma de organización de la actividad, que amplió la cantidad de sectores involucrados en la producción, desverticalizando actividades y dando orígen a nuevos actores que contribuyen a la difusión tecnológica. 

Con límites cada vez más difusos entre lo que es agroindustria y lo que no lo es, las mediciones convencionales pierden representatividad respecto al verdadero fenómeno económico. El presente trabajo pretende superar esas dificultades con un análisis enfocado en las cadenas de valor, analizando la contribución de las cadenas agroindustriales a la generación de riqueza. 

Con ese objetivo, este documento complementa el análisis cualitativo de la estructura productiva agroindustrial con resultados cuantitativos de un modelo de cadena de valor que busca, explícitamente, capturar las interrelaciones entre los múltiples eslabones de las cadenas agroindustriales. Para ello, se reestiman las cuentas de producción y las interrelaciones de compra venta y flujos de bienes y servicios, entre más de veinte eslabones individuales de las cadenas vinculadas a la producción de trigo, maíz, soja y girasol, por un lado; y, por otro, de las cadenas productivas de leche y carne vacuna. 

 El documento, enfocado en la campaña 2006-2007, pretende constituirse en una herramienta útil para el estudio de la estructura productiva agroindustrial, que facilite la toma de decisiones y contribuya al diseño de políticas para promover el desarrollo sustentable de cadenas que juegan un rol clave en la economía en su conjunto.

Dentro del documento, encontraran detalles sobre como llegamos a los siguientes resultados:


L

Pd: Cantinero, marche una ronda para todos, hoy invito yo!


sábado, noviembre 12, 2011

Que el arbol no tape el bosque

Veo con sorpresa que en estos días en gran parte de la blogósfera política ha calado hondo la hipótesis del viento de col...perdón, de frente, para explicar la reciente dinámica de las reservas. Sorpresivamente, encontramos hipótesis eólicas de la caída de reservas en varios blog de lectura asidua de este servidor aquí, aquí o aquí, donde se hace eco del siguiente gráfico que hace unos días salio en The Economist.

Al ver la variación de reservas del periodo agosto a septiembre, Argentina se ubica comodamente en el peloton intermedio. Ni tanta perdida como Malta, Kazakhstan o Ecuador, ni tan poca como Nueva Zelanda, Mexico o Chile.

Sin embargo, no hay que dejar que el árbol tape el bosque. Alejándonos tan sólo 9 meses hasta comienzo de año, lo de arriba se convierte en esto:

Cabeza a cabeza peleando por entrar en el Top-5

Feliz sabado

L

lunes, noviembre 07, 2011

Una desagradable aritmética cambiaria.

El fin de semana, la presidenta del Banco Central hizo pública información que permite calcular con la técnica de los cinco dedos oscilante la dimensión de la barrera al acceso al mercado cambiario implícita en los recientes controles sobre el mercado formal.

De acuerdo a la siguiente filmina, extraída de la presentación que Mercedes Marcó del Pont realizara para la gente de carta abierta, el 11% de los adultos mayores de 18 años accedió por mes, en promedio, al mercado cambiario formal.
Asumamos que el gráfico está bien.

Tomando los 27 millones de personas mayores de 18 según el Censo 2010, eso nos da que, como mínimo, 3 millones de personas compraron dólares entre enero y septiembre. Este es el mínimo al que llegamos si suponemos que son las mismas 3 millones de personas las que compraron durante los nueves meses. En el extremo contrario, si asumimos que nadie compró en dos meses distintos, como máximo lo que tenemos es que el 99% (11% x 9) de la población adulta compró.

El número real, que Mecha no mostró (seamos optimistas y asumamos que no hubo intención de jugar con la data hasta mostrar un número que coincidiera con su interpretación), es alguno entre 3 millones y 26.7 millones. El porqué es bastante simple. Supongamos que hay 10 personas. 2 compran en enero, esas mismas 2 compran y otras dos compran en febrero. Tenemos 20% en enero, 40% en febrero, 30% en promedio. El mínimo es 30% (el promedio), el máximo 60% (20% en enero + 40% en febrero). El real es 40%.

Tomemos entonces que 3 millones de operaciones (que parece un numero bastante alto y me genera dudas sobre el gráfico de Mecha), si suponemos que todos acceden solo una vez e ignoramos a las personas jurídicas, es el número de veces que alguien quiere comprar/vender dólares. Es decir, unas 125 mil operaciones por día hábil.

Ahora bien, según informan los medios que informa la AFIP, el volumen de solicitudes se estabilizó en la segunda mitad de la semana en los 20.000 registros diarios. Es decir que si el gráfico de Mecha está bien, y muestra lo que dice que muestra, el numero de operaciones habría caído en unas 105 mil diarias (y noten que en todos los pasos estoy siendo muy generoso al tomar el valor mínimo de cada caso), es decir, el 85% de las operaciones fueron acorraladas.

Lindo número, ¿no?

Mi impresión es que el gráfico está mal, como también está mal lo que dicen que dijo Mecha (que es el 11% de los que accedieron una sola vez al mercado de cambios). 

Mientras tanto, es información oficial, así que no tengo porque desconfiar de ella.

Atte.

L

miércoles, noviembre 02, 2011

Cinco y contando!


647.491 visitas. 742 posts con 411.810 palabras y 2.055.340 caracteres (sin espacios!). 14.116 comentarios. 1408 seguidores en facebook y 1310 suscriptos a feeds según feedburner. 147.000 resultados de google con comillas y 80.500 sin (no entiendo como sin comillas no encuentra al menos las 147.000 con comillas!). 1.828 días, 43.824 horas, 2.629.440 minutos.

Es decir, 0.78 caracterices sin espacios por minuto o un carácter cada 47 segundos. Un post cada 59 horas. 872 visitas por post o 1 ½ visitas por palabra escrita. 19 comentarios por post cada 186 minutos, 46 visitas o 29 palabras. 1.9 seguidores de facebook por cada post, uno cada 31 horas o 1867 minutos.

O bien, unas 587 formas distintas en la que estos 2 economistas buceamos la data desde hace exactamente 5 años para organizar nuestras ideas, a ver si logramos entender un poco mejor eso que llaman economía.

Muchas gracias por seguir dándonos este espacio.

L y J