Acá el amigo Siri se mando un postazo de esos que vale la pena leer. Hace un tiempo ya, los más berretas de los bloggers argentos había dicho algo en la misma línea. Vamos a aportar entonces en el mismo sentido, para luego tirar algunas puntas respecto del plan de empleo que impulsa el gobierno y su posible impacto sobre los niveles de pobreza.
En principio, una política focalizada en la generación de empleo descansa de algún modo u otro en postulados como este:
"El trabajo no solamente constituye el "sustento" material e inmaterial de las personas, sino también es el espacio desde donde la persona construye un aprendizaje a partir de sus experiencias, conflictos, éxitos y fracasos, que ponen a prueba sus capacidades (...) Es un derecho (y no sólo un deber social) que constituye una real necesidad de los seres humanos y que, por ese motivo, está en la esencia misma de la naturaleza humana. De esta manera, el trabajo constituye una de las categoría antropológicas más relevantes para el bienestar individual y colectivo de las personas."
Cosa con la que estamos fundamentalmente de acuerdo. En general, no acepto aquella visión de la política social como ambulancia de los desguaces que la economía de mercado puede generar sobre el empleo. O dicho de otro forma, pensar que la forma de moderar un desempleo permanente arriba de los dos dígitos es con planes universales de ingreso y no con políticas de empleo, es un mero cinismo del liberal bien pensante.
Ahora bien, el gráfico que sigue parece justificar el sesgo pro-empleo de la actual política social. Hablando de modo simple, la probabilidad de encontrar una persona pobre y desocupada es del 44% y es la más alta para cualquier categoría ocupacional (o de inactivos). Por el contrario, esta probabilidad cae al 19,7% en el caso de los ocupados y es la mínima:
En principio, una política focalizada en la generación de empleo descansa de algún modo u otro en postulados como este:
"El trabajo no solamente constituye el "sustento" material e inmaterial de las personas, sino también es el espacio desde donde la persona construye un aprendizaje a partir de sus experiencias, conflictos, éxitos y fracasos, que ponen a prueba sus capacidades (...) Es un derecho (y no sólo un deber social) que constituye una real necesidad de los seres humanos y que, por ese motivo, está en la esencia misma de la naturaleza humana. De esta manera, el trabajo constituye una de las categoría antropológicas más relevantes para el bienestar individual y colectivo de las personas."
Cosa con la que estamos fundamentalmente de acuerdo. En general, no acepto aquella visión de la política social como ambulancia de los desguaces que la economía de mercado puede generar sobre el empleo. O dicho de otro forma, pensar que la forma de moderar un desempleo permanente arriba de los dos dígitos es con planes universales de ingreso y no con políticas de empleo, es un mero cinismo del liberal bien pensante.
Ahora bien, el gráfico que sigue parece justificar el sesgo pro-empleo de la actual política social. Hablando de modo simple, la probabilidad de encontrar una persona pobre y desocupada es del 44% y es la más alta para cualquier categoría ocupacional (o de inactivos). Por el contrario, esta probabilidad cae al 19,7% en el caso de los ocupados y es la mínima:
Ahora bien, si el problema es la pobreza a nivel agregado, lo que importa fundamentalmente (pero no exclusivamente), es cuál es el peso de cada categoría ocupacional en el total de pobres. Y justamente, aquí es donde se observa el fenómeno más complejo del mercado laboral actual*: existencia de trabajadores ocupados pobres. Fundamentalmente, aquellos que están fuera de la seguridad social o son cuenta propistas (ambos afuera de las paritarias), tienen el mayor peso relativo de personas en condición de pobreza de todos los participantes del mercado laboral**.
Vale aquí mencionar que esta compleja (y quizás algo paradójica) realidad es en parte consecuencia del éxito obtenido en términos de generación de empleo de los últimos 6 años. Son muchas las personas desocupadas que salieron de esa condición, pero que al hacerlo ingresaron en el mercado laboral de forma precaria. Noten en el gráfico que sigue que justamente, la realidad de los trabajadores pobres se consolida en el modelo actual:
Miren además en el grafo anterior como se dicotomiza el mercado laboral a partir de 2002. Los asalariados registrados en la seguridad social caen fuertemente en su peso en el total de pobres, pero por el contrario, los trabajadores informales pegan un marcado incremento.
Fundamentalmente, lo que aquí queremos marcar es la necesidad de hacer políticas contexto-dependientes. Es decir, en 2002 la prioridad fundamental era generar empleo en gran escala y allí la macro jugo un rol central. Ahora, el desafío central es operar sobre la calidad del empleo existente, para reconstituir e impulsar los ingresos de los trabajadores informales.
No vemos que nada de eso se consiga a través de no sé cuantos empleos de baja productividad y alta informalidad (cuenta propia monotribustista) que se generen desde la política social.
Hoy, el principal desafío es doble: romper el núcleo duro del desempleo con políticas sociales específicas y también incrementar los ingresos de los trabajadores informales a través de tranferencias de ingresos directas.
Saludos,
Genérico.
* Actual, actual... de actual tiene poco hablar con datos al segundo semestre de 2006. Poco podemos decir al respecto que no se este dicho, pero al menos creemos que el punto acá hecho es lo suficientemente "estructural" como para ser válido.
** Los inactivos y los menores concentran la mayor parte de los pobres. Respecto de los primeros hay que ver la evolución en detalle por todos los cambios que hubo en el sistema previsional. En cualquier caso, son dos temáticas que escapan al punto del post.
Fundamentalmente, lo que aquí queremos marcar es la necesidad de hacer políticas contexto-dependientes. Es decir, en 2002 la prioridad fundamental era generar empleo en gran escala y allí la macro jugo un rol central. Ahora, el desafío central es operar sobre la calidad del empleo existente, para reconstituir e impulsar los ingresos de los trabajadores informales.
No vemos que nada de eso se consiga a través de no sé cuantos empleos de baja productividad y alta informalidad (cuenta propia monotribustista) que se generen desde la política social.
Hoy, el principal desafío es doble: romper el núcleo duro del desempleo con políticas sociales específicas y también incrementar los ingresos de los trabajadores informales a través de tranferencias de ingresos directas.
Saludos,
Genérico.
* Actual, actual... de actual tiene poco hablar con datos al segundo semestre de 2006. Poco podemos decir al respecto que no se este dicho, pero al menos creemos que el punto acá hecho es lo suficientemente "estructural" como para ser válido.
** Los inactivos y los menores concentran la mayor parte de los pobres. Respecto de los primeros hay que ver la evolución en detalle por todos los cambios que hubo en el sistema previsional. En cualquier caso, son dos temáticas que escapan al punto del post.