miércoles, enero 27, 2010

¡O mais progresista du mundo!

Cada vez estoy más convencido. La gestión de Ignacio Lula da Silva desde el 2003 sería el modelo a seguir por el grueso del progresismo argentino…si no fuera porque la derecha le ganó de mano.

Es sabido que, lejos de confiar en la magia de un tipo de cambio real alto, Brasil hace uso recurrente de política industrial activa, cuyo mayor exponente posiblemente sea el BNDES con cosas como ésta. Menos se menciona, sin embargo, el fenomenal activismo que desde 2003 el “Personaje del año de 2009” llevó adelante en términos de política social.

Programas como “Hambre cero” o  Bolsa Familialos mayores programas de transferencias directas del planeta, implican asignaciones para 47 millones de personas y son claves para entender ese 60% de popularidad de Lula, incluso a pesar de los recurrentes escalados por corrupción que mancharon su gestión.

Hay dos características que diferencian los logros sociales de Lula de los del matrimonio Kirchner durante el periodo de oro 2003-2006.

La primera es que es difícil explicar las mejoras sociales como resultado de un “efecto cantidad”. Una parte importante de las mejoras en Argentina hasta 2006 pueden vincularse con la recuperación desde el abismo de la crisis. Brasil, en cambio, aunque golpeado por las crisis financieras de fines del siglo, parte de  una situación macroeconómica mucho menos caótica. En los últimos 18 años, por ejemplo, Brasil experimentó tan solo dos años de crecimiento inferior al 1% y ninguno con caída del producto.




La segunda, y más importante, es que estas mejoras no fueron a costa de acumulación de desequilibrios macroeconómicos. Las mejoras sociales de Lula no implicaron la puesta en marcha de una innecesaria puja distributiva. Entre 2005 y 2009, la inflación acumulada del vecino fue de 20%, muy lejos del 120% local. Y todo ello sin recurrir Lula  a artilugios innovadores como los acuerdos y controles de precios, los cierres a las exportaciones para abastecer al mercado interno o ingenierías impositivas para desconectar a los precios internos de los internacionales.


Por otro lado, la experiencia redistribuidora de Lula fue llevada a cabo sin poner en jaque la sostenibilidad intertemporal del sector fiscal y sin apoyarse en recursos excepcionales y/o apropiación de stocks. Durante el periodo hubo, incluso, un proceso de desendeudamiento, que llevó al sector público a tener deuda externa negativa. (En este sentido no es demasiado diferente de la de Argentina).


¿A qué me refiero con mejoras sociales y redistribución del ingreso?. Un par de gráficos valdrá más que mil palabras. (haga click para verlo más grande)


Desde 2003, la pobreza y la indigencia quiebran su tendencia reduciendose 15%  y 7% respectivamente en menos de una década. Asimismo, se revierte la caída en la participación del trabajo asalariado en el ingreso  Son fuertes también los cambios en otros indicadores de distribución. El índice de Gini cae 0.05, desde 0.60 a 0.55. Para que tenga una idea de la fenomenal magnitud de esta caida, tome como referencia este dato del amigo Sirinivasa. En Argentina, desde el peor momento de 2001 el índice de gini cayó 0.04, desde 0.47 a 0.43.

Finalmente, puede ver como la participación del 50% más pobre crece desde el 12.5% al 15.2% actual, en tanto el 10% cae desde el 47% al 43%. Para que tenga una referencia, en Argentina, en 2007, el 50% más pobre percibía el 18% del ingreso y el 10% màs rico el 35%. Claramente aún tienen mucho camino por recorrer, pero la película que muestran es envidiable.

Estas mejoras recientes complementan las que desde hace al menos tres décadas experimenta el país. No debe sorprender a nadie esa envidiable confianza que se tienen los brasileros. Imagino la experiencia de vida de un joven de mi edad. Sus casi 30 años de vida habrán sido acompañados por una lenta pero persistente mejora en la calidad de vida de la población. Por un lado, durante esos 30 años la producción del país se duplicó. Su esperanza de vida al nacer rozaba los 62 años y su probabilidad de morir antes de cumplir un año el 7%. Sus hijos, en cambio, nacerán con una esperanza de vida 10 años mayor y una probabilidad de morir del 2%. Vió en sus 30 años de vida la reducción del analfabetismo entre jóvenes de 10 y 14 años del 20% al 3% y el incremento del acceso a agua potable desde el 57% al 90% de la población. Vivió, asimismo, el proceso que llevó a la pobreza desde el 40% de su infancia a exactamente a la mitad.

Podría seguir, pero entiendo que la paciencia del lector es finita.




¿Cómo no va a creer este joven que su país está condenado al éxito?

En fin, no tengo dudas de que todo este proceso está repleto de peros y que la estructura social argentina no tiene nada que envidiarle a la del gigante vecino, a pesar de lo virtuosa que se ve la película. Sin embargo, tampoco tengo dudas de que son incontables las enseñanzas que podríamos extraer si nos animáramos a asomar un poco cabeza sin sentir que eso golpea nuestro orgullo nacional.

Sin más, saluda atte.

Elemaco

lunes, enero 25, 2010

Réquiem para Redrado

Yo estaba de vacaciones, fuera de todo y feliz, descubriendo nuevos modos de desafiar y reinventar el ocio. Al pasar, leo un en un diario que Cristina había anunciado que se iban a utilizar reservas de libre disponibilidad (vade retro convertibilidad!) para garantizar los pagos de la deuda pública de 2010. No era mucha guita (unos USD 6.000 mill.) y dado que no parecían existir problemas para pagar la deuda sólo se me ocurrió pensar “bue, querrán gastar todo lo que pueden... Podría ser mucho peor”.

Luego, me entero que mi amigo personal Hernán Pérez (better known as Martín Redrado) se hacía el sota y no largaba la tarasca. Me dije: “Como presidente del BCRA, este tipo, es una gran tiempista político”. ¿No les parece? leyó el ocaso kirchnerista y se vio más que pegado. Le dieron un hueco legal y dijo “yo acá me abro”. Y allá él, ahora, paladín de la democrática y liberal oposición. Bien.

O no tan bien. Por que todavía no se fue (independencia del BCRA le dicen). Ocurre que no me deja de llamar la atención lo que el otrora compañero Pérez menciona como su principal activo al frente del BCRA: la estabilidad monetaria y financiera.

Respecto de la primera habría que ver que entiende él por tal cosa. Si me preguntan a mi, que la demanda real de pesos se haga puré en un par de meses no tiene olor a “estabilidad”. Uno podrá discutir hasta donde van las responsabilidades del caso pero es obvio que no existe el supuesto “logro”.
Menos aún entiendo que en el período 2005-2007, el BCRA defienda como un éxito de política monetaria que la cantidad de pesos en circulación no haya crecido. Quizás sus amigos lo puedan explicar, pero que en el corto plazo exista relación estable, predecible en causalidad, entre dinero y precios es osado hasta para los más extremos liberales.
Sí suena más "logro" que con una salida/fuga de capitales (ó formación de activos externos. A gusto del consumidor) acumulada que supera los USD 50.000 millones, el sistema financiero doméstico no haya colapsado. Nuestra historia reciente explica este “éxito”. Quizás por eso el amigo Larry se declara tinchista, en uno de sus raptos de rara heterodoxia verbal.

Claro, un gran logro que vino al módico precio de tirar al bebé con el agua. Es decir, no hay crisis financiera por que los bancos no hacen lo que se supone que hacen los bancos, es decir, intermediar ahorro hacia la inversión. En la clase de Econ 101 (¿existirá un curso llamado así en Arg o es solo cipayismo cultural?. Nosotros le decimos Economía del CBC, pero da muy UBA-made) nos dicen que los bancos están para tomar depósitos y dar préstamos.

Evidentemente, eso genera un descalce natural en plazos y liquidez* que expone al sistema a cierto grado de fragilidad que no debe ser menospreciado. Si bien esto es cierto acá y en cualquier país (salvo en el mitológico hábitat de este muchacho) del mundo, es común aceptar este riesgo en función de los más que positivos efectos que el crédito tiene sobre la asignación de recursos, el crecimiento y hasta la distribución del ingreso.

Vean el gráfico a continuación. ¡El crédito al sector privado de toda la experiencia post convertible es más bajo que el registro de 1993!: ¿cómo va a haber crisis financiera si los bancos están sentados como bestias sobre una parva de liquidez que no prestan? ¿Ese es tu mayor activo luego de casi 6 años de gestión?. Lo sabemos todos. En Argentina sacar un crédito parece más complicado que devolverle la velocidad y marca a Morel, Paletta y Cáceres juntos.
En definitiva amigo Tincho, váyase en paz. Nadie va a extrañar demasiado esta mediocre gestión. A medio camino entre la ortodoxia de sus venas y la probable heterodoxia que impuso la coyuntura política, poco puede rescatarse de esta gestión. Claro, no vaya preocupado, seguramente, nos volveremos a ver.

Saludos.

Genérico

* La convertibilidad le agregó a estos dos riesgos naturales del sistema financiero, el descalce de monedas. Pero ojo, no teman, igual con Menem estábamos mejor.

PD: A los amigos kirchneristas les voy pasando letra para otro giro fabuloso, de esos que nos acostumbran. La culpa de que los bancos no presten, no es de ellos y su maldad natural… era de Redrado. Si quieren saber porque, no tienen más que preguntar.

miércoles, enero 20, 2010

Siete ciegos y un Elefante: la post-convertibilidad

Alguna vez, hace algún tiempo, prometí a Ana C. contarle una historia de la recuperación Argentina de la post-convertibilidad que sólo tangencialmente recurría al tipo de cambio real alto. El ejercicio que planteo aquí es como aquel de hace unos meses, un ejercicio esquemático y enumerativo que no descarta la interacción entre múltiples canales. En este sentido, los mecanismos no son excluyentes y está en su convergencia la explicación del periodo de mayor crecimiento en la historia económica reciente.

Aquí voy

¿Cuáles son los factores detrás del crecimiento del periodo de oro de la post-convertibilidad (2003-2007)?

1.Tipo de cambio, sustitución de importaciones y fomento de exportaciones

La explicación convencional asocia el crecimiento 2003-2007 al cambio en los precios relativos fruto de la devaluación de la moneda. Un peso más débil incentiva la sustitución de importaciones y vuelve más competitivas las exportaciones. El sector externo actúa, así, empujando el ciclo ascendente de la economía.

El resultado de este canal se observaría en el fenomenal incremento de las exportaciones de U$D 26 MM en 2001 a U$D 70 MM de 2008 Este crecimiento, nunca opacado por el de las importaciones, arroja un resultado comercial cercano al 3% del PBI al final del periodo.




Vale aclarar que, personalmente, atribuyo a este canal una importancia mucho menor que la que suele dársele, como dijera acá, o acá. No creo que las elasticidades de las exportaciones y las importaciones sean tan altas como para explicar un fenómeno de esta magnitud

2.Economía empujada por ganancias

La salida de la convertibilidad, con el salto en la cotización del dólar, indujo una suba de precios del 38% en los precios al consumidor y de 118% en los precios mayoristas. Con salarios nominales congelados, esta suba implicó un incremento de la rentabilidad empresarial que alcanzaría en 2003 los máximos registros históricos, como mostrara acá Genérico y acá Rollo.

En ciertos contextos esta regresividad en la redistribución puede actuar expansivamente sobre la economía, como efectivamente pasó durante gran parte del período postconvertible. No sorprende, teniendo en cuenta esto, que la inversión y las exportaciones hayan sido los componentes más dinámicos de la demanda agregada (como mostraba acá Siri), en perjuicio de un consumo privado cuya participación en el total ha tendido a reducirse.







(el efecto expansivo puede surgir tanto por la mayor demanda de inversión como por el corrimiento a la derecha de la oferta agregada: al mismo precio, puede producirse más que antes)


3.Pesificación asimétrica y desendeudamiento

La pesificación de la economía (la tercera D en Devaluación, Default y Desdolarización) tuvo, con independencia del quiebre institucional implícito en el generalizado quiebre de contratos, un efecto neto expansivo sobre la actividad económica. El efecto neto negativo sobre el acreedor, que donde tenía U$D 1 pasó a tener un $ 1,4, fue más que compensado por el positivo al licuarse los pasivos sobre el deudor..

Al efecto expansivo de los U$D 16.343 Millones (o 20% del PBI de 2002) que el gobierno inyectó en forma de Boden 2012 debe sumarse el que sobre la estructura productiva tuvo el shock de riqueza positivo por la licuación de pasivos (lo cual relaja la restricción financiera y corre la curva de demanda a la derecha) y la menor carga de costos financieros (lo cual corre la curva de oferta a la derecha)




4. Default y efecto riqueza positivo

Un cuarto canal para explicar el crecimiento es el efecto riqueza positivo que sobre la economía en su conjunto tuvo el default de la deuda pública y la reestructuración de deudas privadas y públicas.

Durante la convertibilidad, y en particular durante sus últimos años, fue muy fuerte la acumulación de activos externos por parte de residentes, quienes hacia fin del período acumulaban cerca de U$D 130 MM (una vez y media el PBI de 2002). El default y la posterior quita superior a los U$D 50 MM no sólo convirtieron a los argentinos en acreedores netos con el resto del mundo, sino que generaron un efecto riqueza positivo mayúsculo. Defaulteamos los pasivos y nos quedamos con los activos

No es de extrañar que durante el período haya sido la inversión autofinanciada (construcción, pools de siembra, fideicomisos, etc) uno de los principales motores de la reactivación económica.


5.1.Economía sin restricciones: Stocks

Conocido es el hecho de que el periodo post convertibilidad fue excepcional en mucho sentidos. Pocas veces en la historia económica argentina tuvo la gestión macroeconómica un camino tan despejado sobre el que avanzar antes de chocar con una restricción física o económica.

Sistemáticamente, durante el periodo de crecimiento la economía fue acercándose hacia el límite impuesto por el agotamiento de diversos stocks: Capacidad ociosa, desempleados, frontera agrícola, energía eléctrica, divisas de exportación, periodo de gracia de la deuda externa, reservas petroleras, estabilidad de precios y credibilidad en la moneda, etc.

El agotamiento temprano de cualquier de ellos habría, sin duda, implicado un avance mucho más tortuoso, como finalmente se empezó a evidenciar a partir de 2007.

5.2.Economía sin restricciones. La relajación de la restricción fiscal

Durante el período de post-convertibilidad se produjo un incremento en la presión tributaria del orden de los 10 puntos del PBI, en otro factor que otorgó flexibilidad transitoria a la gestión macroeconómica. Este fue el mayor incremento en la historia de la economía argentina para un periodo de cinco años (y sin considerar el impuesto inflacionario que representó entre 1 y 2 puntos adicionales). Hay que remontarse al primer gobierno de Perón para encontrar al segundo (6 puntos) y al de Menem para hallar al tercero (5 puntos).

Este incremento se explica tanto por la mayor recaudación de impuestos existentes (IVA, ganancias, impuesto al cheque, etc) como por algunos cambios en la estructura tributaria, en particular los derechos de exportación (cuya alícuota se incrementaría recién en 2007) y el incremento al impuesto al salario (contrib. sociales) que más que compensaron las sucesivas rebajas en el impuesto a las ganancias.

La suba de la presión tributaria permitió una fenomenal política de gasto expansiva sin generar, durante el periodo, dudas sobre la sostenibilidad fiscal (expost sabemos que la realidad termino siendo un poco más compleja). Está capacidad de realizar política expansiva durante el tramo ascendente del ciclo sin duda sumó algunos puntos al ya importante crecimiento de la economía.


6.Política monetaria expansiva

Tuvo el gobierno durante el periodo una política monetaria claramente expansiva. Las tasas de interés reales negativas fueron la regla, llegando a un mínimo cercano al -12% durante los picos inflacionarios de 2007. En este contexto, la inversión financiera o el simple posicionamiento en pesos fue un muy mal negocio en relación a inversiones productivas.

Pools de siembra, fideicomisos, ladrillos e inversiones en fierros tuvieron, a partir de esto, un empujoncito adicional.





7.El viento de cola

No puede faltar, obviamente, el nunca bien ponderado viento de cola. El periodo 2002-2007 fue uno de los de mayor crecimiento en el mundo en desarrollo del pasado reciente, con un promedio de crecimiento de 40% en el lustro. Este arrastre contagió la dinámica exportadora de Argentina a partir del crecimiento de los principales socios comerciales y de las inéditas ganancias fruto de la mejora de los términos de intercambio.

Cómo describen las propias estadísticas oficiales, durante 2003, por ejemplo, el país recibiría una onda expansiva de al menos 2% del PBI como resultado de la mejora en los precios de exportación.






Hasta aquí, entonces, mi contribución. Repitiendo lo que propusiera en la primera parte le pregunto, amigo lector ¿Qué me olvidé? ¿Qué sobra? ¿Qué otros factores explican la recuperación y el crecimiento en el periodo de oro de la post-convertibilidad? ¿Me dan una mano a ver si llego a los diez?.

Atte

Ele

2010

A ver. Si no me falla la memoria mi último post fue allá sobre fines de octubre de 2009. Cuando se anunció la asignación universal. ¿recuerdan?.

Después vino mi apatía total. Falta de motivación o tiempo o que será que ya no escribí más. Este post es solo para romper el bloqueo mental y avisar que se termina la dictadura Elemaquina.

Así que gente... aquí estamos. Hasta la victoria, siempre.

Saludos
Genérico.

PD: Contrariamente a cualquier presunción Elemaco estuvo más moderados que de costumbre y muy poco doña rosa. Creo que le faltaba su nemesis. Veamos si ahora levanta.

lunes, enero 18, 2010

Gasto público y recaudación en 2009

Llenemos con un poco más de contenido el post que subiera el viernes pasado, en el cual debo confesar un error de cálculo que el lector interesado no tardará en encontrar.


¿De dónde vino y adonde fueron los recursos fiscales nacionales durante 2009? 

Puede ver esta primicia de ESC en el cuadro que se presenta a continuación (click para agrandar): (aquí lo que pasó entre 2003 y 2008)


Fuente: Ingresos y Gastos

Tanto el gasto como los ingresos del tesoro nacional se incrementaron, en términos nominales, alrededor de $ 29 Mil Millones (MM) durante el año. Esto equivale a un crecimiento cercano al 15% en términos nominales y a un movimiento nulo en términos reales (suponiendo una inflación de 15%).

El 88% del incremento de la recaudación se explica por la suba de los aportes y contribuciones a la seguridad social. De este incremento, un 50%, aproximadamente, puede asociarse a la estatización del flujo de fondos previsionales de 2008. Recordará el lector que del total de aportes que por este concepto tributaban trabajadores y empleadores tan sólo el 20% (aprox.) se redirigía a los fondos de capitalización, flujo que habría representado en 2009 unos $ 13 MM.

La recaudación de impuestos internos, que explica el 30% del incremento total, creció un 19% entre 2008 y 2009, a pesar de las caídas en términos reales del impuesto a las ganancias (-11%) y del IVA (-5%). No es mala la performance recaudadora, especialmente explicada por el incremento en impuestos secundarios, en el marco de una economía contrayéndose un 3,5%. La recaudación por retenciones y derechos de importación, finalmente, cayó en $ 5,3 MM o 12% respecto a 2008.

En términos de gastos, el 45% del total del incremento fue a parar a la seguridad social, en un movimiento de flujo de $ 13,4 MM que dejaría al tesoro nacional un saldo positivo de $ 11 MM.

Creo que no hace falta explicar que de no ahorrarse, por cómo se estructura el sistema previsional actúan, el gasto de esos $ 11 MM representaría un incremento en el endeudamiento neto del Tesoro. Recuérdese que, cuando el estado cobra un peso en concepto de contribuciones sociales, está, a la vez, asumiendo un compromiso de pago futuro. Sube un activo (recaudación) y un pasivo (jubilación futura).

El segundo incremento en términos nominales se dio en subsidios al transporte ($ 4 MM) y en incrementos de gastos en educación y cultura ($ 3.6 MM), donde se incluye, vale aclarar, el programa “Futbol para todos”. La deuda externa se llevó $ 2,6 MM adicionales, con una caída en términos reales del 3%, y la salud y la promoción y asistencia social un adicional de $ 1.5 MM y $ 1.2 MM respectivamente.

En su conjunto, estos primeros cinco rubros explican el 85% del incremento en el gasto. En el cuadro de más arriba podrá ver un desagregado más detallado de los movimientos del gasto.

Ajuste de gasto se observa en los subsidios a energía, combustibles y minería ($ 2,4) y en los reintegros/subsidios al sector agroindustrial por $ 1.2 MM. El dinero destinado a la recopilación de información y estadísticas básicas, por su parte, se redujo en un 16%...ufff.

Con todo lo dicho hasta aquí ¿Usted que cree? La estructura tributaria y de gasto del estado nacional ¿Es más progresiva o regresiva que en 2008? ¿Cree que los movimientos descriptos actuaron expansiva o contractivamente? Y la pregunta más difícil de todas ¿Dónde pasaría tijera si el cierre de los mercados financieros nos fuerza un ajuste fiscal? (o, en su defecto, de donde obtendría los recursos adicionales).

Sabrán disculparme si, por razones de tiempo, no arriesgo todavía respuestas a estas preguntas.

Atte

Ele

jueves, enero 14, 2010

La máquina de crecer

No lo puedo evitar. Arranqué 2010 optimista.

Una clave de todo proceso de desarrollo (como escribiera acá) está en las “capacidades” que haya acumulado la estructura productiva: Qué es lo que las firmas han aprendido a hacer y cuáles son las estrategias a las que recurren para crecer.

Durante el proceso de desarrollo, es creciente el peso de las firmas que crecen a partir de inversión en tecnología, ganancias de eficiencia y/o diferenciación de sus productos en perjuicio de aquellas otras cuya fuente de supervivencia descansa en la captura de rentas o en el sostenimiento de poder de mercado.

La “máquina de crecer” de la economía. puede considerarse prendida cuando el primer grupo ha alcanzado una masa crítica que vuelve al proceso autosostenible.

Una pregunta que puede hacerse para Argentina 2010 es ¿Está prendida la máquina de crecer?

Veamos

Tras un prolongado periodo de idas y vueltas, con años de estancamiento (1975-1987), contracción (1988-1991, 1999-2002) y recuperación y crecimiento (1992-1998, 2003-2008), a fines de 2008 la industrial argentina superaba tan solo en un 14% los niveles de producción que mostraba 35 años antes. 35 años han pasado en los que nuestra actividad productiva acumuló un crecimiento promedio de 0,35%.


Sin embargo ¿Cuáles son las diferencias entre esta industria y la de hace tres décadas?

La estructura productiva de Argentina 2008 es la que ha llegado al periodo de crecimiento 2003-2008 sobreviviendo a los inestables 80s, a las tres hiperinflaciones, al proceso de apertura, desregulación, ajuste y reestructuración de los noventa y al colapso económico-financiero y social del fin de la convertibilidad.

La industria nacional actual se mueve en un contexto infinitamente más abierto y competitivo que el de hace 35 años. La política comercial post convertibilidad, MERCOSUR y acuerdos internacionales mediante, es mucho más parecida a la de la convertibilidad que a cualquier año del medio siglo que la precedió, incluso que la intentona neoliberal de los militares.

Hoy la industria destina cerca del 30% de su producción a los mercados externos, en un proceso que comenzó con la década del noventa, se fortaleció durante el periodo de recesión y depresión, cuando la industria viera al mercado externo como un sustituto del contractivo mercado nacional y se consolidó durante la posconvertibilidad.


Este fenómeno ha dado origen al que creo es un cambio estructural en la economía argentina: La diversificación de la plataforma exportadora.

Si miramos indicadores tradicionales de composición de la canasta exportadora es posible que este cambio pase desapercibido. El siguiente gráfico, por ejemplo, da poco para ilusionarse: el 56% de nuestras exportaciones en 2008 era explicada por exportaciones de productos primarios, soja y combustibles, porcentaje que es incluso más elevado que el 48% promedio de la década del setenta. Por otra parte 15 partidas arancelarias, sobre un total de 1274 posibles (desagregado a 5 dígitos) explican el 60% de las exportaciones argentinas, cifra no superior a la de hace 3 décadas.

Sin embargo este tipo de indicadores, que mide la perfomance exportadoras relativas entre distintos productos, tapa el bosque y no deja ver lo que, desde abajo, está pasando con la estructura exportadora. ¿Qué pasa si en vez de ver la distribución de las exportaciones calculamos cuantos son los sectores que superan un umbral mínimo de exportaciones?

En el siguiente gráfico podrán ver cuántos productos, sobre un total de 1274 superan los $ 50 Millones de dólares de exportaciones (en dólares de 2008)


Como puede verse, existen hoy 140 productos de exportación que superan los U$D 50 Millones, cifra 3,5 veces más elevada que la que el país tenía hace dos décadas y 7 veces superior a la composición de 1970.

Estos hechos dan lugar a ilusionarse. Una firma que exporta suele ser, en promedio, cualitativamente distinta a una que no lo hace y esta dotada de competencias mínimas que no necesariamente son requeridas en una firma que apunta al mercado interno: Cuentan con certificaciones de calidad, escalas de producción mayor, suelen operar en blanco y tener mayores vinculaciones con el sistema financiero local o internacional, trabajan con esquemas contractuales más complejos y exigentes (fallar en el tiempo o forma de una entrega puede significar el fin de un contrato millonario) y se mueven en un entorno de mucha mayor competencia, donde la simple competitividad precio generalmente no es suficiente.

Posiblemente este hecho tenga mucho que ver en la dinámica que se observa en el siguiente gráfico. Desde hace dos décadas, y quebrando una tendencia decreciente de por lo menos 10 años, la productividad de la mano de obra industrial ha mostrado un persistente crecimiento. En 18 años el indicador se ha duplicado, con un crecimiento interanual de 4,1%. Para aquellos que creemos que la única manera de mejorar sistemáticamente los salarios y las condiciones sociales de la población es con una mejora continua de la productividad de la economía, esto es una gran noticia.

La pregunta es ¿Será está masa crítica acumulada suficiente para alimentar un proceso de crecimiento sostenido? ¿Estará prendida la máquina de crecer?

Por alguna razón arranqué 2010 optimista creyendo que si. Ojala tenga razón.

Atte

Ele

¡Atención! La transformación de la estructura productiva no garantiza por sí misma cambios en la estructura social. Es una condición necesaria pero no suficiente. Mucho debe hacerse desde el estado para acompañar el “derrame” desde una a otra, derrame que de automático no tiene nada. Pero eso, my friends, es otro tema, y otro post.

Devolvé la Bolsa, devolveeee.....

A partir de la estatización de los fondos previsionales de fines de 2008, el gobierno obtuvo, durante 2009, un flujo de fondos adicional  por $ 29 Mil millones.

El incremento del gasto por el mismo concepto durante el año fue de $ 11 Mil millones.

Los  $ 18 Mil millones restantes financiaron gasto corriente.

Muchachos, ¿Qué necesidad hay de simular que se busca una correspondencia entre lo que los trabajadores y los empleadores aportan y lo que cobran los jubilados? ¿Porque no lo blanqueamos, cerramos la ANSES y hacemos todo un gran mezcladito con las rentas generales?

Atte

Elemaco (que no logra arrancar 2010)

lunes, enero 11, 2010

Agarrate Catalina....

....porque los chinos no joden, y si esta explota, explota.

Segùn el Washington post (en una traduccion libre al español), y repetido en al menos 688 noticias en el ùltimo mes:

"BEIJING - Con precios de las propiedades creciendo en las principales ciudades, muchos inversionistas y banqueros comienzan a dudar que China sea la próxima gran burbuja inmobiliaria en espera de estallar.


El gobierno chino está preocupado también. El domingo, el gabinete de la nación, citando "excesiva subida de los precios internos" en algunas ciudades, dijo que controlarà los flujos de capital para evitar que los fondos especulativos pongan en peligro el mercado inmobiliario de China (…).


(…) Impulsado por bajas tasas de interés, los precios en Shanghai y Beijing se han duplicado en menos de cuatro años, para luego volver a duplicarse. La mayoría de los compradores chinos esperan que los altos precios de hoy continúen subiendo, por lo que se estiran para pagar precios al limite de sus recursos (…).


Algunos economistas y banqueros temen estar viendo una repetición de la historia. En Japón, a finales de la década de 1980 y en los Estados Unidos en 2008, burbujas inmobiliarias terminaron en colapso económico, sistemas financieros golpeados y recuperaciones lentas. Con China, actuando como un motor clave del crecimiento global, un estallido de la burbuja de bienes raíces podría ser un explosión que se oiría en todo el mundo."

uff

martes, enero 05, 2010

Distribución <--> Desarrollo



Una de esas vueltas de la vida (el lector atento imaginará cual) me tuvo un rato largo analizando un tema que durante tiempo ha desvelado a quienes escribimos este blog (por ejemplo acá, acá, acáacá, acá o acá):


¿Cuál es la relación entre distribución del ingreso y desarrollo económico?

Si nos dejamos llevar por el deseo benevolente y asumimos que lo bueno debería venir en paquete (como cuando se estudia, por ejemplo, la relación entre instituciones democráticas y desarrollo) la pregunta tiene una respuesta fácil: para desarrollarse hay que distribuir. Sin embargo, tras largas décadas, la ciencia maldita está lejos, bien lejos del consenso.

Durante casi medio siglo, entre la posguerra y la década del noventa, se construyó cierto consenso alrededor de la idea de que la desigualdad era un mal necesario para el desarrollo. El punto de fue el hallazgo de Simon Kuznetz, quien en 1955, encontró una relación con forma de U invertida entre desigualdad y nivel de ingreso: para niveles bajos de desarrollo, un incremento de la desigualdad podría ser beneficioso para el crecimiento hasta alcanzar un punto crítico a partir del cual mayor crecimiento haría caer la desigualdad.

!!Mamucha!! Pero ¿Cómo se explica esta relación entre desarrollo y desigualdad? Recorriendo la literatura se encuentran al menos cinco argumentos a favor.

En primer lugar, el propio Kuznetz planteaba que el proceso de desarrollo estaba impulsado principalmente por la acumulación de activos físicos, como se creyó durante muchos años (en particular a partir de la hasta entonces exitosa experiencia de la Unión Soviética). Al estar la acumulación de activos centrada en los estratos superiores, el crecimiento deriva en desigualdad.

Una segunda explicación, revierte la causalidad. Es la desigualdad la que fomentaría el crecimiento.  Kaldor en 1956, por ejemplo, sostenía que la tasa de ahorro agregada depende de la desigualdad. Si los ricos ahorran más, mayor desigualdad generará mayor ahorro y de allí mayor inversión y mayor crecimiento.

En tercer lugar, Si el desarrollo implica un viraje desde sectores primarios rurales (de bajos y homogéneos ingresos) hacia sectores industriales urbanos (de mayores y más heterogéneos ingresos), habría un incremento de la desigualdad asociado al peso creciente de de los sectores más desiguales en el total de la economía. El cambio estructural seria con desigualdad.

Una cuarta hipótesis afirma que, si hay mercados financieros imperfectos, puede ser necesaria una desigualdad mínima como para lograr cierto grado de concentración de los recursos financieros. De esta manera se alcanzaría una masa crítica que permitiría el hundimiento de costos y el desarrollo de nuevas actividades productivas. Recuerde que, durante décadas, se creyó que la clave del desarrollo estaba en la inversión sostenida en fierros.

Finalmente, una quinta hipótesis, bien enraizada en la cultura norteamericana, habla del esquema de incentivos en una economía desigual. Si el retorno de una actividad (por ejemplo, el trabajo) depende poco del nivel de esfuerzo podría haber pocos incentivos a diferenciarse, esforzarse y ser "emprendedor". La desigualdad actuaria entonces como una señal del  “you can do it”. ¿Quién no oyó alguna vez la típica historia del noruego que se queja porque a todos les va igual de bien, con sus casas todas iguales con sus jardines todos iguales y sus autos todos iguales?

¿Pero cómo es eso, Elemaco? ¿El mainstream sigue pensando que la desigualdad puede ser buena?

Felizmente, la respuesta es “no”, o al menos un “no todos”. Desde fines de los ochenta, una nueva ola de trabajos desafió el saber convencional. En menos de una década surgieron muchísimos trabajos teóricos y empíricos que, desde el mismo mainstream,  concluyen que no sólo no existiría el trade-off planteado por Kuznetz, sino que incluso la desigualdad podría ser mala para el crecimiento.

¿Y porque ahora creen que la que desigualdad puede ser mala? Hay varias explicaciones, algunas que escapan al espacio económico para adentrarse en la sociología, la ciencia política o la historia.

Un primer canal de trasmisión, de Alesina y Rodrik, es el de la economía política inducida por la desigualdad. Básicamente, la idea es que la desigualdad puede inducir pujas distributivas perjudiciales para el crecimiento. Si el capital en cualquiera de sus versiones (físico, humano, social, conocimiento) se encuentra muy concentrado puede generar inestabilidad en las políticas tributarias y redistributivas y/o una presión tributaria excesiva sobre el capital productivo que termine afectando el crecimiento (¡y bueno muchachos, el mainstream es maintream. Al menos no dicen que la desigualdad es buena!)

Un segundo canal, que se remonta a Keynes, es el opuesto al de Kaldor explicado más arriba. Una mejor distribución del ingreso, al aumentar el consumo interno, incrementa el tamaño del mercado doméstico y con ello el potencial para la industrialización.

Un tercer canal es el que asociado a la desigualdad con la baja acumulación de capital humano. La desigualdad puede reducir la educación y la acumulación de capital humano en las familias pobres, lo cual afecta el crecimiento tanto en el corto plazo como en el largo. El diferencial educativo entre pobres y ricos afectaría, a su vez, la distribución futura con lo cual existiría un mecanismo a partir del cual la desigualdad se perpetua a si misma.

Una cuarta hipótesis parte de distinguir entre dos tipos de desigualdades Eastearly (2006): La mala y la buena. La “mala” es la que surge de la creación de elites regionales por mecanismos tales como conquistas, colonización, esclavitud o el reparto desigual de la tierra por parte del estado o el poder colonial. En cambio “buena” surge por el reparto desigual del “éxito” que el libre mercado genera entre individuos, ciudades, regiones, firmas o industrial. Brasil o Sudáfrica, según Easterly, son ejemplos del primero y el reciente incremento de la desigualdad en China ejemplo del segundo. La lógica sería que la desigualdad estructural (la mala) puede dar origen a instituciones inestables y a una democracia débil como resultado de la oscilación del poder entre las facciones populistas redistribuidoras y las facciones oligárquicas y conservadoras.

Hasta aquí lo que uno puede encontrar revisando un rato la literatura económica. Ahora invito a usted, amigo lector, a hacer un ejercicio. Quítese por un momento el traje moralista. Olvide por un momento que la desigualdad es mala “porque si” independientemente de su impacto en el crecimiento y que la igualdad es un fin en sí mismo.

¿Qué opina? ¿Cómo impacta la distribución del ingreso a las posibilidades de desarrollo de un país?

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