lunes, agosto 30, 2010

Días de Radio - Por Sebastian Galiani

Mucho se ha investigado acerca de si los medios de comunicación son capaces de persuadir ideológicamente a la población. A pesar de que muchos autores creen que ello es así, y que la prensa puede inclusive influenciar en la formación de las creencias de la población, la evidencia empírica experimental no es favorable a esta hipótesis.

Sin embargo, como argumente en un post anterior, la prensa puede influir sobre la población diseminando información confiable que de otra forma no estaría disponible. Veamos un excelente estudio que muestra evidencia cuasi-experimental sobre este tema recientemente publicado en el Quarterly Journal of Economics.

Una preocupación muy importante de los ciudadanos es la corrupción. Intentando dar respuesta a esta preocupación, el gobierno federal de Brasil comenzó a auditar la aplicación de los fondos federales por parte de los gobiernos municipales en Abril de 2003. Desde entonces, cada mes, aproximadamente sesenta municipios fueron elegidos al azar para ser inspeccionados por un equipo de auditores en cuanto a la apropiación ilegal de fondos federales y cualquier otra irregularidad asociada a proyectos financiados federalmente. Para promover la transparencia, los resultados de dichas auditorías se dan a conocer públicamente, tanto a la municipalidad como a los medios. El diseño aleatorio de esta intervención ofrece una oportunidad única para evaluar los efectos de este tipo de iniciativas anticorrupción.

Claudio Ferraz de la PUC en Rio de Janeiro y Frederico Finnan de UC Berkeley explotan este experimento de la siguiente forma: En primer lugar, utilizan los informes de las auditorías para construir una medida objetiva de corrupción para cada una de las municipalidades auditadas. Esto es, los autores utilizan como medida de corrupción la cantidad de irregularidades detectadas en cada municipio auditado. En segundo lugar, explotan la elección de 2004 y contrastan la probabilidad de reelección de los intendentes que podían aspirar a la misma comparando, entre las municipalidades auditadas, aquellas cuyos informes fueron dados a conocer antes de la elección con aquellas cuyos informes fueron dados a conocer después de la elección (pues fueron auditadas aleatoriamente antes o después de la elección).

Los autores de este estudio encuentran que para un aumento en la corrupción reportada de un desvío estándar sobre la mediana muestral, la política de auditorías redujo la probabilidad de reelección de los intendentes en un 24,7 por ciento. En otras palabras, el electorado castigó significativamente a los intendentes cuyos gobiernos fueron encontrados cometiendo actos de corrupción. Estos resultados sugieren que los votantes no sólo se preocupan por la corrupción, sino que también castigan a los políticos corruptos una vez que conocen la irregularidad de sus prácticas.

Sin embargo, más interesante aun resulta analizar los datos estratificando las municipalidades según si estas poseen medios locales de comunicación masivos o no. Los autores utilizan la existencia o no de estaciones de radio locales. En aquellas municipalidades con estaciones de radio locales, el efecto de revelar los casos de corrupción antes de las elecciones sobre la probabilidad de reelección del intendente fue aun más severo. Si bien la radio exacerba el efecto de la auditoría cuando se revela corrupción, también promueve a los intendentes honestos. Cuando no se encontró corrupción en una municipalidad con radio local, la auditoría de hecho aumentó la probabilidad de que el intendente sea reelecto. En efecto, estos resultados sugieren no sólo que el hecho de dar a conocer la información afecta las elecciones electorales de los votantes, sino también que la interpretación de dicha información está influenciada en última instancia por las creencias previas de los votantes. Esto se ve claramente en la siguiente Figura. Los intendentes con solo una irregularidad reportada antes de las elecciones no parecen ser penalizados electoralmente.

Nótese que en las municipalidades donde la auditoria se hizo luego de la elección, la probabilidad de reelección del intendente no cambia mucho con el nivel verdadero de corrupción. Lo mismo ocurre en los municipios donde si bien las auditorias se hicieron antes de la elección, no poseían radios locales. Sin embargo, allí donde las auditorias se hicieron antes de la elección, y existían radios locales, el cambio en la probabilidad de reelección del intendente entre una situación donde no se detecto ninguna irregularidad y una situación donde se detectaron 2 o más irregularidades es enorme.

Por supuesto, la existencia o no de radios locales no es el resultado de un experimento aleatorio. Por ello, esta parte del estudio es cuasi-experimental. Sin embargo, los autores hacen un trabajo muy prolijo en descartar que la presencia de radios locales este aproximando el efecto de otras variables –como podría ser el nivel de educación de la población- en la probabilidad de reelegir al intendente una vez que la auditoria se ha llevado a cabo (siguiendo el mejor estilo de Auguste Dupin y Sherlock Holmes).

En mi opinión, este es un estudio muy interesante que nos ayuda a entender mejor el rol de la prensa libre en una sociedad, algo sobre lo que se habla mucho más de lo que se sabe. A la luz de estos resultados, el trabajo de Di Tella y Franceschelli presentado tiempo atrás en este blog es también importante a la hora de entender mejor la relación entre gobierno y medios de comunicación.

Obviamente, uno tiene que ser cuidadoso al tratar de generalizar los resultados del programa anticorrupción de Brasil a otros países. Para que este tipo de intervenciones sean exitosas resulta clave que el gobierno federal no tergiverse los resultados de las auditorías. Si el gobierno federal utiliza las auditorías para favorecer a sus aliados políticos y para castigar a la oposición, el remedio puede ser peor que la enfermedad. De hecho, Finan y Ferraz muestran que ese no fue el caso de Brasil, aunque esta es una posibilidad cierta en otros países que pudiesen llegar a adoptar programas similares.

Sebastian Galiani
Finan, F. y C. Ferraz (2008). “Exposing Corrupt Politicians: The Effects of Brazil’s Publicly Released Audits on Electoral Outcomes”, Quarterly Journal of Economics.

viernes, agosto 27, 2010

Empate en el superclásico americano


“Argentina y Brasil crecieron más o menos lo mismo en los últimos 20 años, pero Brasil tiene tan sólo uno o dos años de crecimiento negativos, y solo un par más de crecimiento menor al 1% y eso tiene mucho que ver con cómo ha "madurado" su administración macro”

Me apura acá el flamante blogger y autor del muy interesante blog “El de Adentro” (que conocí gracias a Ana)

“No es correcto que Brasil y la Argentina hayamos crecido lo mismo en los últimos 20 años. La Argentina creció mucho más (con un desvío estándar mucho mayor, es verdad). Incluso si le aplicás un haircut a las tasas del INDEC de los últimos 3 años, la Argentina creció mucho más. La única forma de concluir que Brasil creció igual que la Argentina es que empieces la serie en 1999 y la cortes en 2009, creo. Para todos los demás períodos de 10 años te da Argentina > Brasil”

Pongo el siguiente gráfico y saque usted sus conclusiones. ¿Cuál es el crecimiento acumulado entre el año del eje X y 2009 en Brasil y en Argentina? Es decir ¿Cuánto crecieron ambos países tomando distintos años base?

La elección del año base es crucial. Si partimos de 1992 ambos países crecieron exactamente lo mismo. Si partimos de 1985 Argentina acumula 16% de crecimiento más, pero si retrocedemos un año hasta 1984 la relación se revierte y Brasil está un 13% más alto. Si nos venimos mas cerquita, el crecimiento acumulado argentino desde 2002 es 33% mayor que el de Brasil, pero desde 1998 un 8% menos.

Corolario: empate técnico

Feliz Viernes

Luciano

PD: evité poner una serie más larga para no arruinarles el fin de semana

jueves, agosto 26, 2010

Coyuntura brasilera y la síntesis Elemaco-Larryeana

Siguiendo esa vieja tradición de la BEA que últimamente tenemos medio abandonada, Larry continúa el Ping Pong iniciado por Genérico aquí y por este servidor aquí ¿Hay una burbuja en Brasil? ¿Es sostenible la dinámica macroeconómica de nuestro principal socio comercial?.

El argumento central de Larry, que básicamente comparto aunque no sé si con el dramatismo que él le impregna, es que Brasil ha experimentado en los últimos años la formación de una burbuja financiera que, evidentemente da lugar una creciente y eventualmente explosiva sobrevaloración en el precio de los activos. El corolario natural de esta hipótesis es que podría revertirse abruptamente, generando alguna turbulencia financiera y muy probablemente una depreciación del Real.

Ahora bien ¿cómo conciliar este planteo de Larry (que creo no tiene nada de descabellado, cosa que no es poco decir para un post del amigo chiflado) con lo que dijera este servidor el pasado martes, esto es, que Brasil no enfrenta serios problemas en su sostenibilidad macroeconómica?.

La clave está en las dos palabras que no accidentalmente puse en itálicas más arriba. Si hay algún nubarrón acercándose a Brasil es financiero. Claramente, hay gente muy preocupada porque si cambia el escenario puede perder mucha plata, pero ¿esto implica necesariamente que Brasil enfrenta un problema obvio de sostenibilidad macroeconómica real, esto es, que los niveles de consumo, empleo, actividad, etc vayan a caer en un futuro cercano?.

Short answer: No.

Long answer: Hay que diferenciar dos aspectos complementarios.

El primero de ellos es que, justamente, uno de los objetivos de la política macroeconómica es minimizar el impacto real de los shocks financieros. En esa línea, puede decirse que Brasil tiene dos grandes amortiguadores: (a) un tipo de cambio muy flexible y (b) un stock de reservas gigantesco.

(a) El tipo de cambio hiperflexible implica que un solo precio, el Real, puede absorber el grueso del shock financiero, lo cual se convierte en un problema sólo si uno tiene un tipo de cambio fijo (como en Argentina en los 90s), anclado (como en Argentina de 2010) o tiene un target rígido por alguna otra razón (como en Argentina 2003-2008). Claro que una depreciación es una muy mala noticia para quien no haya podido salir a tiempo y deba enfrentar las pérdidas de capital en dólares de sus inversiones en Reales, y sin duda hay mucha gente en la City Carioca con las mismas proecupaciones que Larry, pero aquí estamos hablando de sostenibilidad macroeconómica y no de rentabilidad financiera garantizada.

(b) Por otra parte, Brasil a compensado la entrada de capitales de corto plazo (que son los preocupantes) de los últimos tres años con una masiva acumulación de reservas, que ascienden hoy a más de U$D 250 mil millones o 13% del PBI Brasilero. Este poder de fuego en el Banco Central de alguna manera ha encapsulado el riesgo de la entrada de capitales de corto plazo. En el caso de una reversión en el flujo de capitales (un sudden stop) Brasil cuenta con recursos suficientes para suavizar el impacto sobre la actividad real, por ejemplo, financiando a los sectores privados y/o público. Recuérdese que en un esquema de tipo de cambio flexible el objetivo de las reservas, sobre todo de un nivel de reservas tan gigantesco, no es mantener la paridad cambiaria.

El segundo aspecto, al que yo apuntaba en mi post anterior, tiene que ver con la sostenibilidad real de la cuenta corriente y del balance de pagos. Una de las mayores enseñanzas que tuve de mi pasada por los cursos de Roberto Frenkel y Mario Damill es que la composición de la cuenta corriente importa. A un mismo nivel de déficit de cuenta corriente, y descartando lo harto sabido de que no alcanza con que sea negativo para que sea insostenible, no es lo mismo un déficit de cuenta corriente explicado por un déficit comercial que uno dominado por el pago de intereses en dólares o que uno donde lo más relevante son las utilidades y dividendos.

En ese sentido, el que vive hoy Brasil es uno de los más benignos, en tanto es más el resultado de la inversión extranjera directa (que es de largo plazo y, por lo tanto, poco propensa a revertirse) que de la acumulación de deuda. No estoy discutiendo aquí si la IED es buena o mala ni si ha sido pilar en el proceso de crecimiento sostenido del país vecino, que es otro tema completamente paralelo y entra en el ámbito del desarrollo más que de la macro .

Con esto dicho, resumo así en una síntesis Larry-Elemaica:

Efectivamente, en Brasil puede estar gestándose una turbulencia financiera. Sin embargo, la administración de la política económica ha acumulado márgenes como para absorber el shock financiero y minimizar su impacto real. Para el mediano plazo, por otro lado, la propia naturaleza del déficit de cuenta corriente aleja los fantasmas de insostenibilidad externa.

Ahora bien, para cerrar y darme un autopase para el próximo post dejo una adivinanza.

¿Quiénes no están preparados para enfrentar una crisis financiera en Brasil?

Atte,

(E)L(e).

Fe de erratas: Donde dice 13% del PBI antes por error decía 52% (es decir, 13% por 4)

miércoles, agosto 25, 2010

Encruzilhada

Preguntábase mi compañero, colega, cobbloger y coamigo Genérico hace algunos días, en su análisis sobre la composición de las exportaciones brasileras, sobre la sostenibilidad del modelo macroeconómico del vecino del Mercosur, oportunísima pregunta si las hay, en un contexto en el que en Brasil comienzan a prenderse algunas luces amarillas.

¿Qué está pasando con la macroeconomía brasilera?

Durante el último año, y luego de alcanzar un déficit de 0.6% del PBI en el 2do trimestre de 2009, la cuenta corriente de Brasil ha mostrado una tendencia al deterioro que la ubicó, en el 2do trimestre de este año, en un 2,5% del PBI (o 3,3% si se toma la cotización del Real de 2005). Las razones de este deterioro, que se observa aún cuando el vecino país vive como Argentina un momento excepcional en el precio de sus exportaciones, se explica no tanto por un pobre desempeño de las ventas externas sino más bien por el acelerado ritmo de las importaciones y de las remesas de utilidades y dividendos como resultado del crecimiento/recalentamiento de la actividad y la apreciación del Real.

Si bien un déficit de 2,5% no parece demasiado problema para una economía que crece anualmente entre 4/5%, la pregunta obligada que surge al ver este escenario es ¿Está Brasil acorralado? ¿Avanza su macroeconomía en un sendero insostenible?

En el siguiente gráfico puede verse la descomposición del ingreso de capitales desde el año 2000, esto es, la fuente de financiamiento de la acumulación de reservas, del déficit de cuenta corriente y de los $ 145 mil millones que los brasileros invirtieron en el exterior en la última década. La entrada total bruta de capitales durante el periodo fue de $ 374 mil millones de dólares, a razón de $ 41 mil millones por año (equivalente al déficit de cuenta corriente del último año). La clave para ver la sostenibilidad del sistema está en la composición de estos ingresos. El 55% corresponde a inversión extranjera directa, el 29% a inversión en portafolio y el 16% restante a deuda externa, básicamente denominada en reales.

¿Por qué es relevante la composición pasada de la Cuenta Capital?

El corolario de esa composición en la entrada de capitales puede verse en el siguiente gráfico. Hoy en día, el déficit de cuenta corriente en Brasil se explica casi exclusivamente por las remesas de utilidades y dividendos y los retornos de inversiones en cartera. Esto diferencia el actual déficit, por ejemplo, con el de la década del 80, cuando era principalmente por el pago de intereses en dólares, o del de la década del noventa, cuando la pobre performance del comercio exterior durante los años del plan Real acogotaba los resultados externos.

Ahora bien ¿Qué implicancias tiene esta composición del déficit de cuenta corriente en la sostenibilidad externa del Modelo Brasilero?

En primer lugar, una particularidad del déficit de cuenta corriente basado en utilidades y dividendos es su alta contraciclicidad respecto a otros rubros como las importaciones o, sobre todo, el pago de intereses por la deuda (que es relativamente independiente de los que suceda con el ciclo económico). Esto quiere decir, en otras palabras, que la dosis de desaceleración necesaria para cerrar el déficit de cuenta corriente es menor que lo que sería en un contexto en el que el ajuste debiera recaer sobre las importaciones o sobre la deuda externa.

En segundo lugar, esta composición de la cuenta corriente la vuelve especialmente sensible a una suba del tipo de cambio nominal. El pago de intereses de la deuda y de utilidades y dividendos, al originarse en Reales y no en dólares, responde mucho más rápido, casi linealmente, a la cotización del dólar que otros rubros (en particular las importaciones y exportaciones). Esto es,: sería muy fácil para Brasil, si el escenario se complejiza, recuperar la consistencia externa de su modelo con una devaluación del Real.

Esta segunda característica se ve beneficiada porque, en tercer lugar y a diferencia de lo que sucede aquí, Brasil no sólo puede devaluar, sino que es relativamente sencillo hacerlo con bajo daño colateral. Las razones son varias (a) permitió una fuerte apreciación de la moneda, lo cual le ofrece un importante margen al alza (b) tiene un importante poder de fuego con más de U$D 250 mil millones de reservas, o casi seis años de déficit de cuenta corriente (c) tiene hoy una muy baja inercia inflacionaria y un pasaje de precios del dólar al real históricamente bajo (d) tiene una economía muy poco dolarizada, lo cual reduce los efectos “hoja de balance” de la devaluación.

En conclusión ¿Qué quiere decir todo esto? ¿Está acercándose Brasil a una encrucijada macroeconómica?

No, o al menos no todavía. La macro en Brasil no ha adquirido, ni pareciera estar cerca de hacerlo, una dinámica con una tendencia explosiva, lo cual es harto envidiable para los estándares que manejamos de este lado de las Cataratas del Iguazú.  La clave de su salud macroeconómica es, justamente, contar con la flexibilidad que le permite enfrentar un cambio en el contexto sin que eso implique un cambio radical y tajante en su sistema económico.

Así, la virtud del "modelo brasilero" tiene mucho menos que ver con la elección del régimen tipo de cambio, su actitud frente a la inversión extranjera o la relación con el sistema financiero internacional que con su capacidad de aguantar la tentación de gastar balas de plata como si el mundo se terminara pasado mañana. 

Usted, amigo lector ¿Cómo lo ve? ¿O modelo brasilero tem o nao tem carozo?

lunes, agosto 23, 2010

Libertad de Prensa y Democracia - Por Sebastian Galiani

Estimados, abrimos este espacio a un nuevo columnista invitado en ESC. Sebastian Galiani, Profesor de Economía, Washington University in St. Louis y Profesor visitante, Universidad de San Andrés.

Libertad de Prensa y Democracia

El gobierno nacional ha venido atacando a la prensa independiente en forma creciente. Esto atenta gravemente contra el funcionamiento de las instituciones democráticas. No hay duda hoy que la prensa libre juega un papel fundamental en la vida democrática de una nación. A fin de comprender bien esta afirmación, repasemos la experiencia de Perú durante el Gobierno de Alberto Fujimori.

Durante la década del noventa Perú estuvo dirigido, en nombre del Presidente Fujimori, por el Jefe del Servicio de Inteligencia Nacional, Vladimiro Montesinos. Durante el ejercicio del poder, Montesinos claramente subvirtió el proceso democrático. Perú tenía entonces importantes mecanismos democráticos: una Constitución, partidos opositores, elecciones regulares, un mandato presidencial limitado, salvaguardas para la independencia del Poder Judicial, y una prensa libre.

Montesinos, sin embargo, sobornó metódicamente a jueces, políticos, y medios de comunicación. Montesinos llevaba un registro meticuloso de sus transacciones. Por un lado, obligaba a aquellos a los cuales sobornaba a firmar un contrato que detallaba las obligaciones para con él. Por otro lado, exigía recibos por los sobornos. Sorprendentemente, filmaba sus negociaciones ilícitas. En una investigación única y fascinante, publicada en el Journal of Economic Perspectives, John McMillan y Pablo Zoido analizan los recibos por sobornos y los videos de Montesinos para estudiar cómo este socavó la democracia en Perú.

McMillan y Zoido usan los precios de los sobornos pagados por Montesinos para cuantificar el peso relativo de los distintos mecanismos de peso y contrapeso en el sistema dedocrático. El tamaño de los sobornos indica cuánto tenía que pagar Montesinos para sobornar a aquellos que podían restringir su poder.

Los autores del estudio encuentran que el típico soborno pagado a un dueño de un canal de televisión era aproximadamente cien veces más importante que aquel pagado a un político, que a su vez era mayor al pagado a un juez. El soborno de un solo canal de televisión era cinco veces el soborno total a los políticos opositores. McMillan y Zoido concluyen entonces que el más importante de los pesos y contrapesos sobre el poder del gobierno peruano, según las preferencias reveladas por Montesinos, era la televisión. Vale la pena notar que estos pagos en efectivo a la televisión están subestimados, ya que Montesinos aportó fondos adicionales en forma de publicidad oficial.

¿Por qué la televisión? McMillan y Zoido ofrecen dos explicaciones. En primer lugar sostienen que para formar una coalición ganadora en el Congreso, Montesinos necesitaba sobornar sólo diez políticos opositores. Del mismo modo, sólo necesitaba sobornar a unos pocos jueces. Con la televisión, en cambio, Montesinos tenía que sobornar a todos los canales con una audiencia importante. Si conseguía sobornar a todos menos a uno, ese canal podía lastimarlo unilateralmente. Había unos pocos canales de televisión, por lo cual tenían cierto poder de negociación. En contraste, los autores del trabajo argumentan que dado que la oferta de políticos y jueces corruptibles excedía la demanda limitada por parte de Montesinos, los políticos y jueces tenían un poder de negociación reducido.

La restricción última sobre cualquier gobierno democrático no es un Poder Judicial independiente, políticos opositores, ni la Constitución, sino la ciudadanía como un todo. Los ciudadanos tienen participación en asegurar que el gobierno mantenga las instituciones de la democracia. Si un número importante de ciudadanos está en condiciones de reaccionar ante una violación significativa de las reglas por parte del gobierno, ellos efectivamente podrán prevenir estas violaciones. Sin embargo, los ciudadanos son efectivos cuando actúan en conjunto, no separadamente.

Consecuentemente, los ciudadanos enfrentan un problema de acción colectiva. Aunque este problema de acción colectiva se ve exacerbado a partir de las diferencias existentes en los intereses de los ciudadanos, una primera fuente de dificultades que enfrentan los ciudadanos es de coordinación. La prensa libre de difusión masiva ayuda a resolver este problema de coordinación informando a la población acerca de los actos del gobierno, e informando a todos los ciudadanos que todos ellos están informados sobre estos actos. Una vez emitidos por la televisión, los actos del gobierno se conviertes en conocimiento común.

En conclusión, este estudio muestra empíricamente la importancia de la prensa libre como mecanismo de control de los gobiernos: los medios de comunicación masiva son unos de los mecanismos de pesos y contrapesos más importantes en un sistema democrático. En gran medida, como también muestra el estudio de McMillan y Zoido, sin ella, otros mecanismos de control carecen de efectividad.

Por Sebastian Galiani


viernes, agosto 20, 2010

Fiber-gate

Pasaron casi 24 horas y sinceramente tengo más preguntas que respuestas sobre el Fiber-Gate. Hago un nuevo intento, más en frio, después del fracasado de esta mañana (Subi y bajé un post 10 minutos más tarde)

La primera pregunta que me surge es ¿Es esto legal? ¿Tiene razón el gobierno? En caso de que sea ilegal o que exista algún derecho al cual pueda apelarse ¿Tengo alguna herramienta como ciudadano para defenderme si considero que están violando algún derecho? ¿Están violando algún derecho? ¿El accionar legal tiene que ser individual o hay forma de coordinar alguna acción colectiva? ¿O sólo queda esperar hasta las elecciones y votar en contra? ¿Hay alguien de la Blogosfera Juridica que pueda desburrarnos al respecto?

En caso de que lo que haya hecho el gobierno sea legal, la siguiente pregunta es ¿Por qué? ¿Es la mejor opción posible? ¿Por qué, si la licencia estaba vencida, no puede renovarse? ¿Cuál es la explicación (excluyendo la pelea con el grupo Clarín) por la cual Fibertel debe dejar de operar? ¿Cuál es el perjuicio de que opere?

Mi pobre conocimiento del tema combinado con algo de intuición me dice que la provisión de internet por banda ancha es un típico caso de monopolio natural, esto es, uno en el que el precio promedio cae a medida que aumenta la cantidad de personas abastecidas. En estos casos, las soluciones más eficientes no son que haya muchas firmas proveyendo el servicio sino pocas, combinada con regulación que evite el abuso de la situación de mercado.

En esta línea ¿Puede decirse que Fibertel abusa de su situación de mercado? ¿Hay una estructura concentrada en relación a los estándares internacionales y técnicos? En caso afirmativo ¿Esa estructura concentrada indujo un comportamiento abusivo en perjuicio del consumidor? Mi experiencia personal me dice que las empresas de internet compiten con saña por ganar clientes y que no es raro que una misma persona se cambie varias veces de proveedor, lo cual limita el poder de mercado. Por otro lado, mi corta memoria me dice que, hace 10 años, 640kb por segundo costaba no menos de U$D 160. Hoy 3 megas cuestan U$D 20. La relación calidad precio mejoró unas 48 veces. ¿Esto es mucho o poco?

Ahora sí, leo y aprendo.

Atte

Ele

PD: mis sentidas disculpas por lo de esta mañana, que dejó enterrados varios comments.

Yo a vos te sigo aunque no vayas bien

Mientras las bandas del Gobierno y del Grupo Clarín inician ahora una nueva batalla, ahora por la licencia de Fibertel, y nuestro amigo Rollo reaparece hiperactivo, no con uno, no con dos, tampoco con tres si no con cuatro entradas diferentes, encontramos en este viernes que aún en medio de tanta pelea y combate, es posible que ambos bandos comuniquen de modo apropiado una de las noticias más relevantes de la coyuntura actual.

Tiempo Argentino y Clarín confirman que somos a pesar de todo y contra todo, el más grande, el que más lleva, el que más mueve, el más popular.

El domingo, como siempre, allí estaremos.



Buen finde!

martes, agosto 17, 2010

Escola Primaria

En el último tiempo mi amigo y colega Elemaco ha hecho un gran trabajo manteniendo este blog vivito y coleando mientras quién estas líneas escribe hacía mutis por el foro por múltiples motivos que no tiene sentido relatar aquí. Digamos sí, que toda esta batería de post del amigo se resumen en una pregunta básica: ¿es sostenible el crecimiento actual de argentina?.

Tema interesante si los hay, pero no del que voy a hablar hoy. En realidad, vengo lento y atrasado (aturdido y mal parado) y me colgué con un tema previo que es de los preferido de don Elemaquín: su exaltación por el Brasil de Lula y lo fenomenal de las políticas de crecimiento del gigante país vecino. Me llama poderosamente la atención la ausencia (o al menos, la falta de énfasis) sobre el punto de la sostenibilidad para este caso.

Veamos, como suele decirse, algunos “hechos estilizados” del crecimiento exportador de Brasil(*). A primera vista, llama la atención el sostenido proceso de primarización que las ventas externas del país vecino vienen mostrando. En efecto, luego de que entre 2003 y 2006 las exportaciones de productos básicos representarán en promedio un 29% del total, entre 2007 y 2009 dicha participación se incremento alcanzando 39%, con un crecimiento de 10 p.p en sólo tres años:
Caben aquí dos observaciones: por un lado, las manufacturas y semi manufacturas exportadas por Brasil habían perdido dinamismo relativo a partir de 2006. Es decir, la mayor participación de productos básicos en el total de las ventas externas no se explica solamente por una aceleración de los mismos frente a un crecimiento estable del resto de las mercancías exportadas, sino por un menor crecimiento de los productos industriales.

Por otro lado, el impacto de la crisis internacional no ha sido homogéneo, sino que afecto de modo más marcado, justamente, a los productos de la industria. Sin embargo, esta dinámica no ha alterado de modo significativo el ritmo de crecimiento (neto de la crisis internacional) del total exportado por Brasil:

Pero entonces, ¿como se sostiene la dinámica exportadora?. Una parte no menor de este crecimiento en los productos básico de Brasil no ha sido más que la consecuencia natural de un sostenido incremento en los Términos de Intercambio (ToT) del país vecino, o si más les gusta, como consecuencia de un poderoso viento de cola que a partir de 2005 inicio su sendero ascendente.

No sería entonces otro caso de enfermedad holandesa para una economía pequeña y abierta: el shock positivo de ToT te aprecia el tipo de cambio e impulsa las exportaciones básicas, al costo no menor, de bloquear el proceso de complejización productiva. Habíamos ya notado en la pérdida de dinamismo en las expo industriales se había acelerado en los últimos años, cuando justamente, el TCR se aprecia de manera acelerada para combatir el impacto de los precios internacionales:

Nótese además, que cuando uno introduce ciertos rezagos (**) en el ajuste de las expo complejas (industriales) a la dinámica del tipo de cambio real, se observa que la estrategia anti-inflacionaria de apreciar fuertemente, aborta la salida exportadora de la producción industrial:
Volvemos así a uno de los temas preferidos de ESC: los múltiples impactos del TCR sobre el funcionamiento real de economías pequeñas y abiertas. Muchos de los logros de la Lula de Brasil pueden suscribirse a su política antiinflacionaria de apreciación real a un costo no menor descomplejizar su entramado productivo.

Queda entonces abierto al debate si tiene sentido y si es sostenible este tipo de “modelos”.

Saludos
G

* Hechos estilizados?? Que lejos (y que grande) me queda la academia por dió!

** Quién dispara primero? Berretono…?. Oks, pero la elección de lags no fue a ojímetro pero por vez n, estos es un blog!

PD: Todo esto me da pie para sí, opinar sobre la sostenibildad en Argentina.

PD2: Agradecimiento especial a mi chilena por la idea y la data.


lunes, agosto 16, 2010

Sigannos, que no los vamo'a defraudar

¿Qué mejor manera de festejar que ESC alcanzó los 200 seguidores (vea allá a la derecha), que superó las 400.000 visitas (sin contar quienes leen desde los feeds) y que estamos casi casi en 1000 fans de facebook (uno de los egometros más difundidos de los tiempos modernos) que postear en este lunes feriado un poco de buen humor canino?

Carcajada ruidosa garantizada o le devolvemos su dinero



Y si todavía tienen oxigeno en los pulmones para reir, aquí la segunda y mejorada parte.

Feliz Lunes

Ele

PD: ¿Notaron que ESC ha abandonado desde hace algún tiempo la degradante práctica de solicitar a sus lectores que cliqueen en los avisos publicitarios?

martes, agosto 10, 2010

Balas de Plata

Mientras los muchachos se entretienen en la seguidilla de posts más comentados en la historia de ESC (83, 18685 comments respectivamente) la pregunta de cierre del post anterior quedó sin ser respondida

¿Encontró el segundo Kirchnerismo la formula de la felicidad? ¿Cuál es la debilidad de este “modelo” económico y social existente desde 2006?

Resumamos la historia hasta aquí. Los cuatro años del Segundo kirchnerismo coinciden en el tiempo con una aceleración del proceso inflacionario especialmente centrado en la inflación de alimentos, proceso claramente regresivo y de impactos sociales directos. Sin embargo, durante el periodo se destacan dos factores que compensaron el deterioro social, logrando que los indicadores actuales no difieran demasiado de los de 2006 (a) las mejoras en el salario real de los trabajadores formales y (b) la puesta en marcha de dos programas de transferencias directas a alrededor de 5 millones de personas (la AUH y la moratoria previsional).

Entonces ¿Cuál es el talón de Aquiles de este modelo? La respuesta es breve y puede resumirse en una sola palabra que dejo al lector amigo adivinar no sin antes darle una pista: Empieza con “soste”, termina con “bilidad” y no es sosteraciolabilidad.

Lo que hemos visto durante los últimos cuatro años es un sistema que endógenamente conduce a un deterioro social cuyo impacto negativo fue compensado utilizando balas de plata. En una burda analogía física, piénsese en un sistema que, inherentemente inestable, se ha mantenido en equilibrio con la adición de fuerzas externas.

¿Cuáles son esos factores que han existido entre 2006 y 2010 y que es difícil que sucedan nuevamente en el futuro cercano?

En primer lugar repitamos la obvia y que ya hemos mencionado antes. No se han observado sensibles mejoras sociales respecto a 2006 a pesar de que el gobierno puso en marcha la AUH y la Moratoria previsional. ¿Habrá en el futuro margen para inyectar transferencias directas adicionales por un monto equivalente a los $ 27 mil millones de pesos que implicó la puesta en marcha de ambos proyectos? Difícil. La implementación de ambos programas te genera un salto de nivel de una vez, único y difícilmente repetible. Gone

En segundo lugar, la población no tenía en 2006 reinstaladas las prácticas indexatorias y defensivas típicas de todo proceso inflacionario prolongado lo cual permitió al gobierno avanzar en su política expansiva descuidando la inflación con poco riesgo de espiralización inflacionaria. En 2010 la situación es distinta, el nivel de precios reacciona más rápido al recalentamiento de la actividad y la inercia inflacionaria de un año al siguiente ya es un hecho (¿Cómo explicar sino el 15% de inflación de 2009?).

En tercer lugar, la macroeconomía no encontró durante el periodo el límite natural de la restricción externa, lo cual a su vez puede explicarse por tres factores que pueden considerarse excepcionales y que muy probablemente no estén disponibles para el manejo macro de los próximos años.

(a) La existencia de un tipo de cambio real inicial elevado que permitió que la apreciación del periodo no pusiera en jaque al sector externo. Esta apreciación tuvo como correlato un cambio en la participación relativa entre el trabajo y el capital ¿Pueden los sectores transables absorber hoy una apreciación adicional equivalente a la de 2006 a esta parte?.

(b) La divergencia con la política cambiaria en Brasil, que al apreciar su moneda evitó que la inflación argentina apreciara el tipo de cambio real multilateral más de 15%. Hoy el Tipo de cambio real bilateral entre Argentina y Brasil es el mismo que se observaba en 2006, a pesar del elevado diferencial de inflación.

(c) El excepcional comportamiento de los términos de intercambio que se encuentran hoy en su nivel más alto desde 1973, con una suba de 16% desde 2006. Sólo los años del primer gobierno de Perón muestran un cuatrienio tan benigno. ¿Veremos en los próximos años no digo una suba de los términos de intercambio sino tan sólo un mantenimiento de estos niveles?


(Tiemblo de sólo pensar en un escenario en el que un presidente llamado Alfonsín debe enfrentar una economía que ve desplomarse sus términos de intercambio. 80s show)

Tuvimos, en cuarto lugar y como ya decíamos aquí, un periodo 2006-2010 que se caracterizó por un excepcional incremento en los ingresos del Sector Público Nacional de 3,9% entre puntas, incluso superior al del primero kirchnerismo. Nunca en los 200 años de historia argentina hubo un gobierno que haya experimentado, en un periodo de tan sólo cuatro años, un incremento de la capacidad de financiar gasto público equivalente al que se vio durante el segundo kirchnerismo*, y si embargo, lo mejor que podemos decir es que las condiciones sociales son similares a las de 2006.

Entre 2006 y 2009 el gasto real del gobierno nacional creció en $ 86 mil millones, incluyendo los $ 20 mil millones de la moratoria pero sin considerar los $ 7 mil millones de la AUH. (Casi el 75% de la variación del gasto difícilmente pueda catalogarse de “gasto social” o incluso “redistribuidor” pero ese es otro tema y otro post)

¿Cuáles fueron las circunstancias que permitieron al gobierno financiar tamaña expansión fiscal (que, insisto, contribuyó a dejarnos en un nivel social equivalente al de 2006).

Son varios los factores.

(a) el propio crecimiento acumulado de 15% de la economía generó ingresos genuinos por $ 30 mil millones de dólares en concepto de impuestos y contribuciones sociales

(b) sin embargo, parte de este crecimiento debe ser considerado excepcional o un salto de nivel, en tanto hubieron al menos tres cambios impositivos durante el periodo ( (i) la suba de las contribuciones sociales de 7 % a 11% (ii) la caída en términos reales del mínimo no imponible de ganancias y (ii) la suba en las alícuotas de retenciones de 2007) y el factor términos de intercambio mencionado más arriba

(c) la estatización de la AFJPs generó flujos por $ 17 mil millones anuales ($ 10 por las contribuciones y $ 7 por los retornos del FGS), parte del cual debe ser considerado simplemente endeudamiento, en tanto tiene como contrapartida la acumulación de un pasivo no registrado con los jubilados del futuro*

(d) El gobierno inicia el periodo con una herencia del primer kirchnerismo. Un superávit de $ 19 mil millones. Transformando ese superávit en un déficit de $ 5 mil millones el gobierno logró financiar $ 24 mil millones adicionales de gasto.

(e) Finalmente tenemos un conjunto de ingresos transitorios o “espurios”. Las transferenciasl de BCRA, los ingresos que genera la moratoria previsional y el pago del FMI de 2009 que suman en su conjunto otro $ 15 mil millones.

En definitiva, lo que aquí vemos es que una parte mayoritaria de la variación del gasto fue financiada con una variación de recursos excepcionales, sea porque son transitorios (pago del FMI, moratoria), espurios (impuesto inflacionario) o saltos de nivel (términos de intercambio o cambios en las alícuotas impositivas.

En conclusión, lo que tenemos es que durante los últimos cuatro años se acumularon una serie de factores excepcionales que dieron margen de maniobra al gobierno y a la economía para enfrentar el deterioro social que genera la inflación. Entonces ¿Encontró el kircherismo la formula de la felicidad o sólo hemos vivido otro lustro de fiesta Men…perdón Kichnerista?

Atte

Ele

*Sólo si consideran que el nuevo régimen previsional funcionara por siempre esto último no es cierto, en tanto siempre habrá un trabajador activo pagando al nuevo jubilado. Si, en cambio, en algún momento del futuro vivimos una nueva reforma hacia un régimen de capitalización, lo que hoy entra al gobierno alguien deberá pagarlo.

miércoles, agosto 04, 2010

¿Encontró el Kircherismo la formula de la felicidad?

El secreto objetivo de los últimos dos posts no ha sido otro que ser una extensa introducción a este que busca contestar la pregunta retórica con la que cerrara el primero ¿Por qué la inflación, a pesar de ser un proceso particularmente regresivo por su concentración en alimentos y bebidas, no es prioritaria en la agenda política de problemas a resolver?

Mi respuesta corta es “porque aún no es una demanda prioritaria de la población, que todavía no sufrió su impacto negativo”. Permitanme desplegar, sin embargo, la menos concisa pero más carnosa respuesta larga. ¿Qué ha sucedido durante el Segundo Kirchnerismo* para que la población no sienta el impacto de la inflación? .

Voy por partes

En primer lugar, y a diferencia de lo largamente anticipado, la inflación no ha tenido aún un impacto negativo sobre los salarios reales sino que, incluso, la tendencia que se observa desde hace algunos años es la opuesta, de la mano de la apreciación real y su impacto en la relación capital/trabajo. Haciendo malabares con la poca información disponible (que a quien interese puedo describir en los comments) reconstruí para 2008 y 2009 la serie que pueden ver en el siguiente gráfico.
Frente a un PBI nominal que habría crecido entre 75% y 80% entre 2006 y 2009, la masa salarial de los trabajadores registrados mostró un incremento del 118%, incremento que es difícilmente falsificable en tanto surge de los datos de la AFIP. El correlato es la suba de 8% en la participación de los trabajadores formales en el PBI de 36% a 44% (+- 1%)..

¿De dónde salió y a donde fue ese 8%(+- 1%)?

En primer lugar, 3% de los 8% (+- 1%) fueron al Estado a partir de la suba en los aportes (que pasaron del 7% al 11% del sueldo bruto) en tanto el 5% restante (+- 1%) fue al bolsillo del trabajador en blanco. A partir de aquí la cosa se pone más escabrosa, en tanto la información disponible escasea.

¿Este 5% (+- 1%) surge de haberle quitado participación a los trabajadores en negro y cuentapropistas o al excedente bruto de explotación (el capitalista)?

La evidencia aislada da señales de que la respuesta es que a ambos. En primer lugar, el año/año y medio de recesión afectó particularmente al empleo informal, incluso en las estadísticas oficiales, lo cual nos da una pauta de que habría cedido terreno. Sin embargo, por otro lado, la apreciación real y el cambio en la composición de recaudación de impuesto a los ingresos vis a vis los impuestos a la masa salarial (cosa que mostraré en otro post) implican que también el capital perdió participación.

Posiblemente, lo más cercano a la verdad sea decir que ese 5% (+- 1%) de ganancia de los registrados se repartió 50%/50% entre capitalistas e informales. Entonces, lo que tenemos hasta aquí es que parte del impacto negativo de la inflación ha sido compensada con una mejora en la distribución primaria del ingreso, particularmente en el sector registrado formal.

Sin embargo, esta es tan sólo la mitad de la explicación. La segunda parte está asociado a la fuerte expansión del estado de bienestar durante estos últimos años. El gobierno, con la moratoria previsional y la AUH, puso en marcha programas de transferencias para alrededor de 5 millones de personas con un costo fiscal directo de unos $ 27 mil millones de pesos. La combinación de ambos hechos, implicó una compensación a lo principales perdedores por la inflación: los trabajadores informales (perjudicados por los cambios en la distribucion primaria) y los ancianos.

En particular, la AUH ha sido especialmente eficiente en combatir la pobreza entre los más pobres, esto es, aquellos que no se mueven en el entorno de la línea de pobreza (de allí que en este gráfico la tasa de pobreza no experimente grandes cambios)
(Nota: El impacto social de la moratoria previsional ha sido, a mi entender, largamente sobrestimado, en tanto al menos el 60% de los $ 20 mil millones se dirigió hacia población no pobre, muy distinto a lo sucedido con la AUH, con la cual $ 7 de cada $ 10 fue a un hogar del primer o segundo quintil. Esto no implica, claro, que no haya sido una de las mejores medidas del gobierno)

En conclusión ¿Qué es lo que tenemos?

Argentina entró hace un lustro en un proceso inflacionario de especial impacto regresivo por haber sido acompañado por un notorio encarecimiento relativo de los alimentos. Sin embargo, la combinación de una mejora en la distribución primaria y un mayor despliegue del Estado de Bienestar compensaron los impactos negativos dejando a los indicadores sociales en niveles similares a los de 2006**.

Hete aquí, entonces, porque la inflación no está entre las primeras prioridades de la población. Sin embago, la nueva pregunta que surge desde aquí es ¿Encontró el segundo kirchnerismo la formula de la felicidad? ¿Cuál es la debilidad de este “modelo” económico y social existente desde 2006? ¿Quién está pagando la inflación?

Atte

Ele

*Yo dato el inicio del segundo kirchnerismo en algún momento entre la moratoria previsional de 2006 y el día del * de 2007. Habrá que ver si a comienzos de 2010, luego del Redrado-gate, finalizó esa etapa y empezó la tercera o si, en cambio, viviremos hasta fines de 2011 en el segundo.

**Vale aclarar que durante el periodo la economía creció alrededor de 15%

martes, agosto 03, 2010

La comida por sobre todas las cosas II

En el post de ayer mostraba como el problema inflacionario en Argentina es doble, en tanto no sólo suben los precios muy por encima del promedio mundial, sino que además está suba es liderada por la inflación de alimentos, explicada por una combinación de factores macro y microeconómicos, y por otro lado, locales e importados.

Una parte de la historia que contaba ayer es compatible, al menos en sus hechos estilizados, con aquella que entiende la inflación actual como la suma de un shock externo propagado por características estructurales del país, cuyo correlato es, justamente, un cambio en los precios relativos de los alimentos. En este marco, una forma valida de ponderar la importancia de los factores externos y los internos es poner la situación argentina en perspectiva regional, en tanto el shock en el precio de los commodities afecto horizontalmente a toda la región.

Los siguientes cuatro gráficos, amuchados para que ocupen poco espacio, repiten el ejercicio* de comparar alimentos vs no alimentos para cinco países de América Latina (Brasil, Chile, Colombia, Perú y Bolivia), tomando cuatro ventanas temporales para minimizar el impacto de la elección del año base (antes de la devaluación de 2001, 12 meses después, mediados de 2006 y de 2008).

Puede hacer click para verlos más grandes.


Hay muchas historias para contar con estos gráficos.

En el primero se ve como, si tomamos como referencia el periodo pre-devaluación, el precio relativo de los alimentos en Argentina acumula casi 40 puntos de diferencia respecto al segundo. Si, en cambio, ignoramos el efecto de la devaluación (gráfico 2), la brecha se achica a 12 puntos respecto a Bolivia, aunque se mantiene en al menos 25 puntos respecto al resto de los países. Llama la atención en ese gráfico el comportamiento de Brasil que  tiene hoy el mismo precio relativo de los alimentos que cuando Lula asumiera, a pesar de haber sufrido el mismo shock externo negativo.

La cosa se pone más jugosa si nos paramos en el periodo inmediato previo al boom de precios internacionales (gráfico tres). Argentina comienza su escalada de ascensos durante 2007, para ser superado finalmente por Bolivia que resultaría el país más afectado de la región. A comienzos de 2008 la inflación relativa de alimentos en Argentina y Bolivia era entre 10 y 15 puntos más alta que en los otros países de la región. Recuérdese que Argentina contaba (y cuenta aún) con una batería de medidas con el objetivo explicito de evitar que esto pase, medidas que van desde las retenciones, pasando por los cierres de exportación o los subsidios a la producción, entre otros.

Recién a principios de 2009, y luego de un nuevo salto en el precio relativo, Chile convergería a los valores de Argentina. Noten como entre fines de 2007 y principios de 2008 en Chile se repite la pancita que se ve en Argentina. ¿Será que la suba de esos meses estuvo asociada a algún vaivén internacional y no a la crisis del campo? Mi recuerdo de esas épocas me dice que no. Lástima que no tenemos data desagregada del IPC para analizarlo más en detalle y debamos recurrir a estas especulaciones.

Sin embargo, el comportamiento vuelve a diverger si tomamos mediados de 2008 como referencia. Bolivia revierte en parte la suba inicial y el resto de los países mantiene un comportamiento estable en tanto en Argentina se observa un nuevo round de subas relativas que aleja 10 puntos porcentuales adicionales al país de la región.

Permítanme entonces hilar algunas conclusiones de lo que creo ver hasta aquí (ruégole, lector amigo, me deje en un comment si usted interpreta otra cosa).

Parte de los aumentos no tienen correlato en la región, en particular los asociados a la evolución de la paridad cambiaria (2002 y en cierta medida 2009) y a los shocks de oferta locales (crisis del campo en 2008, de carne y leche en 2007, de carne en 2010). En relación al shock común de 2007 tenemos que (i) Argentina fracasó en su intento de desvincular los precios domésticos de la situación externa (ii) el impacto del shock en Argentina fue mayor que en la mayoría de los vecinos, que absorbieron mejor el cambio internacional de precios relativos (ii) en aquellos países donde el precio relativo de los alimentos subió en niveles similares a los locales, esta suba no se transformó en un proceso inflacionario como el que se observa aquí.

Entonces. Usted que cree ¿Sobrevive la idea de inflación importada + propagación por puja a la data mostrada en el post?

Atte

Ele

*lo que ven en cada gráfico es (Precio relativo en T) / (Precio relativo año base) * 100, donde Precio relativo = (índice de alimentos) / (índice de no alimentos)

lunes, agosto 02, 2010

La comida por sobre todas la cosas

Genérico patalea cada vez que levanto algo de Analytica para hacer un post, pero la única verdad es la realidad y lo cierto es que si no aprovecho las economías de escala, existe un riesgo tangible de que ESC termine muriendo por inanición.

Hace un par de meses estamos trabajando sobre lo que muy originalmente hemos denominado el IPC-Analytica, una estimación propia de la inflación construida aplicando algo de econometría sobre los datos de las reparticiones estadísticas provinciales (más detalles aquí). Una de las ventajas de esta metodología es que puede aplicarse a niveles mayores de desagregación que “Nivel General”. Así, por ejemplo, podrán ver en el siguiente gráfico la estimación del capítulo “Alimentos y Bebidas” pre y post intervención.

(La estimación de la Canasta Básica es incluso mejor, pero ese es otro post)

El gráfico muestra, entonces, como los alimentos tienen una tendencia creciente de 5% a 15% entre 2003 y 2005, como comienzan a descender durante el año de los acuerdo de precios (2006), como crece durante 2007 acompañando el boom de precios internacional, tendencia que se quiebra en septiembre 2007 para reiniciar durante la crisis del campo, cuando alcanzaría su máximo de 45% interanual y, finalmente, como desde mayo de 2009 reinicia su tendencia ascendente pegando un salto a comienzos de 2010 con la crisis de la carne.

Ahora bien, que pasa cuando comparamos el precio de alimentos y bebidas contra el de todo lo demás (la “core inflation”)

El gráfico anterior permite ver más claramente los distintos periodos.

El primero de ellos coincide con la salida de la convertibilidad. Cómo hemos debatido hasta el agotamiento en estos pagos (con poco éxito en la construcción de consensos, dicho sea de paso), el correlato natural de un tipo de cambio elevado es el encarecimiento relativo de los transables y, entre ellos, los alimentos. En 2002, cuando todo crecía un 32%, los alimentos lo hacían al 60%, efecto regresivo clásico que los estructuralistas conocen al menos desde hace medio siglo.

El impacto de la suba de precios internacionales se observa desde mediados de 2006. En 2007, por ejemplo, si la “core inflation” era de 15%, la de alimentos ascendería a 35%. Un tercer periodo (que no es obvio que pueda separarse del anterior) se produce, tras un trimestre de calma, durante los meses de la crisis del campo, cuando los precios internacionales comenzaban a descender. Entre febrero y julio los alimentos crecían otro 17% adicional, mientras la core no superaba los dos dígitos.

El cuarto y último periodo, arranca a mediados de 2009 y aún no ha finalizado, con un crecimiento acumulado de 28% en el precio de los alimentos frente a un 14% de la inflación nucleo. Esta nueva escalada contiene, a mi entender, dos subperiodos. El que va de junio a diciembre, correlato del 25% de depreciación de la moneda del periodo previo, y el de diciembre a junio, contracara de la crisis de la carne que, como nos contaban acá es la tormenta perfecta que combinó (i) crecimiento de la demanda por la recuperación y la AUH (ii) la caída de stocks vacunos por la liquidación previa (iii) el pase de un ciclo de liquidación a uno de retención, y (iv) la caída de la parición y la mortalidad como por la sequía de 2009.

¿Qué obtenemos al analizar la actual situación de los alimentos en perspectiva histórica? Si el siguiente gráfico no le hiela la sangre, usted no tiene corazón.
El precio de los alimentos, en relación al del resto de la canasta de consumo, se encuentra en su máximo al menos de los últimos 33 años.
De esta manera, una primera aproximación (que será enriquecida en el futuro con más detalles sobre cada uno de los episodios) nos dice que el encarecimiento relativo de los alimentos incluye explicaciones macroeconómicas (la estrategia cambiaria), microeconómicas (la crisis de la carne vacuna y su impacto en otros mercados) y exógenas (el cambio en el precio relativo internacional). Un mix para todos los gustos.

La conclusión, sin embargo, es la misma, Argentina no sólo está inmersa en uno de los procesos inflacionario más importantes del planeta, sino que es uno caracterizado por su particular impacto regresivo. ¿Por qué razón creen que coincide en el tiempo con el quiebre de la tendencia descendente en los indicadores sociales aún a pesar de los importantes recursos asignados a política social desde entonces?

Claramente, somos como el sapo en el agua hirviendo ¿Qué es lo que debe pasar para que la inflación se vuelva prioridad en la agenda de nuestra clase dirigente (oficial y opositora)?

Atte

Ele