lunes, abril 05, 2010

¿Cuál es la definición de la locura?

En un mundo cuya principal preocupación nominal es la deflación – esto es, la caída del nivel general de precios – Argentina brilla al escaparle a la regla y tener instalado en la agenda los impactos que la inflación tiene sobre la economía y la sociedad.

El impacto más mencionado es el redistributivo. La inflación implica transferencias de stocks y flujos de recursos regresiva. Esto es, el impacto negativo sobre un segmento de la población es inversamente proporcional a su capacidad de indexar su fuente de ingresos y su riqueza o, dicho más simplificado, la inflación afecta más a los pobres que a los ricos.

Ahora bien ¿Cuál fue la magnitud del impacto regresivo de la duplicación de precios del último lustro? Indekgate mediante, nadie lo sabe, ni siquiera el gobierno.

Mi sensación general es que, si bien la tendencia al deterioro de los indicadores sociales es unidireccional, el impacto negativo no ha sido todavía demasiado importante. Las mediciones “informales” de pobreza, indigencia o distribución del ingreso muestran que, en 2010 y tras otra media década perdida, Argentina presenta un patrón similar al de 2006.

El factor principal que contuvo el empeoramiento de la situación social desde 2007 ha sido la política social del kirchnerismo. En particular la moratoria previsional de fines de 2006 y la asignación universal de 2009 explican, en conjunto, una reducción de la pobreza de entre 3.5% y 4,0%.

Este resultado positivo de la política social, sin embargo, debe ser interpretado con precaución. El kirchnerismo cambió un “modelo 2003-2007” con resultados sociales positivos endógenos (con bemoles que ya hemos mencionado varias veces pero que no vienen al caso) por uno versión 2010 que tan solo evita el deterioro a través de una dinámica fiscal riesgosa. Estos riesgos, como decíamos acá, surgen no sólo de su prociclicidad sino de la debilidad de sus fuentes de financiamiento.

Viendo hacia adelante, el segundo modelo K no parece haber alcanzado su límite. El canje de deuda que se acerca, y la probable apertura a nuevas fuentes de financiamiento en los mercados financieros darán oxigeno a las agotadas arcas fiscales. Aunque comprando un problema a futuro, es posible que el gobierno logre contener el deterioro social hasta los comicios del año que viene. (nota al pie: en este contexto, la necesidad de la oposición de rever sus estrategias discursivas es urgente)

Entonces, el hecho de que no haya impacto social tangibles ¿Implica que la inflación no es un problema?

No. Claro que no. Obviamente que no. La historia inflacionaria argentina nos obliga a ser responsables y a mofarnos, por irrisorios, de argumentos del tipo “Argentina puede tolerar una tasa estable de inflación de entre 10%/20% si con ello sostiene el crecimiento” (como si existiera algo así como una tasa estable de inflación de 10%/20%). De no controlarse, Una inflación ascendente con un piso del 20% como la actual tendrá inevitablemente un impacto negativo en las tasas de crecimiento de mediano plazo (y con ello en las situación social de la Argentina de 2015).

Las razones son múltiples y conocidas. Entre otras:

La inflación deteriora, una vez que la población incorporó la indexación, a las cuentas fiscales y con ello a la capacidad de sostener un estado de bienestar. El famoso “Efecto Olivera-Tanzi” según el cual el gasto público tiende a ajustarse más rápido que los ingresos fiscales (que se miden sobre una transacción hecha con un nivel de precios menor).

La inflación valoriza las actividades de apropiación de rentas y con ello el lobby estéril. En un contexto inflacionario, el que no se prende en la rosca, pierde. Prenderse en la rosca, obviamente, implica recursos y tiempo o, como diría De Pablo, implica que el sector privado este ocupado y no trabajando. La inflación nos obliga a estar preocupados por la inflación. A estar hablando de inflación y debatiendo sobre la inflación.

La inflación agrega un factor de incertidumbre a cualquier decisión económica que implique un compromiso en el tiempo. La inflación viene con cambios constantes en los precios relativos y los precios relativos son el factor más importante en cualquier negocio. Se deteriora, así, la calidad y cantidad de la inversión

La inflación vuelve borrosa a la información, acortan la duración de los contratos e implica transferencias caprichosas de stocks entre acreedores y deudores, inviabilizando el sistema financiero.

La inflación impacta negativamente en la inserción comercial externa. En un mundo de Cadenas Globales de Valor (suficientemente distinto del de la década del 60 como para animarse a analogías simplificadoras), la incapacidad argentina de establecer contratos de mediano y largo plazo inevitablemente tendrá un impacto negativo (salvo, claro, en los mercados commodities donde los contratos no importan).

(¿Qué más? ¿Qué olvidé? invito en los comments a que me ayuden a completar la lista)

Y sobre todas las cosas, la inflación aburre, agota. Que a menos de 20 años de nuestra última hiperinflación haya espació para la duda respecto a sus potenciales daños pone en evidencia la pobre, pobrísima capacidad social que tenemos para aprender de nuestros errores

Sin más, saluda atte

Ele

martes, marzo 30, 2010

Winds of Change

La reciente recomendación del Coek y la confirmación del amigo Escriba de hace unos días es señal inequivoca de que se vienen tiempos interesantes. (¿De autocrítica? ¿Exponemos todos la yugular?)

Hace dos años, cualquier recomendación de utilización del ancla cambiaria como herramienta antiinflacionaria era, en la más sutiles de las versiones, acusadas de neo-noventismo voraz. Por el contrario hoy, estas posturas, se escuchan hasta en los más fervientes defensores del "Modelo de Tipo de Cambio real alto y estable" (TCRAE).

(Este servidor lo habia dicho acá (1, 2 y, 3), pero es lo suficientemente humilde como para no andar haciendo autobombo)

El proceso de transición es tangible, e implica (o implicará), sin un orden especifico, reconocer que...

(1) ... en un modelo de TCRAE no hay sólo y siempre ganadores, sino que alguien lo paga. (simplificando el punto al extremo, diría que el impacto es casi siempre regresivo, TCRAE = salarios bajos)

(1 bis) ... la canasta de consumo es lo suficientemente diversa como para que alcance el desdoblamiento de dos o tres commodities para protegerla de una moneda débil (Thesis pending).

(2) ... que jugar con el tipo de cambio puede generar presiones inflacionarias y que cuando despegan es una herramienta estabilizadora fundamental.

Y en algun futuro cercano

(3) ... que su impacto sobre la salud de la cuenta corriente y en particular sobre la dinámica de las exportaciones es mucho menos importante de lo que se suele creer. Esto es, que no alcanza con tocar el precio del dolar como para transformar una estructura productiva de desquilibriada a equilibrada.

¿Iremos convergiendo al Consenso del Bicentenario?

Happy Pesaj y/o Pascuas, según corresponda.

Atte

Ele

lunes, marzo 22, 2010

Inflación Verdadera

Alguna vez recuerdo que dijo Heyman "El problema del TCR alto es cuando los no transables corren a buscar a los Transables"

El siguiente gráfico describe la evolución desde 2005 a la fecha del precio per cápita de la canchita de futbol donde Elemaco y los muchachos despuntan el vicio todos los domingos.

Si en 2006 y 2007 alcanzaba hacer un ajuste por año. en 2008 hicieron falta dos y en 2009 tres. Cualquiera que haya escuchado a Frenkel diéz minutos, reconocerá en el patrón que se observa como, sin prisa y sin pausa, Argentina se encamina hacia un Régimen de Alta inflación.

La inflación, como también explicaba Heyman, es siempre del 5%...lo que cambia es cada cuanto.

Así estamos.

Feliz Lunes

jueves, marzo 18, 2010

Estamos todos

Ahora si, arrancó la BEA. Bienvenido Levy Yeyati a la Blogosfera Económica Argentina

martes, marzo 16, 2010

¿Quién Lo Dijo?

¿Fuí yo el que dijo esto? ¿seguro? a mi no me parece. O ¿habrá sido él?. Mmm... la verdad, no lo sabemos.

Pero, antes de avanzar un poco más, hagamos un pequeño interregno. Al parecer, a amigo Postino no le cerró mucho el estimador de Utilización de Capaciada Instalada (UCI) de nuesto post anterior, entonces para ampliar el cuadro, actualizamos un viejo excel que andaba por ahí.

Básicamente, calculamos cuál es el nivel de producto máximo para cada año desde 1990, sí la tasa de desempleo fuese del 5% y la utilización del stock de capital total de la economía del 75%. Estos valores son arbitrarios ya que sólo buscamos darnos alguna referencia para guiar el análisis, ya que como bien comentaba Hector en algún post anterior, el máximo de utilización del total de factores disponibles es inherentemente inobservable. El gráfico que sigue muestra la dinámica del PIB efectivo* y el potencial aquí estimado:
Estimado de esta forma, podemos definir el nivel de UCI de toda la economía, como la relación entre el PIB observado y el PIB potencial. De acuerdo a esta formulación, resulta evidente que dadas las tasas de desempleo existentes durante los noventa, los máximos de producción de la convertibilidad se dieron con niveles de utilización bajos. Asimismo, la UCI alcanzó en 2008 un máximo de 97,1%, para caer en algo más de 5 p.p. durante 2009.Un punto de nuestra definición de "PIB potencial" que puede molestar a los amigos liberales y ortodoxos es que se excluye toda referencia a la tasa de inflación para las cuentas. Hoy en día, la moda dicta que el máximo de producción sostenible, es aquel que no acelera la tasa de inflación. Respecto de este punto, nuestro gráfico que sigue muestra la relación entre PIB e inflación. Sin bien son pocos datos, y la correlación parece nada robusta, se observa que desde 2006, el sostenimiento de altas tasas de utilización de la capacidad se dieron en compañía de mayores y crecientes tasas de inflación:Vale notar que a diferencia de lo que parece indicar Elemaco aquí, la oferta total de la economía no es una cosa fija, sino que esta evoluciona en el tiempo. Incorporando una variación en el PIB potencial del 3% para 2010, llevar los niveles de utilización al 100% (esto no ocurre en toda la serie de los últimos 20 años) implicaría un crecimiento real del PIB del 11-12% en todo el año. Claramente, si la correlación se sostiene, esto sería acompañado por una fuerte aceleración en los precios.

La pregunta que me sigo haciendo es, sí tiene sentido impulsar la actividad económica fuertemente desde el sector público, cuando en medio de una fuerte inercia inflacionaria, el PIB igual estaría creciendo cerca de un 5%. O dicho de otro modo, si no será que todo el impulso fiscal se lo comerá una mayor tasa de inflación.

Saludos,
Genérico

* Al PIB efectivo de 2009 lo hicimos caer un 3% anual.

lunes, marzo 15, 2010

La macro no se negocia

Mis tres años de práctica profesional, cuyo inicio coincide, minutos más minutos menos, con el momento en el que abrí este blog, me han convencido de algo. La teoría macroeconómica funciona. Hay, como diría el Pepe Mujica, un par de reglas macro que no sólo son conceptualmente intuitivas sino empíricamente ciertas. La micro la charlamos, la macro no se negocia.

Una de esas reglas es que existe un límite a la capacidad de la política expansiva (fiscal y monetaria) para impulsar la actividad económica. El límite es físico. La estructura productiva no puede siempre pegar saltos caprichosos hacia adelante. El límite no sólo está en la disponibilidad de insumos de producción (mano de obra, capital, energía, materias primas, etc) sino en el tiempo que necesita el sistema para reasignar los recursos.

Una economía llegando a su límite se manifiesta de dos maneras: inflación e importaciones. Viendo la combinación de ambas series para Argentina y la evolución de los indicadores de empleo que, desde principios de 2007, no mejoran ni un centímetro, hay indicios claros de que cerca de esa fecha, Argentina alcanzaba el límite
(Nota, la serie oficial de desempleo de la EPH tiene dos feroces dibujos en los valores de 2007q4 y 2008q4. En breve subo un post justificando la corrección que muestro en el gráfico)

Todo sería mucho más complicado si el rebrote inflacionario e importador no coincidiera con un impulso fiscal y monetario fuertísimo en una economía no muy alejada de su “producto potencial de corto plazo” (que no se cual es pero sé que está ahí). Podría, si las relaciones más elementales de la macro no se cumplieran, recurrir al argumento de los oligopolios, al del precio de los commodities o al reacomodamiento de precios relativos. Pero no. Están ahí. Se cumplen. O, mejor dicho, o se cumplen o la coincidencia es sorprendentemente oportuna. (click para agrandar)

Así, desde 2007 (con excepción de 2009 cuando la brecha en el producto reapareció), entramos en un sendero de políticas expansivas con bajo impacto en la actividad económica.

El problema es que los costos de buscar violar esa primer regla de la macro no se limitan a la inflación o a las importaciones, lo cual nos acerca a la segunda gran regla macro. La política fiscal está vinculada con su propio pasado y con su futuro o, como decimos los economistas, requiere cierta consistencia inter-temporal. El vínculo es relativamente simple. Independientemente del impacto que tenga sobre el producto, un año podes gastar sin financiamiento genuino, pero la capacidad de financiarte se complica a medida que mantenes el comportamiento irresponsable en el tiempo. Eventualmente chocas con el default o, sobre todo, con el  impuesto inflacionario..

Los seis años de gobierno de matrimonio Kirchner coinciden con el del mayor aumento en los recursos del sector público nacional de toda la historia económica argentina. Vean el siguiente cuadro, donde no se tienen en cuenta aquellas presidencias de menos de un año. Nunca como en la actual una gestión vio incrementarse tanto sus recursos respecto a la anterior. Los 3,5% de recursos adicionales promedio (que esconde una suba de 4.5% de 2003 a 2009) se ve secundado tan sólo por el 1.89% adicional de Ongania-Lanusse, el 1.83% de Illia y el 1.59% de Alfonsin (que tuvo su primavera).

Sin embargo, y a pesar de este fenomenal e inédito crecimiento en los recursos, la gestión K ha puesto nuevamente en jaque la consistencia intertemporal fiscal, impulsando a una economía que ya no muestra una brecha demasiado importante entre su producto efectivo y potencial.

El gasto total creció de $ 131 MM en 2003 a $ 267 en 2009 (en pesos de 2009). Sabemos adonde fue la plata. 1 de cada 2 pesos de destinaron al vergonzoso esquema de subsidios que buscó sostener ese mundo virtual y mediático de tarifas bajas y combustible barato. La pregunta es ¿De dónde sacó el ejecutivo los $ 136 MM adicionales?

Existen cuatro y tan sólo cuatro formas de financiar el gasto público (si encuentra una quinta, habrá violado la primera ley de la termodinámica). A saber, en orden decreciente de sostenibilidad (i) impuestos (ii) endeudarse (iii) emitir moneda y (iv) liquidar stocks (por ejemplo, privatizar). Todas tienen su analogía en algún movimiento contable (si cae el patrimonio neto o sube el patrimonio neto o cae el activo o sube el pasivo). En el siguiente cuadro podrá ver cuál fue la composición del financiamiento entre ambos períodos.

De los $ 136 MM:
1) $ 4 MM (3%) surgieron del flujo de ahorro que el gobierno tenía en 2003

2) $ 50 MM de ingresos tributarios (37%), la que personalmente considero la fuente más genuina de ingresos. De ellos, $ 8 MM pueden atribuirse al aumento de las alícuotas de retenciones de 2007 que, aunque polémicos, creo que corresponden también a la categoría de “genuinos”

3) $ 51 MM (38%) llegan de las contribuciones a la seguridad social, donde $ 6 MM corresponden a la estatización de las AFJP (su flujo, y no su stock) que, aunque también polémicos, son genuínos. $ 5 MM (4%), sin embargo, son ingresos transitorios que tenderán a desaparecer desde 2011, de jubilados que pagan cuotas por la moratoria previsional de 2006.

4) $ 23 MM (17%) corresponden a diversas formas del impuesto inflacionario y al pago que el FMI nos hizo hacia fines del año pasado. Puro financiamiento transitorio, espurio y regresivo.

5) $ 7 MM (5%) restantes fuero liso y llano desahorro

Note el lector como la suma del desahorro, el impuesto inflacionario y la moratoria previsional alcanza los $ 35 MM. Así el 25% del incremento del gasto público y 13% del gasto total es financiado a partir de recursos “no genuinos” y/o transitorios, lo cual inevitablemente genera un problema intertemporal.

¿Es esto un problema serio? No debería serlo, pero lo es. 2.5% puntos del PBI de colocaciones en los mercados durante un par de años no genera ningún problema de sostenibilidad en una economía creciendo al 3%/4% pero, como sabemos, el segundo tipo de financiamiento, intervención del INDEC mediante, está hoy vedado.

En cambio, optamos por la vía inflacionaria, la tentadora y regresiva vía inflacionaria.

Y así, la castidad de las reglas de la macro descansan invioladas y los cauces naturales siguen su camino. La inevitable jaqueca de domingo de una expansividad innecesaria y esteril nos arrincona en las siempre poco felices opciones que nos deja la realidad de una economía que, si uno la dobla demasiado, se rompe.

La solución, por suerte, no parece ser demasiado compleja. “Descremar” un poco el gasto y reabrir los mercados voluntarios de bonos. La buena noticia es que en un año de 4%/5% de crecimiento la corrección de estos desequilibrio no debería traer problemas. La mala es que hay que apurarse, porque mientras nos peleamos por el FoBic se acerca 2011, y sus U$S 20 MM de vencimientos de la deuda.

Atte

Ele

sábado, marzo 13, 2010

Ternura canina descontracturante

Muy serio anda este blog ultimamente. Mucha economía, mucha crispación. Nada mejor que un poco de ternura canina para descontracturar.

miércoles, marzo 10, 2010

Cerrando Brechas

Una pregunta relativamente obvia de caras a 2010, es si existe la necesidad de seguir impulsando la economía por el lado del sector público. La otra claro esta, es como se financia esa expansión. Respecto del primero punto, nuestra posición había sido clara respecto de la necesidad de sostener el sesgo fiscal expansivo durante el año donde mayor impacto tuvo la crisis internacional.

Sin embargo, para el año en curso tenemos serias dudas respecto de la necesidad de seguir cebando la demanda por parte del sector público. Por ejemplo, informes que leemos por ahí, sostienen que para este año, la expansión del gasto privado será más que suficiente para garantizar un crecimiento del PIB superior al 5% anual. Nada mal.

Por eso, lo que sigue son una serie de cuentas "back-of-the-envelope" para cuantificar de algún modo más o menos claro cuál es el crecimiento "máximo" que podría implicar el choque fiscal en 2010.

Vamos por el principio. De acuerdo a los números de ESC(R), el PIB habría caído muy fuerte a partir del segundo semestre de 2008, y encontrando un piso durante los primeros tres meses de 2009. Así, y aunque en términos interanuales el producto cayó durante todo el año, la tendencia insinúa la recuperación para este año.
Las supply-side economics tienden a poner demasiado (todo bah!) énfasis en que el crecimiento de largo plazo esta explicado sólo por lo factores del lado de la oferta. Nosotros, por el contrario miramos otras cosas en este debate. Sin embargo, resulta relativamente evidente que aún cuando la demanda tire el crecimiento de mediano plazo, en el corto, existe una oferta que limita ese crecimiento. Por ejemplo, como muestra en el gráfico que sigue aún con todas sus contras, este esquema macroeconómico llevó la tasa de desempleo a valores inferiores a los dos digitos*, y si bien la crisis implicó una suba en el desempleo, este es todavía es bajo si se lo compara con la historia reciente.

Por otra parte, la utilización de capacidad instalada industrial** (o uso del capital) también mostró una contracción suave durante la crisis, pero se estaría acelerando de forma rápida en la primera parte del año revirtiendo esa tendencia y operando cerca de los máximos históricos para toda la serie desde 1988.
Hagamos entonces las cuentas tontas que dijimos al principio del post. Asumamos, en pos de la simplicidad, que la tasa de desempleo friccional es del 5%. Más allá de cualquier chamuyo teórico, para cualquier Gobierno llevar la tasa a ese nivel sería del todo un golazo. Postulemos además, que el promedio móvil 12 meses de la utilización de capacidad instalada no va más allá del 75%. Otra vez, todo un hito para la historia reciente.
El gráfico anterior muestra entonces, cuál sería la situacióna actual de utilización de los factores respecto de los valores definidos como "máximos". Se percibe claramente como durante el modelo convertible, el ""excedente"" de trabajo era brutal. Por otro lado, se entiende también, dada la capacidad ociosa, la época feliz del Kirchnerismo. Ahora bien, si medimos para el cuarto trimestre de 2009, la distancia entre los valores observados y los máximos nos da que la UCI esta un -3% y el empleo otro -3,1%. Por lo tanto, si asumimos que estas brechas se cierran en 2010, como máximo, se puede esperar un aumento del PIB algo superior al 6% i.a.

Claro, esto no es todo lo que impulsa el crecimiento. Podemos sumar a este 6% un nada despreciable aumento de 2% en el residuo, daría que el techo para el crecimiento de 2010 estaría en algún punto cercano al 8% i.a., sólo 3 puntos porcentuales por sobre la estimación de crecimiento actual.

Volviendo por un rato a la bandera sueca, ¿cuál es el impulso nominal que sustenta una respuesta adicional real de 3 p.p. del PIB? o siendo más específicos, ¿Hay, dada la situación actual de utilización de los factores, espacio para que exista alguna respuesta real al impulso nominal-fiscal?. Sabemos que sí la respuesta a esta pregunta es negativa, la resolución de todo el choque nominal será... nominal!

Dejando sólo un par de dudas. Os saludo.

Genérico.

* Todavía no me queda en claro si esta truchado o no el dato de desempleo.

** Idem con la UCI. En cualquier caso, sí la tasa de desempleo es más alta y/o la UCI más baja, más espacio para impulso monetario habrá... ¿o no?


viernes, marzo 05, 2010

Máxima

Creo que hasta ahora no lo había dicho en público. Pero esta cosa de Elemaco me hizo recordar mi ley motiv de 2010. Acá va:

"Todo aquel que use el término "crispación" para definir la actual coyuntura política, esta en las antípodas de mi posicionamiento ideológico"

Ya lo sabes Elemaco, vos, como Sam, sos contra mío.

Saludos y buen fin de semana.
G.

PD: ¿Y si volvemos a la economía y dejamos esto para charlarlo birra de por medio?

jueves, marzo 04, 2010

Crispación

No es la economía, ni "el modelo", ni el tipo de cambio alto, ni el déficit fiscal, ni la quema de recursos fiscales  caros para combustible barato, ni el impuesto inflacionario de 75% en 3 años, ni el INDEC, ni la crisis del campo, ni Moreno, ni los Skankas y Antoninis, ni las instituciones y la república, ni la estatización de las AFJPs, ni el Mercosur moribundo, ni las candidaturas testimoniales, ni los DNUs cambiando Fobic por Fo"v"ic, ni el futbol que garpamos todos. Todo suma, pero no es nada de eso.

Es ideológico. Es profundamente ideológico.

Y no es derechas o izquierdas, o tal vez si lo es, no lo sé. Tal vez siempre estuve equivocado con eso de las derechas e izquierdas. Tampoco es el rol del Estado en la economía, ni el republicanismo ni las instituciones. 

Es la visión radicalmente distinta de cómo funciona el mundo. La peor herencia de los k será el habernos acostumbrado al conflicto, convencido de que la polarización es necesaria, de que lo común es la suma cero y que la transición a ese mundo virtuoso es agresiva y "crispada".

En economía, como me enseñó el más vivo de los homos Hay almuerzos gratis. En economía pueden ganar todos,  hay complementariedades, externalidades, economías de escala, aprendizaje, producto ocioso, tortas que no solo se reparten sino que crecen, y crecen mucho. La contraposición de intereses, la dialéctica, está en todos lados, existe y se puede ver y tocar, pero es una parte minúscula, insignificante, de la dinámica que mueve al mundo. Es eso en lo que nos ponemos de acuerdo, y no lo que nos divide, lo que nos acerca al desarrollo.

Al menos eso es lo que me dice mi ideología, o mi fe, o mi religión. No lo sé. No necesita ser racional, ni siquiera consistente. Me alcanza con estar convencido, y hoy estoy convencido.

y si no es así...paren el mundo, que me quiero bajar

lunes, marzo 01, 2010

El impacto de la política social Kirchnerista


No le creo a las recientemente publicadas bases de la EPH. Ni un poco. Intuyo la manipulación, la huelo, la siento, pero no puedo demostrarla. Pululan indicios de alteraciones en casi cualquier cruce que se haga, como las inexplicables evoluciones del salario de los no registrados o de las tasas de actividad y empleo. Sin embargo, hagamos abstracción y juguemos a que les creemos* y a que las estimaciones que obtenemos a partir de la EPH valen. 

¿Cuál ha sido el impacto sobre la pobreza de las políticas sociales del gobierno?

El primer paso es estimar la pobreza actual. El insumo crítico para esta estimación es la Canasta Básica Total que determina a partir de que punto una familia es considerada pobre. No encontrando cálculos recientes de Artemio (la ultima que encontré fue de 2008) arriesgo mi propia estimación, que surge de combinar inflaciones provinciales, las estimaciones de Buenos Aires City y de inflaciónverdadera.com.  Los resultados se presentan en el siguiente gráfico.


Como puede observarse en el siguiente gráfico, para esa canasta básica la pobreza en el segundo trimestre de 2009 habría sido de 25,3%, casi el doble del 13% estimado por el INDEC (3.2 millones de personas). 


Extañamente, se produce, desde el segundo trimestre de 2008 y durante el año de la crisis internacional, una caída de la pobreza de casi 4% a la cual no le creo ni un poco. Sin embargo, y como todos son inocentes  hasta que se demuestre lo contrario, voy a dar esta caida por cierta y continuar, aunque asumiendo el compromiso de seguir quemando valiosas horas de ocio hasta encontrar y medir el tongo. (Algo encontré alrededor de las tasas de empleo e inactividad, pero sin evidencia concluyente, callo)  

Noten que no es para nada neutral la Canasta Básica utilizada. Si en vez de utilizar la que mostrara más arriba usara otra un 10% más baja, 950.000 personas sobre un total de 24.5 millones de habitantes (urbanos) dejarían de ser pobres (3,9%) y 750.000 personas pasarían a serlo si hubiese subestimado la canasta en 10%. 

No es el eje de este post, sin embargo, medir cuanto es la pobreza sino, en cambio, medir cuanto varió la pobreza, así que,  volviendo a lo nuestro ¿Cuál fue el impacto las políticas sociales de la gestión K?

Me centraré en las dos más importantes. La moratoria previsional de fines de 2006 (que aplaudiría hasta que me duelan las manos si no la hubieses podrido 20 meses más tarde con la estatización de las AFJP) y el ingreso universal a la niñez de fines de 2009 (que aplaudo sin peros).

Moratoria Previsional

Para medir el impacto de la moratoria previsional realicé una microsimulación de Montecarlo sobre las EPH. Según se ve en los propios datos, entre el IV trimestre de 2006 y el II de 2009 el número de jubilados crece un 39% (700.000 personas) como resultado de la moratoria que amplió sensiblemente la cobertura del sistema previsional. 75% de ese incremento, aproximadamente, se explica por mujeres mayores de 60 años que cambian su condición de inactividad desde amas de casa a flamantes jubiladas. El 25% restante son trabajadores mayores que dejan de estar activos y se retiran.

El ejercicio para medir el impacto de la moratoria es simple. (1) De manera aleatoria, en cada periodo quito a un número de mujeres jubiladas mayores de 60 años su ingreso por jubilación y las regreso a su condición de amas de casa. El ejercicio se realiza de manera tal que el porcentaje agregado de mujeres jubiladas vuelva a ser el previo a la moratoria previsional (61%). (2) Hecho esto, calculo el nuevo ingreso del hogar y reestimo la tasa de pobreza (3) repito (1) y (2) 100 veces y tomo el promedio de las tasa de pobreza obtenidas. La diferencia entre ese valor y la pobreza original representa el impacto de la moratoria previsional.

Ingreso universal a la niñez

Para medir el impacto de la Asignación Universal simplemente incremente el ingreso en $180 por menor (hasta un máximo de 5 menores) para aquellos hogares que tuvieran un/a jefe de hogar:

1) Desocupado/a
2) Ocupado/a en negro con ingreso laboral menor a $ 1800 (use un valor mayor al que rige en el plan para incluir a aquellas personas que entran igual aunque no cumplan el criterio)
3) Ocupado/a cuentapropista con ingreso laboral menor a $ 1400
4) Ocupado/a en servicio doméstico

Esto me da un total de un millón de personas viviendo en un hogar donde se recibe una asignación (en una cantidad de hogares que no puedo medir porque las nuevas EPH no traen el ponderador de hogares). De este millón de personas, el 60% pertenece a un hogar pobre (el 40% restante posiblemente se encuentre sólo ligeramente por encima de la linea de pobreza). Asi medido, el monto total repartido en concepto de asignacion universal ascendería a $ 4.8 mil millones de pesos anuales.

(Tener en cuenta que esto corresponde tan sólo a la proporción de población urbana, y no considera a los 16 millones de habitantes rurales)

Resultados

Los resultados de ambas estimaciones pueden verse en el siguiente gráfico: (corrí el ingreso universal desde fines de 2008 para que el efecto pueda verse)

Combinadas, ambas políticas indujeron una caída directa de 3.5% en la tasa de pobreza, 1,2% atribuible a la moratoria previsional y el 2.2% restante al ingreso universal. 860.000 personas sobre un total de 6.5 millones de pobres urbanos** (13%) cruzaron la línea de pobreza como resultado de una transferencia directa del Estado

Nada mal, ¿No?

No tenemos todavía estimaciones del impacto en términos de la distribución del ingreso, que prometemos vendrán en breve. La estimación realizada no cambia sensiblemente si utilizamos una Canasta Básica distinta. Para estimaciones con precios 10% por arriba o por abajo del utilizado las diferencias eran despreciables.

Ojalá el Kirchnerismo fuera sólo esto, ¡Con qué alegría lo votaría a Nestor en 2011!

Atte

Ele

*La corrección de la aparente sobreestimación del ingreso de los no registrados, no incluida en las estimaciones de más arriba representa entre 0.5% y 1.5% de pobreza.

**Las estimaciones se realizan sobre un total de 24.5 millones de personas cubiertas en el universo de la EPH.

jueves, febrero 25, 2010

ESC en la bloguera

Tercer intento. Al menos esta vez no abusé de los "Estemmm" y los "ehhhh".



Moraleja para la próxima: ¡no presumir con el manejo de Excel!

miércoles, febrero 24, 2010

DesPIIGizando a España

Más allá o más acá en el debate sobre el estado de la macro, me parce que los tipos más perdidos en todo el desastre español son, sin duda, los del Partido Popular. Por que la verdad, hay que ser bastante poco serio y necio para sugerir que en medio de la mayor crisis de las últimas 4 décadas el sector público debe ajustar sus cuentas.

Volvamos un pasito para atrás. Desde que los problemas en Grecia tomaron a Europa por asalto, han aparecido diferentes voces que ponen a España dentro del denominado PIIGS, grupúsculo cuya función sería asustar a los mercados voluntarios de deuda soberana agitando el fantasma de default.

El temita a tener en cuenta es, que dado el tamaño de la economía española, una crisis fiscal allí sería casi terminal para el sueño del Euro. Entiendo yo que quienes pintan ese escenario tienen en la cabeza esta dinámica del sector público:
Según las proyecciones de la Comisión de Asuntos Económicos Europea, el impulso fiscal español superó el 10% del PIB en 2009 y no se espera que esto revierta en el próximo bienio. La magnitud del actual déficit español es de los más altos de europa y se acerca peligrosamente al registro de Grecia e Irlanda. Mirando esta realidad, el candidato presidencial Rajoy entiende que el gobierno de Zapatero esta hipotecando el futuro de España: ¡¿Alguien quiere pensar en los niños?!.

La pregunta entonces sería ¿Hasta donde es cierta esta conjetura respecto del próximo colapso del fisco español?. Pues anticipando nuestra conclusión central, diremos que de todos los muchos problemas que tiene España, el fiscal dista en exceso de ser el más importante. Veamos sino, como evolucionaría la relación entre la deuda pública y el PIB, aún con un escenario de déficit fiscal cercano al 10% hasta 2011:
Aún cuando el impulso fiscal incrementaría el peso de la deuda, esto sólo llevaría a España al nivel promedio de Europa y todavía se mantendría en 2011 por debajo de Alemania, Francia ó el Reino Unido. Claramente, la situación suena mucho más complicada para el resto de los PIIG: Portugal, Italia, Irlanda y Grecia. Por supuesto, una baja relación deuda a PIB mal administrada puede ser explosiva. Tampoco parece ser aquí el caso:
Los pagos de interéses en relación al PIB se mantendría por debajo del 3% en 2011, muy inferior al más de 6% de Grecia ó el 5% de Italia.

Los conservadores tienden a soprenderme en todas las partes del mundo. La "lógica" de la derecha española es bastante peculiar: Si las familias y las empresas se están apretando el cinturón, es absolutamente disparatado que la Administración central, que el Gobierno de Zapatero se dedique a gastar el dinero de todos los contribuyentes a tontas y a locas, a troche y a moche, hipotecando el futuro de todos los españoles

Por lo tanto, nuestra humilde sugrencia para la castigada España es: Ustedes que pueden, dejen de preocuparse tanto por el nivel de gasto y sostengan el impulso fiscal, y preocupense por lo que realmente debería estar preocupandolos.

Saludos,
Genérico

lunes, febrero 22, 2010

That's 80s show

60 días tardó en convertirse aquella esperanza navideña en mi actual escepticismo sobre la salud de la macroeconomía argentina. En términos reales, no habría razones evidentes por las cuales 2010 deba tener un crecimiento menor al 4%. Sin embargo, muchachos, en términos nominales estamos jodidos.

No creo que exista una relación clara, definida, estable y predecible entre la cantidad de dinero y la inflación, sobre la cual el policy maker pueda calibrar su gestión macro. Igual de evidente me resulta, sin embargo, que, en ciertos contextos no muy distintos del actual, el abuso de la emisión monetaria es inevitablemente inflacionario. Por eso es preocupante que todo indique que 2010 será el año de la maquinita de imprimir billetes.

Dos son las señales en ese sentido.

La primera de ellas es un clásico ochentoso. Durante 2010 el Estado tiene necesidades financieras por unos $80/90 mil millones (7% del PBI), 30/35% aproximadamente por el deterioro de las cuentas fiscales nacionales, 20/25% por los déficits provinciales y el restante por la necesidad de refinanciamiento de diversos pasivos que vencen en el año.

Virtualmente aislado de los mercados de financiamiento voluntarios (en particular los externos), no sería extraño que el gobierno recurriera nuevamente a la utilización de stocks. Varias son las presas disponibles para el predador atento. Por ejemplo, cerca de $20MM esperan líquidos o fácilmente liquidables en el Fondo de Garantía de Sustentabilidad . Carne queda asimismo en los huesos del Banco Nación, donde unos $6/7MM podrían ser convertidos en títulos públicos. Otro tanto espera también en la siempre tentadora caja de las ART, entre otros varios.

Sin embargo, más que los stocks, es el impuesto inflacionario la caja más jugosa al alcance de la mano del ejecutivo. De trasladarse a la recaudación tributaria cada punto de inflación ofrece al fisco recursos por $2,5MM, de hacerlo a la cotización del dólar entre $1,5MM y $2,0MM adicionales se obtendrían como resultado de la revalorización patrimonial de sus activos (Reservas en el BCRA, FGS en la ANSES, etc).

¿Cree usted que el gobierno resistirá la tentación de hacerse de tamaña caja tan solo para salvar la estabilidad y no dejarle una bomba nominal al próximo presidente?

El segundo riesgo de sobreexpansión monetaria es inédita en la historia reciente del país. Argentina tendría, durante el año un resultado de cuenta corriente de U$D 8/10MM, abundancia de dólares que no es difícil ver como atenta contra la estrategia oficial de mantener el tipo de cambio real ligeramente por arriba del de equilibrio.

Cada dólar que entra a la economía debe ser comprado por el Banco Central para evitar la apreciación nominal de la divisa, compra que se realiza a través de la emisión de pesos. Dos mecanismos ha utilizado el gobierno para retirar estos pesos del mercado y “esterilizar” la emisión: Pases y redescuentos y, sobre todo, Letras y Notas del Banco Central (LEBACs y NOBACs). La operatoria no es compleja: El BCRA cambia pesos líquidos en los bancos (que luego destruye) por un papelito con un compromiso de pago en el futuro.


El problema, en esta oportunidad, es que la esterilización necesaria excede por mucho, muchísimo lo que el mercado de LEBACs parecería poder absorber. Esterilizar cerca de $35 MM de emisión para sostener el dólar más no menos de $20 MM adicionales por el déficit fiscal equivaldría a un crecimiento del 125% en el stock de letras del BCRA. Total, completa y absolutamente imposible. Tenga en cuenta que el total de depósitos en el sistema financiero y la base monetaria son hoy de de $270 MM y $120 MM respectivamente.


Al menos tres factores podrían solucionar este entuerto (1) un fenomenal incremento de las importaciones, del orden del 40% como mínimo, que se lleve los dólares (2) una caída de las exportaciones de bienes y servicios (por precio o por cantidades) que haga que no entren o, paradójicamente (3) una reanudación del proceso de fuga de capitales. Si cada peso que entra por una ventanilla sale por la de al lado, el efecto monetario puede ser neutro. Por esas vueltas de la vida, puede que la propia incertidumbre sobre el destino de la salud macro sea el remedio a su enfermedad.

(La cuarta alternativa es tabú. No somos tantos los que creemos que una transitoria apreciación de dólar no sería la muerte de la actividad económica)

Los recientes movimientos de la locuaz y flamante presidente del Banco Central, por su parte, dan un mensaje con una lectura no muy tranquilizadora: “Muchachos" entiendo que dice "2010 será un año de política crediticia laxa”. ¿Imaginan a Marco de Pont moviendo con una mano letras, pases, encajes o redescuentos para retirar pesos del sistema financiero y con la otra firmando líneas de créditos sectoriales blandas? Yo no.

Mercurio, Jupiter y Saturno se han alineado. En 2010 arranca formalmente la carrera nominal.

Atte

Ele

viernes, febrero 19, 2010

Deciamos hace 60 días....

....antes del Redrado-gate.

A pesar de haber desacelerado fuerte en 2009 (desde picos del 30% i.a. a menos del 10% i.a.), la inflación continuará siendo uno de los desafíos fundamentales del esquema macroeconómico. En este sentido, y más allá de la intervención al Indec, para el Gobierno sigue siendo un enigma cómo alcanzar tasas de inflación moderadas compatibles con un esquema de desarrollo, una posición fiscal expansiva y el sostenimiento del tipo de cambio real. Dado que no parece esperable que en 2010 cambien los incentivos macro, y con una fuerte recuperación del PIB (superior al 5% i.a.), la inflación sería superior a la de 2009.

Pasado lo peor de la crisis, el desempleo debería, al menos, recuperar el aumento de 2009. La fuerte recuperación del PIB, motorizada por una reactivación en actividades demandantes de empleo (como construcción y producción industrial), puede tranquilamente empujar el desempleo desde los actuales dos dígitos a un menos del 8% sobre finales del año próximo (consiste con la elasticidad empleo-producto de 2007/2008). En este contexto, aún con cierta aceleración en la inflación y estabilidad en los salarios reales el crecimiento del empleo y el plan de asignaciones familiares deberían tener un impacto positivo en la reducción de la pobreza e indigencia.

Con un dólar relativamente quieto, un proceso de salida de capitales no sólo detenido sino en reversión y con recuperación del PBI, es esperable que en 2010 las inversiones recuperen la fuerte contracción de 2009. Por un lado, la mayor estabilidad financiera y el sostenimiento en medio de la crisis en los precios de los inmuebles incentivan la inversión "en ladrillos". Por el otro, una fuerte recuperación de la demanda externa, en especial la brasileña, demandará de nuevas inversiones en el sector industrial, aunque allí todavía existe una amplia capacidad ociosa. Con el crecimiento esperado, la inversión debería expandirse por sobre el 10% i.a.

Aunque suene paradójico, posiblemente puede afirmarse que el mayor activo macroeconómico que presenta el Gobierno es el fuerte y sostenido proceso de desendeudamiento desde 2002/3. Pero a pesa de que las necesidades de financiamiento para 2010 no parecían excesivas, el conflicto iniciado en torno al Fondo del Bicentenario por u$s6.500 millones vuelven a poner en el centro de la escena la sostenibilidad de las cuentas públicas a nivel nacional y provincial. En este sentido, el Fondo indica que el Gobierno privilegiará el sesgo expansivo en la política fiscal por fuera de los requerimientos de ajuste (nacional y provincial) de los mercados voluntarios de deuda.

martes, febrero 16, 2010

Deducción inflacionaria media renga

El amigo Musgrave pone aquí en duda una acotación de Frank Pentageli

Preguntábase el coautor de QLP, en el post donde Mus defiende la hipótesis de la inflación por concentración de los mercados, si no seria la incertidumbre y no los oligopólios la generadora inflación. Sin prisa y sin pausa, Mus lo despavila explicandole como, desde la teoría, su  "deducción lógica es media renga". 

Mus, compañero bloguero, my friendo, correligionario, alma matter del blog más leído de la BEA

En un contexto inflacionario la incertidumbre genera inflación. Stop

La lógica es simple y evidente y está claramente explicada en este clásico paper de Roberto Frenkel de la década del ochenta. Veamos.

La economía está compuesta por centenas de miles de formadores de precio de todos los tamaños. Al tomar su decisión de precio, estos agentes consideran no sólo la respuesta de la demanda a los costos de reposición necesarios para continuar el ciclo productivo. Como suele haber una separación temporal entre producción, venta y reposición de stocks, toda decisión de precio requiere, indefectiblemente, formarse una expectativa sobre lo que pasará en el futuro.La clave está en cómo se construye esa expectativa y cómo influye la incertidumbre en esa construcción. 

En un contexto de inflación baja, el productor sólo debe conocer las condiciones de su mercado y del de sus insumos. Cuando la inflación empieza a subir, los agentes adoptan reglas heurísticas de formación de expectativas que le permitan distinguir lo que pasa en su propio mercado de lo que está pasando en toda la economía. La heurística mas simple no es otra que mirar los datos del pasado  y proyectarlos al futuro. El problema con los procesos inflacionarios es que la variación de precios no sólo es más alta sino que es más volátil. Esta mayor incertidumbre tiene un impacto directo sobre la formación de expectativas. La información sobre el pasado tiene cada vez menos valor.

A principios de 2006 uno podía ver los datos de los últimos dos o tres años, extrapolarlos hacia adelante y formarse una imagen no muy errada de lo que pasaría durante el año. Hoy el dato de lo que pasaba a principios de 2009 es papel mojado, no nos dice nada. En cambio, alcanzaron un par de datos malos en diciembre o enero para que rápidamente reconstruyamos el panorama inflacionario de 2010.

A medida que pasa el tiempo, el plazo de la información pasada que sirve se reduce. Eventualmente no importa el pasado sino que sólo queda el tanteo del futuro. Así, por ejemplo, las expectativas formadas en base a un posible plan antiinflacionario del gobierno no son sino una clara señal de que esto ya está pasando.

En este contexto, donde la pérdida de brújula hacia atrás vuelve borroso el horizonte adelante, el riesgo de equivocarse en la decisión de precio es mucho más elevado. Un precio muy bajo y puedo perder fortunas al reponer stocks, uno muy alto y me arriesgo a quedar afuera de mercado. Más inflacion -> más volatilidad / incertidumbre -> más riesgo.

Esto no tendría que generar inflación si los riesgos fueran simétricos hacia arriba y hacia abajo. Sin embargo, la información se vuelve borrosa no sólo para quien vende sino también para los compradores, que tendrán menos herramientas para determinar si el precio es caro y castigarme no comprando. Con un techo más laxo, la incertidumbre genera un sesgo inflacionario completamente lógico y racional, sesgo que, como habrán visto, tiene una explicación total y completamente heterodoxa

La incertidumbre alcanza un punto en el que no es la inflación del pasado la que se proyecta en el futuro, sino la del futuro que se proyecta en el presente. 

Así que si, Mus, compañero bloguero, my friendo, correligionario, alma matter del blog más leído de la BEA: 

En un contexto inflacionario la incertidumbre genera inflación. Stop

Atte

Ele

Pd: Y por las dudas, para entendidos, especular especulamos todos, si por eso se entiendo tomar decisiones hoy en virtud de lo que esperemos del futuro incierto.

jueves, febrero 11, 2010

Crecimiento Económico

El otro día releyendo un debate que tuvimos vía mail con Elemaco y la gente amiga de Homoeconomicus y algunos más, encontré una lista de "requisitos" necesarios para impulsar el crecimiento de medio/largo plazo que había sacado de un libro un tanto viejo que compiló este tipo.

La citada lista, surgía según se explica allí, de una serie de trabajos realizados para entender las dinámicas de crecimiento de los más diversos países. En su momento, cuando entró la lista en debate, las posturas comenzaron a clarificarse. A continuación, les paso entonces, las fuentes del crecimiento económico según el libro "World Economic Growth" de Arnold Harberger*:

1. Increase in the active labor force.

2. Improvement in the quality of the labor force through education, experience and on-the-job training.

3. Shifting labor force from lower-productivity to higher-productivity jobs.

4. Increase in capital stock through increased private-sector or public-sector savings.

5. Improvement in the quality of components of capital stock through improved design and technichal innovation.

6. Shifiting capital from lower-productivity to higher productivity activities.

7. Improvements in efficiency through the expansion of activities subject to economies of scale.

8. Improvements in efficiency through finding cheaper and better ways of producing existing products.

9. Improvements in efficiency through improvement of existing products and the development of new ones.

10. Improvements in efficiency through the reduction of distorting elements such as (1) taxes that give differential treatment to the use of resources in some activities vis-á-vis others (2) quotas and licensing schemes that prevent resources from flowing into certain activities, even through those resources would be highly productive there, (3) monopoly elements and other private restraint the impede the efficient allocation of resources within the economy.

La trivia del día sería: ¿Qué observaciones, if any, tienen a esta lista?

Saludos,
Genérico

* Ok, la lista esta en inglés. Creo que se entiende y no estoy con ganas de traducir. Si alguien los hace, bienvenido sea.

martes, febrero 09, 2010

So far, so good... or not (2)

Evidentemente, la política fiscal en argentina ha sido cualquier cosa, menos un elemento de estabilización anticiclíco. Por lo general, las grandes expansiones del sector público se dieron en momentos de fuerte crecimiento, dejando el ajuste para los años de crisis. Claro, como sabemos bien, estas trayectorias en las finanzas públicas deben tener su correlato financiero, ya que alguien, siempre, lo paga.

Durante los noventa, la Ley de Convertibilidad impuso limites a la financiamiento que el Tesoro podía solicitar del BCRA de forma de, al menos en teoría, forzar la disciplina en las cuentas públicas. Dado que nada de eso ocurrió, el endeudamiento creciente y acelerado fue el único modo de conservar el esquema. La deuda pública creció de forma sostenida y el pago de interés en términos del PIB alcanzó valores máximos que superaron el 5% hacia fines del modelo.
Este desquicio financiero impuso nuevas restricciones en los años post convertibles. El exitoso canje de la deuda pública de 2005, junto con un superávit primario (lo que implico la ausencia de monetización de las cuentas públicas) en un contexto de acelerado crecimiento llevaron los niveles de endeudamiento público a niveles mínimos.
Ok... hasta acá suena muy lindo todo. Casi prístino diríamos. Pero al profesor Olivera y a varios comentaristas no le gusta nada. Dicen que para hacer política fiscal en serio, hay que tener conqué. La clave del problema, parece ser que los años previos a la crisis y fundamentalmente en 2007, el Gobierno mantuvo un sesgo excesivamente expansivo que mantuvo el crecimiento a tasas chinas, al costo nada menor, de acelerar fuertemente el proceso inflacionario.
La consecuencia de este es esquema fue que cuando necesitaste hacer política fiscal contracíclica, el Gobierno se quedó sin recursos genuinos y tuvo que acudir a fuentes de financiamiento de lo más diversas, a las que con gran sentido académico, denominamos "manotear de donde se pueda". Aún entendiendo que podían existir alternativas más potables, no nos parece mal que hacer lo que se hizo. Lo dijimos antes, lo repetimos ahora.

Nos preocupas más como pintan las cosas hacia 2010. Las estimaciones privadas hablan de una recuperación en el crecimiento, el verano fue alentador y sin embargo, el Gobierno va a sostener el impulso fiscal... y ya no quedan muchos stocks para meter mano!. Y sin de donde meter mano, y sin acceso a mercados voluntarios de deuda para financiar el gasto... sólo parece que queda un camino. Y desde ya lo decimos... no es un buen camino.

Saludos

Genérico.

jueves, febrero 04, 2010

¿Lo qué?


Que las encuentas en los diarios son tendenciosas no me quedan dudas. Que la gente que opina, lo hace solo por eso, tampoco.

Ahora acá los muchachos de Crítica y sus lectores se pasaron de rosca... un toque.


¿Ud. que prefiere, que los precios no aumenten o que la inflación sea baja?. Si, gracias!

Saludos y buen finde.

G.

PD: No, no me equivoqué... pero mi semana ya termino. Lo siento.

lunes, febrero 01, 2010

So far, so good... or not (1)

Parental Advisory: Escenas de Explícitas de Berretonomics.

Al final del final del final, todo este debate sobre la salida del ahora-te-renuncio ¿ex?-presidente del BCRA, es sólo sobre un tema: Cuál es la restricción de presupuesto que tendrá la administración central, y vía ATNs, el Estado Nacional Consolidado, en 2010 (es decir, cuanto hay para gastar y de donde surge el financiamiento para ese gasto).

Sabemos que hasta ahora, son muchos los que acusan de irracional a la actual política fiscal. Por ej., al amigo de Olivera, esto no le gusta nada de nada. Mi amigo Elemaco siempre insiste que la mejor política fiscal es la contracíclica: ahorrar cuando las cosas van bien, para gastar cuando van mal, and believe you me, they will go bad!. Pero lo que no me cierra, es porque todos ellos, respetables anti-k, criticaron como criticaron la política de 2009.

Pero mejor, vamos a poner las cosas perspectiva, porque sino se entiende poco. Allá, en los principios de los tiempos (osea en 1993 donde empiezan las series de ctas nacionales) gobernaba aquel con el que vivíamos mejor. Asesorado por muchos super Phds, la cosa distaba de ser el ideal del mundo de Elemaco: Durante el menemato, la política fiscal fue siempre expansiva, principalmente, en los años de mayor crecimiento. Nada muy prolijo, pero si, muy "endeudante".
El inoperante y represor de Fernando, no sorprendió en nada (que tragicómica la historia de la Alianza... por donde se lo mire). Heredó el quilombo de Menem, y profundizó el sesgo, ajustando en recesión. Road to perdition. Los creadores del plan de convertibilidad suelen cargar la culpa de todo el colapso a esta política fiscal siempre expansiva. Es evidente que la insostenibilidad fiscal fue clave... lo que no evidente es que haya sido exógena al modelo, pero eso es harina de otro costal.
Al pobre militarista del cabezón le tocó jugar en la B. Con un fisco arruinado y corriendo para atrás vio como la economía inició el sendero ascendente y empezó a revertir los coletazos del colapso convertible.
Lo de Néstor puede dividirse en dos etapas. En la primera, hasta que se sacó de encima al pálido, el sesgo de la política fiscal fue más bien contractivo llegando a ser neutro en algunos años. Básicamente se acompañó la recuperación y se acumuló un buen superávit. La segunda parte, ya sin amarras, se utilizó fuerte y sostenido el gasto para mantener las tasas de crecimiento chinas, y de ahorrar, ni noticias.Finalmente, para Cristina las cosas pintaron mal. Crisis interna y externa conjugaron en un crecimiento que empezó a caer, para pasar a contracción en 2009. Lejos de los llamados a la cordura de la republicana oposición, en 2009 el Gobierno agarró fondos de donde quiso, de donde hubo, de donde pudo y aplicando los manuales más básicos de política económica usó la política fiscal como herramienta anticíclica y contabilizó en el año un impulso de las cuentas públicas sobre la actividad superior a 3,5% del PIB.
Raras cosas las de este Gobierno, que en lugar de defender el uso anticiclico del déficit, festeja la obtención de ficticios superávits. También raro que le hayan caído tan pero tan duro por haber sido expansivos en 2009, cuando para todos la economía caía... ¿qué se debería haber hecho? ¿ajustar en recesión?.

Claro, 2010, es quizás... otro cantar.

Saludos